Gracias Santo Padre

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Comunicado del Movimiento Cultural Cristiano ante la renuncia del Papa Benedicto XVI

El Movimiento Cultural  Cristiano, ante la renuncia al papado de Benedicto XVI, se pone en oración para dar gracias a Dios  por el don de su ministerio durante estos ocho años. El “humilde trabajador de la viña del Señor” se ha quedado sin fuerzas para ejercer su ministerio en este mundo globalizado de tantos retos. Su primera y última lección ha sido la humildad. El hombre que se enamoró de la verdad, Cristo, nos ha mostrado la humildad. Guillermo Rovirosa decía que era la virtud más alta del cristianismo. Desde ahora hasta el final de sus días quiere aportar al Cuerpo Místico de la Iglesia la alabanza, la oración, y el sufrimiento. La cruz del Señor sigue siendo la sabiduría de Dios que desechan los sabios de este mundo por su “necedad”.

En la Iglesia militante la lucha es permanente, y nuestros ojos se ponen ahora en el Señor para que nos dé luz para elegir a un nuevo Papa que nos conforte en la fe y en el combate contra todo lo que encadena a la humanidad al hambre, a la esclavitud, a la violencia, a la muerte… para ello, Benedicto XVI nos seguirá acompañando con su oración y sufrimiento.

¡Bendito sea Dios, Padre de Nuestro Señor Jesucristo!

Coordinadora Permanente del Movimiento Cultural Cristiano

Discurso íntegro de la renuncia al papado de Benedicto XVI

Lunes 11 de febrero de 2013, festividad de la Virgen de Lourdes.

La Iglesia celebra el día del enfermo.

Queridísimos hermanos, Os he convocado a este Consistorio, no sólo para las tres causas de canonización, sino también para comunicaros una decisión de gran importancia para la vida de la Iglesia.

Después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino. Soy muy consciente de que este ministerio, por su naturaleza espiritual, debe ser llevado a cabo no únicamente con obras y palabras, sino también y en no menor grado sufriendo y rezando.

Sin embargo, en el mundo de hoy, sujeto a rápidas transformaciones y sacudido por cuestiones de gran relieve para la vida de la fe, para gobernar la barca de San Pedro y anunciar el Evangelio, es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del espíritu, vigor que, en los últimos meses, ha disminuido en mí de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado.

Por esto, siendo muy consciente de la seriedad de este acto, con plena libertad, declaro que renuncio al ministerio de Obispo de Roma, Sucesor de San Pedro, que me fue confiado por medio de los Cardenales el 19 de abril de 2005, de forma que, desde el 28 de febrero de 2013, a las 20.00 horas, la sede de Roma, la sede de San Pedro, quedará vacante y deberá ser convocado, por medio de quien tiene competencias, el cónclave para la elección del nuevo Sumo Pontífice.

Queridísimos hermanos, os doy las gracias de corazón por todo el amor y el trabajo con que habéis llevado junto a mí el peso de mi ministerio, y pido perdón por todos mis defectos.

Ahora, confiamos la Iglesia al cuidado de su Sumo Pastor, Nuestro Señor Jesucristo, y suplicamos a María, su Santa Madre, que asista con su materna bondad a los Padres Cardenales al elegir el nuevo Sumo Pontífice. Por lo que a mí respecta, también en el futuro, quisiera servir de todo corazón a la Santa Iglesia de Dios con una vida dedicada a la plegaria.

Benedicto XVI

Vaticano, 10 de febrero 2013