Estados Unidos vs China: la nueva guerra por los recursos en África

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La crisis económica que comenzó en 2008 produjo que Estados Unidos y Francia redujeran sus misiones militares y comerciales con África, dejando el terreno libre a las empresas chinas petroleras y mineras. Sin embargo, a partir de la toma de Libia por la OTAN, Washington comenzó a recuperar influencia enviando tropas a Uganda y penetrando comercialmente a través de las compañías privadas en otros países que se volcaron al área de influencia de Pekín y de Irán. ¿Cómo es el nuevo mapa político africano?

África está dividida en dos mundos, cultural, política y económicamente diferentes. El norte árabe islámico y el sur negro, plurirreligioso y multiétnico. Sin embargo, la toma de Libia por las fuerzas apoyadas por la OTAN unifica el control del continente por parte de Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña.

Con la decisión del presidente norteamericano Barack Obama, anunciada días atrás, de enviar un centenar de fuerzas especializadas a Uganda, se incrementan las alianzas entre Washington y los países africanos que contienen voluminosos recursos, tanto de gas y petróleo, como de agua, oro, diamantes y coltán.

Desde la descolonización de África, en la década del 60, Estados Unidos mantuvo, con el apoyo de las potencias europeas, una pulseada geopolítica y económica contra la Unión Soviética por el control del continente. Pero, desde la caída de la URSS, la rivalidad entre Estados Unidos y Francia se acrecentó, financiando Ejércitos y guerrillas antagónicas que luchaban unas contra otras para favorecer principalmente los intereses de las compañías privadas de cada país, disfrazando estas sangrientas contiendas de ancestrales rivalidades étnicas.

Pero, a partir de 2005, el súbito avance comercial de Pekín, que se incrementó notablemente en 2009 durante la crisis mundial, torció los planes de Estados Unidos y Europa, que ahora trabajan juntos para evitar la decisiva influencia china.

¿CÓMO ESTÁ CAMBIANDO EL MAPA DE ÁFRICA?

Con el envío de tropas, Estados Unidos está influyendo directamente en Uganda, Congo, Sudán del Sur y la República Centroafricana. Estos países tienen importantes reservas de petróleo y el Congo de diamantes y coltán, el elemento que se utiliza para la construcción de computadoras, teléfonos celulares, fibra óptica y para la industria espacial.

Inmediatamente después del anuncio de Obama de enviar soldados a Uganda, la aviación de Kenia bombardeó campos en Somalia en donde murieron refugiados por la guerra civil, que ya lleva 20 años. Desde su base en el pequeño país de Yibuti, en el Golfo de Adén, Estados Unidos y Francia controlan Somalia y Yemen.

Los aviones norteamericanos no tripulados suelen atacar posiciones de Al Shabab, la guerrilla supuestamente asociada con Al Qaeda, en Somalia.

También, en el Índico, Washington utiliza la base británica de Diego García, desde donde rivaliza por el control del Océano con China, India y Francia.

Además, las alianzas militares y comerciales con Marruecos, Mauritania y Malí convierten a estos países, en los que la democracia es inexistente, en estados militarizados, que por un lado facilitan los recursos de las zonas ocupadas por socios africanos, como por ejemplo el Sahara Occidental colonizado por Marruecos y además contienen la oleada de marginados del África Subsahariana en cárceles alojadas en esos países, para evitar que toquen suelo europeo.

En el sur de Nigeria, en una de las mayores zonas petroleras del mundo, se encuentran asentadas fuerzas especiales estadounidenses para custodiar los intereses de las empresas de hidrocarburos occidentales ante los habituales sabotajes de pequeños grupos disidentes.

Por último, con la toma de Libia, el país africano que más petróleo alberga, se completa el plan de recolonización del continente, principalmente por la amenaza china, aunque el islamismo extremo es la excusa para operar en esas áreas.

¿CUÁL ES LA IMPORTANCIA DE UGANDA?

El principal motivo de Obama al proclamar el envío de fuerzas de elite a Uganda es el combate de la sangrienta secta armada denominada Ejército de Resistencia del Señor (Lord’s Resistance Army, LRA), que secuestra niños para convertirlos en miembros de la guerrilla y en esclavos sexuales.

Su área de influencia comprende Uganda, Congo, Sudán del Sur y la República Centroafricana. En teoría si elimina a su líder, Joseph Kony, la secta podría desbandarse.

Aunque el gobierno de Sudán lo niegue, es el principal abastecedor de los teléfonos satelitales,  las municiones, los alimentos y los medicamentos que utiliza la guerrilla cristiana, ya que su presencia desequilibra no sólo al gobierno pronorteamericano de Uganda, sino también a sus enemigos sudaneses del Sur y además a la República Centroafricana, que es un país aliado de Francia.

Cables de WikiLeaks develaron la preocupación del Departamento de Estado por Uganda ante la estrecha relación económica con China e Irán a partir de 2009.

Días antes del anuncio del envío de tropas a Uganda, el presidente Yoweri Museveni, aliado de Estados Unidos, canceló los contratos con todas las firmas petroleras, lo que perjudica a las empresas chinas y francesas. Inmediatamente, Washington presionó para que los países de la región se asociaran con Heritage Oil, una compañía británica, que luego de la caída de Gaddafi compró una empresa petrolera en Libia y ya lo había hecho en el Kurdistán iraquí sin consultar con el gobierno de Bagdad.

Así, esta empresa se beneficia de los soldados enviados por Washington a la región.

SUDÁN DEL SUR Y CONGO

Además, en el recién independizado Sudán del Sur, China y Estados Unidos establecieron una tregua por la cual a través de un oleoducto se va a exportar las riquezas petroleras de esta región, dejando de lado en gran parte los conductos de Sudán del Norte, aliado de China y que reaccionó apoyando a la secta LRA.

En Congo, más de cinco millones de personas murieron entre 1997 y 2008 por la guerra financiada por las tropas ruandesas, que estaban a favor de Estados Unidos, contra el gobierno del Congo apoyado por China. Pero, la reconciliación de 2009 produjo que las guerrillas se movilizaran y que Washington volviera a comerciar con Congo.

EL IMPERIALISMO CHINO

A diferencia de Estados Unidos, China mantiene relaciones económicas con todos los países africanos sin cuestionar sus políticas de derechos humanos ni la democracia, dado que en Pekín ninguno de estos dos elementos se respectan. Además, la penetración china no deja de ser imperialismo, pero con características diferentes al colonialismo occidental.

Pekín se aprovecha de los voluminosos recursos africanos y financia a los gobiernos dictatoriales y a las guerrillas que luchan contra los intereses occidentales. Este es el rasgo común que comparte con Estados Unidos. Pero, a su vez, les vende a estos países sus productos manufacturados, principalmente textiles y tecnológicos y realiza obras de infraestructura con mano de obra local.

Aunque no deja de contaminar los suelos y el agua con las actividades mineras, pero muchos países africanos prefieren a las empresas chinas porque por lo menos «dejan algo a cambio», según sus propias palabras.

LA EXCUSA DE AL QAEDA

El nuevo gobierno del CNT de Libia, financiado por la OTAN contiene elementos de Al Qaeda, contra los que Gaddafi luchó. La acción militar del líder árabe asesinado forzó el desplazamiento de las guerrillas islámicas al desierto del Sahara, en donde aún Occidente no tiene el control.

Pero, es en la rica Somalia en donde Washington actúa para que el débil gobierno de transición derrote a Al Shabab. Primero fue la invasión de Etiopía de 2006-2007, luego los bombardeos norteamericanos desde 2007 hasta la fecha. Ahora se suma la acción militar de Kenia y de la Unión Africana para doblegar a los islámicos.

Además, a pocos kilómetros de Somalia se encuentra Yemen, cuyo régimen Occidente todavía sostiene a pesar de las revueltas de la Primavera Árabe.

Por eso, durante la crisis financiera que comenzó en 2008, Estados Unidos y Europa perdieron terreno en los ricos territorios africanos ante la creciente penetración de China. La guerra de Libia fue el puntapié inicial para que Estados Unidos recupere las alianzas con los gobiernos títeres africanos en el norte, pero también en el centro del continente y en el Cuerno de África.

Por eso, más que el extremismo del LRA y de Al Qaeda, la amenaza más importante para Washington es el crecimiento de la influencia de China en África.

Las principales beneficiadas de esta contraofensiva son las empresas privadas, que financian el envío de tropas y sus luchas son las que determinan qué ejército o guerrilla se enfrenta con quien y en qué lugar.