«Este sistema te priva de ser una persona decente» Stephan Lessenich

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Resumen de la entrevista realizada a Stephan Lessenich (Stuttgart, 1965) en el diario El País, en la que destaca el efecto perverso de un sistema preparado y estructurado para generar desigualdad y sufrimiento en las personas. ¿Una estructura de pecado? A continuación reseñamos un extracto de la misma:

Este sociólogo alemán estudia las desigualdades y los equilibrios de poder, pero lo hace desde lo global y desde una conciencia universal. Defiende que de poco sirve luchar por el bienestar de los ciudadanos en Alemania si se hace a costa del trabajo esclavizado y del expolio de recursos naturales en países lejanos, ya sea la producción de soja en Argentina o la confección de textiles en Asia. Expresidente de la Sociedad Alemana de Sociología (2013-2017) y profesor en la Universidad de Múnich, Lessenich traza una imagen demoledora de la cara oscura de la modernidad occidental y defiende que solo cambiando la manera en que consumimos y producimos dejaremos de “vivir por encima de las posibilidades de los demás”. Lessenich acaba de publicar La sociedad de la externalización (Herder), un libro incómodo, que tira del velo que nos ponemos para no querer ver aquello que intuimos, pero que preferimos ignorar.

PREGUNTA. A diario elegimos no ver, no saber cómo se producen los teléfonos y las camisetas que compramos, pero es hasta cierto punto un recurso psicológico lógico. ¿Sirve de algo atormentarse pensando en las desgracias del resto del mundo?

RESPUESTA. Atormentarse de forma individual no sirve para nada. Como mucho te sentirás un poco mejor después de haberte atormentado, pero ninguna solución será individual. Será colectiva o no será. Colectivamente hemos decidido no ser conscientes de lo que implica nuestro modo de vida y sus consecuencias. Es comprensible que la gente no quiera hacer cambios radicales en su vida, como dejar de utilizar el coche, y por eso de manera avariciosa aceptamos que las cosas sean como son. Pero nuestro estatus solo es posible aquí porque hay otros estatus diferentes en otras partes del mundo. No hay más que fijarse en la esperanza de vida y lo desigual que es, dentro de Alemania y también entre países. Es la lotería del lugar de nacimiento.

P. Por lo que cuenta, parece imposible ser una persona decente viviendo en Europa. Usted sostiene que vivimos por encima de las posibilidades de los demás, los empobrecidos del planeta.

R. Es lo que hace que este sistema sea un error, porque es una estructura que te priva de la oportunidad de ser una persona decente. Te fuerza a hacer daño a otros aunque no quieras solo por ser ciudadano de este país. Hay algo que no funciona en un sistema que no te da la oportunidad de ser una buena persona.

P. Usted pone el foco en las desigualdades globales. Llevamos desde los años sesenta leyendo esto y no parece importar lo suficiente como para ponerle remedio.

R. Sí, llevamos décadas así. Lo nuevo es que tenemos una intensificación de la externalización y esto a pesar de que hay una creciente retórica de sostenibilidad, de ayuda al desarrollo y de atacar los efectos perversos de la globalización. Los indicadores de consumo, de energía, de extracción de recursos naturales indican que vamos a peor. Además creo que ahora asistimos a un efecto bumerán. La externalización está volviendo a Occidente en forma de migraciones y de cambio climático. La gente viene por las enormes diferencias de ingresos o porque ya no puede vivir de la tierra que trabajaba.

P. Pero en teoría cada vez sabemos más de los efectos del cambio climático, los países se fijan objetivos, las tecnologías son cada vez más limpias y el consumo bio y los partidos verdes arrasan. ¿No sirve de nada?

R. El auge de Los Verdes aquí en Alemania es un indicador importante que nos dice que mucha gente piensa que no podemos seguir así. Pero a la vez significa que la gente piensa que se puede dar la vuelta a la situación sin cambiar nuestro modo de vida ni el modo de producción y consumo de la sociedad. Los Verdes hacen de alguna manera populismo ecológico, porque dicen ‘sí, vamos a atajar el cambio climático, pero usted no tiene que cambiar su estilo de vida. Igual volará un poco menos, pero no dejará de viajar en avión’.

Leer completa esta entrevista (esto es un extracto de la misma)