Europa ha legalizado la injusticia

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La UE roba a África sus riquezas, no sólo materiales sino también humanas, realizando una selección para su beneficio y los «desechables», los que no interesan los deja morir en la frontera o los induce a la economía sumergida que también supone un importante negocio. Europa ha legalizado la injusticia.

Agustín N´Dour, inmigrante senegalés, visitó Sevilla el pasado 25 de abril para participar en una tertulia sobre el papel de la UE ante la inmigración.

Inició su intervención recordando hechos y datos históricos para entender de dónde arranca la emigración en África. Manifestó que el capitalismo no entiende de color y donde hay negocio allí explota impunemente. Europa -dijo- está en crisis pero África la lleva sufriendo desde hace más de 4 siglos durante los cuales se la ha expoliado, aniquilado y alienado culturalmente. Han sido 4 siglos de esclavitud donde no sólo se llevaban a los más fuertes sino también a los mejor preparados.

Después de ilustrar con hechos la situación de los inmigrantes, su sufrimiento durante las travesías que realizan hasta llegar a nuestras fronteras, denunció que Europa ha legalizado la injusticia. Afirmó que un inmigrante es un refugiado y como tal no se le puede negar asilo. Por tanto -expresó- cuando un inmigrante muere a las puertas de la frontera porque se le niega la entrada es un asesinato legalizado.

No es verdad -aseguró- que haya «más de 35.000 inmigrantes esperando en el Monte Gurú al asalto» como dijo la prensa española. El País mintió. La realidad es que, como denuncia la Asociación de Pro-Derechos Humanos de Andalucía, son entre 35.000 y 40.000 los inmigrantes contabilizados y asentados en Marruecos, muchos de los cuales son inmigrantes españoles.

La prensa manipula el lenguaje para hacer creer a la sociedad que la llegada de los inmigrantes supone un peligro, y es la culpable de crear sentimiento de rechazo.

También hizo mención del drama que está suponiendo para África la emigración de sus jóvenes, no sólo por la pérdida de mano de obra joven y fuerte. Dijo que para un país empobrecido, preparar a sus niños y jóvenes supone un gran coste económico y social y, cuando emigran, esa preparación la ponen al servicio de los países de destino, lo que supone una doble pérdida. Es lo que se denomina el robo de cerebros. Y a este robo también ha contribuido Europa.

Por tanto -finalizó diciendo- la UE roba a África, no sólo sus riquezas materiales sino también humanas, realizando una selección para su beneficio y a los «desechables», los que no interesan los deja morir en la frontera o los induce a la economía sumergida que también supone un importante negocio.

Finalmente invitó a los asistentes a profundizar en el conocimiento de estos temas y a luchar asociada y solidariamente para erradicar tanto sufrimiento.

Fuente: Casa de Cultura y Solidaridad de Sevilla – Abril 2014