El aumento del consumo y ¡oferta! de pornografía de los jóvenes en internet, así como su baja edad de acceso, es una auténtica guerra contra su vocación a la solidaridad, al amor y a su formación como personas.
Muchos de estos jóvenes quieren imitar las aberraciones que ven en las pantallas, entre otras las distintas manadas y acciones grupales. Violaciones de la dignidad de las personas convertida en uno de los mayores negocios en internet.
Los y las adolescentes ven pornografía por primera vez a los 12 años y casi 7 de cada 10 (el 68,2%) la consumen de forma frecuente. Este consumo se produce en la intimidad (93,9%) y en el teléfono móvil y se centra en contenidos gratuitos online (98,5%), basados de manera mayoritaria en la violencia y la desigualdad.
Así lo revela el informe ‘(Des)información sexual: pornografía y adolescencia’ que han elaborado desde Save the Children para estudiar el consumo de contenidos sexuales entre la población adolescente y el impacto que estos tienen en sus relaciones y su desarrollo.
El estudio, que ha contado con la participación de 1.753 chicos y chicas de entre 13 y 17 años, señala que más de la mitad de los y las adolescentes que ven contenidos pornográficos se inspiran en ellos para sus propias experiencias y que para el 30% estos vídeos son su única fuente de información sobre sexualidad.
A diferencia de las personas ya entradas en la edad adulta, la población adolescente actual ha nacido en pleno apogeo digital. Según los últimos datos sobre el uso de Internet, el 92,9 % de las personas de entre 10 y 15 años utiliza internet, aumentando este porcentaje hasta el 99,1 % en las personas de entre 16 y 24 años. Aunque no podemos olvidar que existe un factor socioeconómico muy importante en este uso: la brecha digital que afecta a la población infantil más vulnerables.
El 42 % de las familias con menos renta (menos de 900 € de ingresos mensuales) no dispone de un ordenador y el 22 % de ellos tampoco tiene acceso a internet.
Auge de la prostitución de niños en Francia. De la calle a internet.
Asociaciones de protección de la infancia, justicia y policía afirman que la prostitución de menores están creciendo en Francia de manera «alarmante».
La asociación ACPE (Actuar contra la prostitución infantil) resume el problema de este modo: «El aumento observado del número de menores que se prostituyen puede explicarse a través de la generalización de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. A través de ordenadores y teléfonos móviles, la prostitución de menores crece en muchos sentidos, la oferta directa y la creación de nuevas redes de proxenetismo».
Según varias estimaciones oficiosas, entre 5.000 y 8.000 menores se estarían prostituyendo, en Francia (67 millones de habitantes) «por su cuenta» o a través de redes de proxenetismo, de nuevo cuño. Algunos especialistas estiman que las cifras reales son muy superiores.
La policía no tiene o no desea comunicar cifras oficiales de prostitución de menores, pero un portavoz de la OCRTEH (Oficina central para la represión de la trata de seres humanos) afirma que durante los últimos doce meses la prostitución de menores habría aumentado un 28%.
Los mejores especialistas recuerdan que Francia descubrió «asombrada» la gravedad del problema hace apenas diez años, tras el escándalo de la jovencísima Zahia, una menor que confesó sus relaciones prostibularias, durante la Copa del mundial de fútbol del 2010, con varias celebridades de la selección nacional.
El escándalo Zahia descubrió a Francia, con brutalidad, dos fenómenos «paralelos»: el comportamiento prostibulario de algunas celebridades del fútbol nacional, y la existencia mal conocida de redes de proxenetismo de menores.
«Desean escapar a la prostitución»
«El fenómeno de la prostitución de menores no ha dejado de crecer», afirma un portavoz de la ADN (Asociación del Nido), que intenta «acompañar» a los jóvenes y muy jóvenes, chicas y chicos, que desean «escapar» a la prostitución. La ADN, el Tribunal de Bobigny y el departamento de la Seine-Saint-Denis, han firmado un protocolo de trabajo común, para intentar hacer propuestas y acciones concretas en los suburbios, la «banlieue» de París y las grandes ciudades.
La ADN insiste en un problema de fondo: la legislación francesa es ineficaz y está poco o nada adaptada a un «plaga» de nuevo cuño, que corre el riesgo de agravarse.
Francia aprobó el 2016 una Ley penalizando a los clientes de la prostitución. Con unos resultados y eficacia aparentemente muy modestos. La prostitución se ha «trasladado» de la calle a internet, agravando la precariedad y carácter «invisible» de todo tipo de prostituciones.
Plataformas que favorecen la prostitución y ofrecen desnudos crecen en usuarios durante el confinamiento.
Han proliferado las plataformas que permiten colgar contenido audiovisual hipersexualizado. Promocionadas por famosas de los «realities» para alojar su material «exclusivo», para que los fans puedan verlo a cambio de pagar una suscripción. Su apariencia es parecida a una red social”. Sin embargo, está popularmente relacionada con la exhibición de personas porque permite colgar contenido explícitamente pornográfico. Un ejemplo ha sido la red social OnlyFans.
Este tipo de plataformas ha explosionado sus descargas y ha reflotado en un boom pandémico (durante el confinamiento) que se ha extendido por el mundo y por las pantallas. Muchos se aventuran a catalogarla como el gran negocio de la nueva normalidad.
Muchos apuntan que el éxito tiene que ver con la extrema precarización laboral a la que estamos sometidos desde hace años, que lleva a muchas personas cegadas por las opiniones de influencers y celebrities privilegiadas a creer que vender desnudos por internet es una forma fácil y rápida de ganar dinero.
Por solidaridadnet
Fuentes: Save the Children, www.xataka.com, abc.es