Especulando con el pan de los hambrientos

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«El hambre es un insulto; humilla, deshumaniza, destruye el cuerpo y el espíritu; es la forma más asesina que existe». Gandhi

Desde junio de 2010 a febrero de 2011, otros 44 millones de personas han caído en la pobreza extrema solo a causa del incremento de los precios de los alimentos, según el Banco Mundial.

Robert Zoellick, su presidente, afirma: "Cada vez sufre más la gente pobre y más gente puede caer en la pobreza por el alza y la fluctuación de los precios alimentarios». Los precios de los alimentos, inflados por la acción de los grandes inversores institucionales, revueltas como en Túnez, pero en la mayoría de las ocasiones lo que se desencadena son hambrunas.

La gente muere de hambre; los bancos hacen su agosto con los alimentos

La subida del precio de cereales es uno de los principales detonantes de la actual hambruna en el Cuerno de África. En Somalia, el precio del maíz y el sorgo rojo aumentó un 106% y un 180% respectivamente en tan solo un año. En Etiopía, el coste del trigo subió un 85% con relación al año anterior. Y en Kenia, el maíz subió un 55%. El coste de los alimentos en el mundo experimentó un alza del 39% en un año. Los precios de los cereales subieron el 71%.

Más de 3.000 millones de personas dedican cerca del 80% de su presupuesto a malcomer. La razón de esta escalada de los precios es la especulación financiera con las materias primas alimentarias que además es legal. Los informes de la UNESCO estiman que la crisis provocada por los bancos y especuladores tiene como con­secuencia, sólo África, la muerte de 200.000 a 400.000 niños.

En 1987 los agentes financieros, únicamente compraban 7% de los alimentos en el mercado mundial; en la actualidad las ventas de maíz y de trigo en el mundo lo son en más del 30% por empresas financieras. Especulan con alimentos y granos como el maíz, con el único propósito de ver subir su precio en los mercados, mientras millones de niños mueren de hambre en diversos continentes. El Instituto para la Agricultura y la Política Comercial de EEUU, recoge los datos de un estudio en el que se atribuye al efecto de la especulación hasta un 31% a la subida del precio del maíz en julio de 2008, la anterior burbuja de los precios de los alimentos.

En palabras de Michael Masters, del hedge fund Masters Capital Management, un 75% de la inversión financiera en el sector agrícola es de carácter especulativo. Según la FAO, solo el 2% de los contratos de futuros sobre materias primas acaban en un suministro real de las mercancías, el 98% restante se vende de antemano por especuladores que están interesados en la ganancia rápida.

Entre 2004 y 2008 asistimos a una serie de choques, disturbios de poblaciones atacando supermercados en busca de alimentos y al mismo tiempo al alza en los comestibles. En ese lapso, los beneficios de Syngenta, que es una de las grandes empresas del sector agrícola mundial, saltaron de 6.000 millones de dólares a 11.000 millones. Mientras la hambruna aniquila poblaciones, mayores beneficios se embolsan las transnacionales.

Los bancos que provocaron la crisis, hoy se enriquecen especulando con los alimentos

En la Bolsa de Chicago es la mayor Bolsa de materias primas del mundo. En Europa los alimentos se comercializan en las Bolsas de futuros de Londres, París, Ámsterdam y Frankfurt. Allí se decide sobre los precios de los alimentos, y sobre el destino de millones de personas. Los mismos bancos, fondos de alto riesgo, compañías de seguros, que causaron la crisis de las hipotecas subprime, son quienes hoy especulan con la comida.

Tres grandes bancos estadounidenses, los mismos que crearon la gran crisis financiera que padecemos: Goldman Sachs, Bank of America y JP Morgan y el banco británico Barclays, controlan el mercado de la especulación alimentaria que provoca cada día miles de muertos. Desde hace cinco años, las inversiones en productos alimentarios se han disparado pasando de 35.000 millones a 300.000 mil millones de dólares, la inversión en alimentos resulta muy rentable. Fondos de alto riesgo y bancos influyen ahora en lo que vale el pan en Túnez, la harina en Kenia o el maíz en México.

Goldman Sachs, en 2009 ganó más de 5.000 millones especulando en materias primas, lo que supuso más de un tercio de sus beneficios netos. Este gran banco de negocios estadounidense, está acusado de haber ayudado a Grecia a ocultar el estado real de sus finanzas públicas y de especular sobre la deuda del país, ahora dispone de una red de consejeros a los que escuchan atentamente los responsables europeos. Goldman Sachs fue uno de los grandes bancos que se beneficiaron del plan de rescate financiero valorado en 700.000 millones de dólares que aprobó a finales de 2009 el Gobierno de EEUU para evitar el colapso financiero tras el colapso de Lehamn Brothers.

A mediados de julio de 2011 se conocieron los resultados de una auditoria que la Government Accountability Office de Estados Unidos realizó en la Reserva Federal (FED), el banco central de los Estados Unidos. Esta auditoría fue la que reveló que entre diciembre de 2007 y julio de 2010, la FED concedió préstamos secretos a grandes empresas y entidades financieras por valor de 16 billones de dólares. Dichos préstamos fueron concedidos a un interés del 0,25%, es decir, que fueron prácticamente regalados en el mismo momento en que esos bancos prestaban dinero a países como Grecia al 7%.

Las empresas y bancos que recibieron ese regalo fueron los más poderosos y conocidos del mundo, entre ellos los que habían llevado a cabo las conductas criminales que provocaron la crisis de las hipotecas basura: Goldman Sachs, Citibank, JP Morgan Chase, Morgan Stanley, Merrill Lynch, Bank of America, Bear Stearns, PIMCO, Royal Bank of Canada, Toronto-Dominion Bank, Scotiabank, Barclays Capital, Bank of Scotland, Deutsche Bank, Credit Suisse, BNP Paribas, Societe Generale, UBS, Dexia, Bayerische Landesbank, Dresdner Bank, Commerzbank… y también los españoles Banco Santander y BBVA (31.400 millones de dólares). Entre las empresas afortunadas se encuentran General Electric, Caterpillar, Harley-Davidson, Verizon, McDonald’s, BMW o Toyota.

La Reserva Federal de EEUU y el BCE a los bancos que hunden las economías o a las grandes multinacionales que dominan el mundo le prestan el dinero al 0,25% o al 1%. A las pequeñas y medianas empresas que crean riqueza o a los consumidores se les está prestando al 8% o al 11% y a los pueblos como el irlandés que han de pagar la factura de los bancos internacionales, el dinero se presta al 5,8%.

Lo terrible de todo ello es que ha sido insuficiente para evitar la insolvencia generalizada en la que se encuentra la banca internacional. De hecho, esos bancos europeos y estadounidenses que han recibido semejante regalo han despedido o van a terminar de despedir en breve a un millón de empleados. Para eso sirven las ayudas de los bancos centrales. Se les dieron billones de dólares gratis mientras se lo negaban a los demás.

La banca europea, vuelve a manifestar la insolvencia que le ha producido el dedicarse a especular y obtener beneficios rápidos y fáciles en lugar de financiar la actividad productiva. Y ahí están de nuevo los bancos centrales dispuesto a sacarse otra vez cientos de miles de millones de dólares y euros para darle a los ladrones más infames e insensibles que ha conocido la historia de la humanidad, los recursos que le niegan a los gobiernos o a las empresas para que éstos aseguren el empleo y la creación de riqueza.

¿Quienes son los responsables? ¿Los mercados?

Los hogares empobrecidos están creciendo de forma imparable. Pero ¿quiénes son los responsables? Los mercados, leemos y oímos cada día. Culpar a los mercados es efectivamente quedarse en la superficie del problema. Hay responsables, y son personas e instituciones concretas: son quienes defendieron y defienden la liberalización sin control de los mercados financieros; los ejecutivos y empresas que se beneficiaron y benefician de los excesos del mercado; quienes permitieron sus prácticas y quienes les permiten ahora salir indemnes y robustecidos, con más dinero público, a cambio de nada.

Empresas como Lehman Brothers o Goldman Sachs, bancos que permitieron la proliferación de créditos basura, auditoras que supuestamente garantizaban las cuentas de las empresas, y gente como Alan Greenspan, jefe de la Reserva Federal norteamericana durante los Gobiernos de Bush y Clinton, opositor a ultranza a la regulación de los mercados financieros.

La Comisión del Congreso norteamericano creada para investigar las acciones ilegales o criminales de la industria financiera, elabora un informe, hecho público en enero de 2011, que concluye diciendo que la crisis financiera se hubiera podido evitar. Señala fallos en los sistemas de regulación y supervisión financiera del Gobierno y de las empresas, en las prácticas contables y auditoras, en la transparencia… La Comisión investigó el papel directo de algunos gigantes de Wall Street en el mercado de subprimes, y el de las agencias encargadas del ranking de bonos. No es admisible la impunidad sin "responsables".

Un trabajo reciente de Stefano Battiston, del laboratorio de la Escuela normal superior de Zurich, James B. Glattfelder, especialista en Redes Complejas, y de la economista Stefania Vitali (The Network of Global Corporate Control) ha mostrado quiénes son realmente "los mercados", le han puesto nombres y apellidos a quienes controlan la economía mundial.

Han estudiado 43.000 empresas multinacionales y han demostrado que 737 «entidades» controlan el 80% de su valor conjunto y que, mediante participaciones, 147 poseen el 40% del valor económico y financiero de todas las multinacionales del mundo entero. Y de este grupo de 147 multinacionales, los 50 más grandes forman una «super-entidad». En ella están principalmente los bancos: Barclay, JP Morgan, Merrill Lynch, Goldman Sachs, Morgan Stanley… y otros grupos de aseguradoras y bancarios franceses como Axa, Natixis, Société générale, el grupo Banque populaire-Caisse d'épargne o BNP-Paribas.

Hace unos días también se informaba que cuatro grandes bancos estadounidenses (JP Morgan, Citibank, Bank of America y Goldman Sachs) controlan el 94,4% de los derivados financieros, lo que equivale prácticamente a decir que en sus manos está el sistema financiero internacional. Esos son los mercados.

Un solo fondo de inversión compró el 7% de la producción mundial de cacao en un día. La cantidad equivalente de lo que necesita Europa para abastecerse de chocolate y otros derivados del cacao. Un sólo ‘hedge fund' tiene agarrado por el cuello desde hace meses a todos los productores de chocolate del mundo. El fondo Armajaro, pilotado por, Anthony Ward, apodado como ‘Chocfinger' (dedo de chocolate), compró el pasado julio hasta 240.000 toneladas de cacao, el equivalente al 7% de la producción mundial, en una sola operación.

La compra, disparó el precio del cacao hasta sus máximos desde 1977. Las miles de toneladas de cacao siguen acumuladas en los almacenes de Hamburgo, Amberes y Ámsterdan. Ward ha apostado por el cacao, ya que uno de sus principales productores, Costa de Marfil, está virtualmente en guerra civil, con lo que escaseará el producto en breve. Según el diario británico ‘The Daily Telegraph', George Soros invierte en este fondo de inversión.

Los bancos han descubierto un filón. Como son apuestas a futuro, se especula con la subida y bajada de su valor cada vez que cambian de manos. Esos contratos se venden y compran decenas de veces. Según el Banco Mundial, durante 2010 solo el 0,5% de los contratos de futuro con alimentos se acabaron ejecutando, el 99,5% son especulación.

En la página web del Deutsche Bank se podía leer un anuncio que decía «¿Quiere recoger los frutos de un posible aumento de los precios de los productos agrícolas? Deutsche Bank, como distribuidor, le propone dos maneras de beneficiarse». Y a continuación presentaba dos productos financieros a través de SICAV luxemburgueses. Un ejemplo en España lo tenemos con Caixa Catalunya que ha lanzado un nuevo depósito financiero denominado 100% Natural, su área son los alimentos como el azúcar, el maíz o el café, se ofrece una rentabilidad muy atractiva y está condicionada por la evolución del precio de las materias primas. Así, si sube el precio del maíz, miles de personas pasarán hambre mientras el inversor de Caixa de Cataluña gana dinero. «Cómo hacerse rico con el hambre de los demás», podría anunciar su publicidad.

Las multinacionales de alimentación Bunge, Dupont, Cargill, ADM o Syngenta controlan más del 70% de la oferta de cereales y marcan los precios que les convienen para obtener miles de millones de beneficios.

Los especuladores no dudan en enriquecerse con las hambrunas que ellos mismos contribuyen a crear. Estamos hablando de fondos de pensiones que manejan cifras multimillonarias y de bancos que ofrecen apuestas financieras al por mayor sobre fondos de inversión en productos agrícolas. La Organización Mundial del Comercio al servicio de las grandes multinacionales busca la liberalización del mercado. En el caso de la agricultura, se considera que los alimentos son un bien de mercado más y el objetivo no es otro que eliminar las barreras comerciales entre países, sean del tipo que sean, y construir un mercado mundial único de alimentos, libre de toda regulación.

Son criminales que han cometido crímenes contra la humanidad

No podemos callar el hecho de que el alimento se ha convertido en objeto de especulaciones anclado al único objetivo del beneficio. La alimentación es una condición que toca el fundamental derecho a la vida. Pareciera que todos y especialmente los empobrecidos tienen que pagar tributo con su sangre a un sistema inmoral y genocida que no duda en matar diariamente de hambre a 50.000 niños inocentes.

Es una gran canallada que el precio de los alimentos sea fijado por la Bolsa. Debemos luchar para que no se especule con el pan. De la misma forma que se crearon instituciones y procedimientos para perseguir los crímenes políticos contra la humanidad, es hora de hacer lo mismo con los económicos. Y que se entienda su importancia para construir la democracia.

En Islandia en vez de rescatar a los banqueros que arruinaron al país en 2008, la fiscalía abrió una investigación penal contra los responsables. En 2009 el Gobierno entero tuvo que dimitir y el pago de la deuda de la banca quedó bloqueado. Islandia no ha socializado las pérdidas como están haciendo muchos países, incluida España, sino que ha aceptado que los responsables fueran castigados y que sus bancos se hundieran.

Jean Ziegler, vicepresidente del Consejo Asesor de DDHH de la ONU y relator de las Naciones Unidas para el derecho a la alimentación, ha declarado recientemente que los especuladores financieros, causantes de la actual crisis mundial, «son criminales que han cometido crímenes contra la humanidad, en el sentido estricto del término según la justicia internacional. Sus acciones han causado la muerte de millones de personas, mientras continúan con su estrategia para dominar el mundo». Los especuladores deben comparecer ante un nuevo «tribunal de Nuremberg», similar al que juzgó a los nazis al final de la Segunda Guerra Mundial.

Ziegler denuncia que «son las estructuras del orden criminal del mundo las que fabrican la masacre cotidiana del hambre, la UE, exporta productos agrícolas a África a precios muy bajos y destruye la agricultura africana. También es una estructura criminal la especulación bursátil con el arroz, trigo, maíz y mijo, los alimentos básicos del mundo».

Mientras el sistema genocida imperante siga intacto en su raíz, el hambre seguirá aumentando. Conviene recordar que la UE ha concedido ayudas y garantías al sector financiero por valor de 4,6 billones de euros, y que la actual propuesta del presidente de la UE, José Manuel Durão Barroso (tasa Tobin), es un parche más al sistema, pues se necesitarían 84 años de esta tasa para recuperar las ayudas que ha recibido sólo la banca europea durante la crisis actual.

¿Hasta cuando lo permitiremos? ¿Cómo podemos ser cómplices de esta máquina que mata con total impunidad, que sacrifica con total indiferencia? ¿Cómo podemos ser cómplices de un sistema letal que condena siempre a los más débiles? Ha llegado el momento de que todos tomemos conciencia. El mundo requiere una acción urgente y solidaria para acabar con el hambre desde su raíz, que remedie las causas estructurales del hambre y la miseria.