Nos proponen para líderes, tienes que ser un líder, es la dinámica de moda dentro del sistema. Tenemos que ser líderes en nuestras familias y en nuestros ambientes. Nos forman para ello en nuestros puestos de trabajo. Pero la palabra líder, puede tener connotaciones negativas. Suena a control.
Un líder aprovecha sus cualidades para que le sigan en un proyecto que la mayoría de las veces solo le aprovecha a él, y a menudo acaba en el desastre.
Mejor hablemos de militancia. Yo la conocí siendo muy joven en las asociaciones de vecinos. En aquellos locales encontré lo que me pareció una democracia real y tangible, una lucha asociada con la que se consiguieron, derechos sociales, colegios, centros culturales y líneas de autobús en los barrios obreros de la periferia madrileña durante las décadas de los setenta y los ochenta del siglo pasado.
Me gustaba más esa lucha que todas aquellas alegres expresiones artísticas de la Movida.
Desde esa época, ejercí una ferviente admiración por todo tipo de militancia sincera y honrada. Si no la encontraba en mis semejantes, la buscaba en los libros.
Buscaba militancia en la literatura, aunque fuese como la de Mike, el amigo de Jim Braddock. Juntos descargaban paquetes en el puerto de Nueva York durante la gran depresión y juntos vieron cómo la gente se moría de hambre sin aparentemente poder hacer nada. Braddock no perdió la esperanza y consiguió sacar a su familia adelante boxeando hasta llegar a ser campeón mundial, pero reconoció que lo peor de la Depresión era no ver a tu adversario, nada a lo que poder asestar un golpe.
Mike en cambio no consiguió sobrevivir a aquellos tiempos, pero tuvo claro desde el primer momento que había un enemigo reconocible: el sistema capitalista con su especulación, era el culpable de la injusticia y de la miseria que se estaba llevando tantas vidas por delante. Y se lanzó a la lucha junto a otros, aunque diera la sensación de que no consiguieron nada, su esfuerzo sirvió de ejemplo para muchos que continuaron hasta el final.
Primo Levi, escritor italiano que sufrió cautiverio en Auschwitz, también hablaba de militancia al responder a los que le preguntaban: ¿por qué no había habido muchos episodios de rebelión en el campo?.
Levi respondía a esta cuestión diciendo que rara vez, fuera y dentro del lager, los harapientos se rebelan, pero que, en todo caso, los episodios de rebelión que se vivieron en los campos siempre vinieron de parte de las personas que tenían una vida de lucha política asociada anterior a su entrada en el campo. Luchaban antes, lucharon durante y siguieron luchando después, y eso les valió a los que sobrevivieron para no formar parte de los muchos que se suicidaron después de ser liberados al no poder soportar sobre sus conciencias todo lo que fueron obligados a vivir.
Literatura y militancia, una vocación y una aspiración que me encontré juntas al descubrir estos libros editados con trabajo gratuito por el precio del papel y la tinta. Me refiero, por supuesto, a los libros de las ediciones Voz de los sin Voz. Publicaciones editadas así para poder ser realizadas y difundidas en cualquier lugar del mundo con el mínimo coste y en los que he visto aunados mi admiración por la militancia verdadera y mi amor por la literatura de verdad.
Mamma Jones, León Bloy, Charles Peguy, Dorothy Day, Ángel Pestaña, Salvador Seguí, Julián Gómez del Castillo… todos ellos y muchos otros ilustres imprescindibles que se pueden disfrutar en estas ediciones agrupados en temáticas de espiritualidad, política, filosofía, historia, cultura o autogestión.
Además podemos encontrar recopilaciones y testimonios de conversos o de profesionales que han sido capaces de poner sus dones al servicio del bien común o análisis exhaustivos de temas actuales como los relativos al Global compact, biopolítica o a la actual emergencia educativa que se trabajan a fondo en estas ediciones.
Así que, no pierdan más tiempo : Cojan uno de estos libritos y vayan a disfrutarlo en su rincón de lectura favorito. Si lo leen juntos en grupo, mejor. Elijan el que elijan, no les dejará indiferentes.
LEE Y CONDUCIRÁS TU VIDA, NO LEAS Y SERÁS CONDUCIDO.