Fue un deseo utópico intentar cambiar el Partido Socialista de Madrid, pero mereció la pena. Hoy me voy con la conciencia tranquila, tras haber intentado aportar catarsis a un Partido en el que la mediocridad se ha instalado tanto en su cúpula como en toda la organización y en el que nadie denuncia que Zapatero se ha cargado el trabajo de los españoles a lo largo de cuarenta años.
(extracto)
El Sistema Político Español no puede sostenerse al haber entrado en quiebra todas y cada una de sus instituciones.
El pésimo nivel de nuestros políticos con corrupción por todas partes, sumado al absentismo de la sociedad civil y la pérdida de lo todo tipo de valores pintan un horizonte negro como en ningún país europeo.
Hay que empezar un nuevo ciclo de nuestra vida política y económica antes de que sea demasiado tarde. Habría que someter a Zapatero a un proceso de impeachment, con mayores motivos que los aducidos en EEUU contra Nixon.
No podemos permitir que un sentimiento de impotencia ante una pésima forma de gobernar hipoteque nuestro futuro y el de nuestros hijos. Hay que cambiar todo de nuevo, especialmente nuestra forma de participar en la vida política.
Hace falta crear la masa crítica política suficiente para reformar y regenerar nuestras instituciones cambiando nuestra forma de vivir, de trabajar y defender nuestros legítimos intereses. Hace falta salir a todas las calles en manifestaciones pacíficas a lo Gandhi, con un fin claro: acabar con métodos democráticos con el Sistema Político.
El PSOE debe entrar en el cementerio de los Partidos Políticos cuanto antes
Todas las ideas que un día pudo tener el PSOE han muerto tras el terremoto de
Falsedades, engaños y políticas obsoletas
Por sus engaños y falsedades, por la renuncia a defender los intereses de sus votantes, por su travestismo, por desconocer y no intentar comprender la realidad, el socialismo español camina a su desaparición en el momento en el que el capitalismo ofrece su peor cara.
En la peor crisis económica de los últimos cien años, en vez de afrontarla y combatirla con planteamientos críticos, se ha dedicado a desarrollar un programa económico impuesto por los mercados financieros, que ha complementado con un programa social y de cambio de nuestras costumbres calcado del Libro Blanco del Gran Oriente Francés.
Esta desconexión con la realidad, unida a una navegación sin brújula, sin nadie preparado al frente del Partido y el Gobierno, conduce al PSOE sin remisión al cementerio de los partidos políticos que terminaron sin ideario, sin doctrina, sin orientación política alguna, pero sobre todo sin ninguna identidad.
La socialdemocracia europea y el PSOE están condenados a desaparecer
Han sido incapaces de responder a la crisis económica y lo que es peor, se han hundido en el descrédito popular al aplicar los programas de austeridad decididos por los mercados financieros y
La conversión de Zapatero al socialiberalismo, impulsando las privatizaciones, reduciendo los presupuestos a costa del bienestar de los ciudadanos, destinando recursos a la salvación de Bancos quebrados, reduciendo salarios a los funcionarios, congelando las pensiones, preparando el aumento de la edad de jubilación y sobre todo aumentando las desigualdades y la precariedad de los ciudadanos, conducen al PSOE y a España a un callejón sin salida.
Es incomprensible que no busque soluciones a las multitudes de obreros desechados por las brutalidades del mundo postindustrial, que no se preocupe por los excluidos, milieuristas y jubilados en plena edad activa.
Es inadmisible que no hable tan siquiera de ese 43% de jóvenes menores de 25 años que no encuentran trabajo, ni de las ayer clases medias, hoy amenazadas por la miseria.
La socialdemocracia es culpable de que sus electores le den la espalda
La utopía social ha desaparecido de sus pensamientos. En la mente de los dirigentes socialistas, al igual que en la de sus electores, el consumismo impera, así como el deseo de enriquecerse lo antes posible. No sólo no van a contracorriente sino que incluso lo defienden mediante la publicidad y los medios de comunicación manipulándolos a su antojo.
Si hay algo que preocupa a los dirigentes socialistas, es como conservar su puesto y vivir a costa del Partido o los Presupuestos. Para los europeos en general y para los españoles en particular la socialdemocracia está al final de su ciclo político.
El proceso a poner en marcha es más importante si cabe que el que acometió en 1978, tras dotarnos de una nueva democracia.
La mediocridad de los dirigentes actuales del PSOE, con honrosas excepciones, les inhabilita para dirigir este proceso de transformaciones globales que hoy necesita España. Continuar en el PSOE actual, es lastrar cualquier posibilidad de colaborar en la transformación de España.
Por eso me marcho sin acritud, pero con la conciencia tranquila, dejando a muchos amigos que desgraciadamente me comprenden, pero no están por librar esta dura y próxima batalla. Lo siento por ellos.
Saludos a todos
Economista, ex Consejero de Economía de Aragón