Bajo el lema ‘LOS INMIGRANTES SON PERSONAS, NO MERCANCÍA’ se celebró en Málaga el 16 de enero una marcha de solidaridad con los inmigrantes y una concentración en la Plaza de Capuchinos, frente al CIE (Centro de Internamiento para Extranjeros), símbolo de la opresión contra los inmigrantes
El acto convocado por el Movimiento Cultural Cristiano y el Partido SAIn (Solidaridad y Autogestión Internacionalista) denunciaba los mecanismos de represión contra los inmigrantes que provocan muerte y sufrimiento, y dejan a millones de inmigrantes sin ningún derecho (8 millones de sin papeles en Europa) que junto a las altas tasas de paro artificialmente provocado hacen que la sociedad sufra control y disciplina, obligándoles a soportar cualquier explotación laboral para conseguir o conservar su empleo y no perder los permisos de residencia o el temor a ser denunciado y deportado.
Y es que el paro y la represión contra los inmigrantes tienen la misma causa: un sistema económico mundial que busca en cada operación el máximo beneficio.
Se denunciaron los mecanismos de represión:
Los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE): 220 en territorio europeo, y más de 100 financiados en países empobrecidos. Un hecho de los procesos de externalización de fronteras que convierte a los propios africanos en gendarmes de sus propios compatriotas.
La Agencia FRONTEX, SIVE: financiada con más de 100 millones de € (más de 16 mil millones de Ptas.). Todo un ejército para impedir que las personas hambrientas se acerquen a las fronteras europeas. Y financiado por la política criminal de la Unión Europea.
Las Leyes de extranjería, Directiva de Retorno, Tratado de Schengen: leyes inmorales que atentan contra los derechos fundamentales de la persona como la libertad de movimiento, la sanidad, la educación y la indefensión ante la explotación laboral o mafiosa. Un exponente de todo esto es el actual gobierno del PSOE, con la última Ley de Extranjería y el Plan África.
Se llamó la atención sobre la dignidad inviolable de la persona humana a la que hay que respetar por encima del lucro y los intereses de unos pocos.
El derecho a emigrar y a no tener que emigrar, es decir, que en el propio país se creen condiciones dignas para todos.
La eliminación de los mecanismos comerciales y financieros de robo a los países empobrecidos y restitución de lo robado.
La promoción de una cultura solidaria y autogestionaria. Caridad política para transformar las instituciones asesinas en instituciones solidarias.
El acto finalizó con las exigencias de:
– Eliminación de los sistemas de control de fronteras: el Frontex y el Sistema Integrado de Vigilancia Exterior que provocan miles de muertos.
– El cierre inmediato de todos los Centros de Internamiento: los del mundo entero, especialmente los silenciados en el Norte de África.
– La derogación de la ley de extranjería y de la Directiva de Retorno. Salida inmediata del espacio Schengen.
Construyamos un mundo
Sin banderas, ni fronteras