1500 nuevos agentes con medios para “reforzar” las fronteras de la UE y frenar la entrada de los empobrecidos que desean un futuro de paz y mínimas condiciones de vida digna para sus familias.
Desde ahora, por orden del Consejo de Europa, hasta 1.500 efectivos podrán intervenir, de forma inmediata, las fronteras de un país de la Unión, aun en contra de su voluntad, o incluso las fronteras de países que no sean miembros de la Unión Europea.
La nueva Agencia Europea de Guardia de Fronteras y Costas ha comenzado a funcionar como respuesta al número de refugiados que acceden por mar desde las costas Africanas o/y Turcas.
“A partir de ahora, la frontera exterior de la UE de un Estado miembro es la frontera exterior de todos los Estados miembros, tanto legal como de forma operativa”, indicó el comisario europeo de Inmigración, Dimitris Avramopoulos, desde el cruce fronterizo Kapitan Andreevo, entre Bulgaria y Turquía.
La nueva agencia fue propuesta por la Comisión Europea (CE) en diciembre, ante la constatación de que Frontex, la Agencia Europea de Control de las Fronteras Exteriores que venía funcionando desde 2005, “no tenía la capacidad, los recursos ni las competencias para afrontar la oleada de refugiados”
Lo sangrante del tema es que según un informe de la OIM 5.400 migrantes murieron el año pasado. Una cifra muy “prudente” ya que, dice el informe, “el verdadero número de migrantes muertos en el mundo es seguramente mucho mayor». Las personas de las que se desconoce si han muerto, desparecido o llegado a un destino y nunca son encontradas, son invisibles a las estadísticas. «Muchos viajes trágicos no aparecen en ningún registro”, alertan los autores. Desde el año 2000, añaden, son más de 40.000 las muertes ocurridas y de las que se tiene constancia durante algún proceso migratorio. Un número que es “un baremo mínimo de muertos respecto al número real”. Por eso, “el número de migrantes que han muerto en sus viajes es desconocido”, señala la OIM.
Rutas más peligrosas según el informe
Un millar de personas perdieron la vida en una de las rutas más concurridas durante 2015, la del Mar Egeo, por la que más de 850.000 refugiados desembarcaron en costas griegas, en su mayoría procedentes de Siria, Iraq y Afganistán. Ocho de cada diez llegadas por mar a Europa se produjeron por esta ruta, añade el documento.
Llamativo es el dato que aporta la OIM sobre el sexo de las muertes en el Egeo: cuando se han podido identificar los cuerpos, 91 mujeres murieron por cada 100 hombres, lo que demuestra el cambio de la tendencia migratoria en esta ruta. Cada vez hay más mujeres, hasta un 50% más en 2015 respecto al año anterior. Los autores del informe subrayan el aumento de familias compuestas por madres y niños –en muchas ocasiones menores no acompañados– que salen para reencontrarse con maridos, padres, hermanos u otros familiares ya residentes en Europa. Lo que ha derivado en un aumento de la mortalidad infantil en el Egeo: un tercio de los muertos eran menores (270), la mayoría con menos de 10 años, 40 de ellos tenían menos de dos.
Levantamos fronteras y muros a los empobrecidos, mientras no ponemos problemas a otros inmigrantes ricos. Entre los más abundantes señalamos a ingleses y a alemanes.
En la actualidad hay cerca de 300.000 británicos viviendo en España, la mayoría viven en las islas o en la costa. Muchos de ellos son jubilados que viven en comunidades cerradas lingüísticamente y que tienen poco, o ningún contacto, con la población local.
Los alemanes, también la mayoría jubilados, suponen 142.000 habitantes.
Europa ahonda todavía más en un suicidio demográfico.
Suicidio demográfico español y europeo
Sin embargo no se tiene en cuenta la gran aportación, de los migrantes empobrecidos, a rejuvenecer la población española, patente en las estadísticas del INE.
Un descenso en las poblaciones de Ecuador, Bolivia, Marruecos en 2015, provoca un descenso acusado de la población joven en España.
Fijémonos en la población entre 20 y 39 años, en la que se produce un acusado descenso.