Fenerismo y la acumulación de capitales

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Guillermo Rovirosa, en su libro El Fenerismo, explicaba el mecanismo que oprime a los pobres en la economía, hoy de plena vigencia y actualidad. ¿Cuántas veces han pagado su deuda los países empobrecidos? ¿Cuánto dinero ha pagado Grecia y pagará?


El ejemplo que ponía Guillermo Rovirosa en su libro es el de la peseta de Nerón (válido para cualquier moneda que use el Imperio).


LA PESETA DE NERÓN


Se suponía que Nerón había depositado en un banco de Roma una peseta, dejándola en herencia de un servidor suyo con la condición de que sus herederos no tocaran este capital con sus intereses durante mil novecientos años. Se contaba con que el interés efectivo sería de un (3%), ya que lo demás se gastaría en gastos sucesorios, impuestos, seguro, quebrantos, etc. Y se trataba de averiguar a cuánto ascendería actualmente el capital acumulado por la peseta de Nerón, sin más que meterla en la cajita mágica del fenerismo y sin desplegar otra actividad que la de no tocarla.


Como se ve, se trataba de un problema elemental de interés compuesto.


Los principios fueron mezquinos, por no decir despreciables. En el primer siglo de «trabajar» la peseta no llegó ni a veinte duros. ¡Vaya herencia para la primera generación de herederos!».


Pero en la actualidad, o sea: mil novecientos años después en virtud de la «divina» potencia creadora del fenerismo, y sin que sus poseedores sucesivos hubieran hecho otra cosa que no hacer nada con ella (lo cual no es difícil ni complicado, que digamos) se habría convertido en:


2.574.754.000.000.000.000.000.000 pesetas


Esta cifra significa que todos los valores rentables de este planeta ya estarían acaparados por dicha peseta, y como no eran ya suficientes para su «servicio», ello habría obligado a los economistas a promover un avance considerable de la técnica astronaútica, y aquella peseta ya habría acaparado todos los bienes rentables de los planetas de nuestro sistema solar tratándose de llegar a otros mundos de nuestra Via Láctea.


Toda humanidad terrestre y extraterrestre estaría dividida en dos sectores: los administradores de la peseta y los «servidores» de la peseta. (Hoy valdría para el euro)


Ya se comprende que los administradores de la peseta de Nerón serían precisamente a los que llamamos economistas y financieros, cuya misión consistiría fundamentalmente en encontrar en encontrar nuevas inversiones rentables para el ahorro, que en este caso estaría acaparado por los réditos de la peseta, ya que en el 1901 de su puesta en marcha importarían la cifra de:


77.242.620.000.000.000.000.000 pesetas que habría de invertir para que rentaran para el año siguiente junto con la parte principal, etc.


Es de suponer que tales financieros y economistas no lo pasarían excesivamente mal, ya que entre comisiones, corretajes, dietas, aranceles… se repartirían la diferencia entre el tres por ciento del servicio de la peseta y el seis por ciento (como mínimo) que producirían las inversiones.


Lo que me imagino que lo pasarían mal del todo serían » los del servicio».


¿Para qué seguir?.


Supongo que me dirán que esto es pura fantasía, y no tengo ningún inconveniente en reconocerlo. Pero si esto no se ha dado exactamente así no es por culpa del sistema fenerista, y espero que esto me lo admitan mis contraopinantes. Si esto no se ha dado exactamente así no es por culpa del sistema, repito, sino porque el hombre es algo más que un servidor de las pesetas.


No ha ocurrido así en apariencia, aunque en realidad está ocurriendo así. Nos impresiona el fenómeno fenerista al percatarnos de las cifras monstruosa que representa la acumulación de las rentas después de 1900 años de invertida la peseta de Nerón, y nos deja indiferentes que en el año uno de su inversión aquella peseta de Nerón produjera 3 céntimos. Cuando en realidad es exactamente lo mismo, ya que en la fase final cada peseta sigue produciendo tres céntimos, y no más.


También impresiona el pensar que esta cifra fabulosa perteneciera a una sola mano, mientras causaría menos impresión si estuviera repartida entre algunos millones de personas. Pero el hecho es el mismo.


Ahora bien , si nos fijamos un poco nos daríamos cuenta de que en los países «libres» la casi totalidad de los bienes están invertidos en el sistema fenerista, en pleno mecanismo de la peseta de Nerón, mientras que los países colectivistas lo están todos.


Ante este panorama actual yo pregunto: ¿Es que esta situación actual es diferente de la que yo imaginaba para la peseta de Nerón?.

—————————————————guillermorovirosa.es

Más información en el libro El Fenerismo en las ediciones Voz de los sin Voz

Sección: economía

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