La escasez de productos como los AirPods y el iPhone X está llevando a los proveedores y manufacturadores de Apple a pasarse por el arco del triunfo los Derechos Fundamentales de miles de empleados en Asía. Y es que ya son varias las noticias que envuelven a Foxconn, principal eslabón en la cadena de montaje de Apple, en una serie de escándalos relativos a los derechos de los trabajadores y sus inhumanas situaciones.
La llama sigue bastante encendida, y es que ahora algunos medios han obtenido informaciones que parecen indicar la posibilidad de que los empleados de Foxconn estén realizando jornadas laborales fuera de toda ley y que menoscaban notablemente la salud de los empleados.
Después de que Financial Times avisara de que alrededor de 3.000 estudiantes estaban siendo empleados de forma irregular en sus plantas industriales de China, ahora llegan novedades con tintes igual de peligrosos. A pesar de que emplear a estos “niños” no parece del todo ilegal en China, lo que la ley en el gigante asiático no permite es que se les emplee por jornadas que superen las cuarenta horas semanales (una auténtica locura ya de por sí). Sin embargo, según la BBC esto no es ni tan siquiera un indicativo de seriedad, al parecer los empleados están realizando numerosas “horas extras” con la intención de poder satisfacer las necesidades de entrega de Apple. Así es como estos empleados superan jornadas de más de doce horas diarias.
A pesar de que Foxconn ha emitido un comunicado informando de que está tomando medidas activas para evitar que los trabajadores realicen horas extraordinarias en ningún caso, la realidad es que según la BBC nada parece cambiar realmente en las naves industriales donde se sigue trabajando hasta la extenuación. Los más de 300.000 empleados siguen sacando hasta 20.000 iPhone X al día, una cifra alta pero insuficiente para satisfacer a un mercado ansioso. Apple por su parte ha solicitado a Foxconn que ningún trabajador se emplee más de sesenta horas a la semana, aún así veinte horas por encima de las legales establecidas en la mayoría de los casos para un país desarrollado como por ejemplo España (en Francia es incluso inferior).