GRAN LIQUIDACIÓN: OLIGOPOLIOS 2003

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Según datos del Banco Mundial, para 2003 se mantuvo la tendencia que inició con el nuevo milenio: de las cien mayores economías del planeta, 51 son corporaciones trasnacionales y 49 son países. Según su producto interno bruto (PIB), los países que encabezan la lista son: Estados Unidos, Japón, Alemania, Reino Unido, Francia, China, Italia, Canadá, España, México, India, Corea, Brasil, Holanda, Australia, Rusia, Suiza y Bélgica. Sigue la cadena de supermercados Wal-Mart, con ventas por valor de 246 mil 525 millones de dólares durante 2002. Es mayor que el PIB de Suecia, Austria o Noruega. Luego se encuentran General Motors, Exxon Mobil, Shell, BP, Ford, Daimler Chrysler, Toyota, General Electric, Mitsubishi, Citigroup, ING Group, IBM y otras


Por Silvia Ribeiro
Fuente: Alai (Agencia Latinoamericana de Información)
*La autora es investigadora del Grupo ETC. Artículo basado en el informe Oligopoly, Inc. www.etcgroup.org

Según datos del Banco Mundial, para 2003 se mantuvo la tendencia que inició con el nuevo milenio: de las cien mayores economías del planeta, 51 son corporaciones trasnacionales y 49 son países. Según su producto interno bruto (PIB), los países que encabezan la lista son: Estados Unidos, Japón, Alemania, Reino Unido, Francia, China, Italia, Canadá, España, México, India, Corea, Brasil, Holanda, Australia, Rusia, Suiza y Bélgica. Sigue la cadena de supermercados Wal-Mart, con ventas por valor de 246 mil 525 millones de dólares durante 2002. Es mayor que el PIB de Suecia, Austria o Noruega. Luego se encuentran General Motors, Exxon Mobil, Shell, BP, Ford, Daimler Chrysler, Toyota, General Electric, Mitsubishi, Citigroup, ING Group, IBM y otras. Las petroleras y fabricantes de automóviles han estado por décadas entre las mayores economías del planeta. Se sumaron hace años las firmas de electrónica y los grandes grupos financieros, como aseguradoras y bancos. Desde comienzos de siglo, Wal-Mart se ha mantenido como la empresa más grande del planeta, rebasando a las anteriores. Otros megasupermercados escalan rápidamente: Carrefour, SA, y Royal Ahold tienen volúmenes de venta mayores que el PIB de países como Perú y Nueva Zelandia. Le siguen de cerca procesadoras de alimentos y bebidas como Nestlé y Vivendi e hicieron su entrada a las cien mayores economías globales las trasnacionales farmacéuticas, con Merck & Co en el puesto 99, según las ventas de 2002. Durante 2003, la fusión de los gigantes farmacéuticos Pfizer y Pharmacia aseguró un puesto mucho más arriba en la escala, colocándose 40 por ciento arriba de Merck en volumen de ventas.

Desde 1990 a la fecha, las fusiones y adquisiciones empresariales multiplicaron diez veces su volumen. Estas fusiones se han dado tanto verticalmente (entre empresas del mismo rubro) como horizontalmente (entre diferentes rubros relacionados), resultando grupos de fortísimo poder económico, capaces de controlar enormes sectores de mercado, sea por volumen o por la dependencia creada al controlar una cadena de productos. Se complementa con el control oligopólico de las nuevas tecnologías y su convergencia (biotecnología, nanotecnología, informática, neurociencias), tanto en investigación como en aplicaciones industriales. El poder de estas megacorporaciones sobre los países, sus economías (inversiones, empleos, recursos, infraestructura, tecnologías, comercio internacional) y la definición de políticas que las favorezcan es enorme, por medios legales o ilegales.

Wal-Mart, con una política de no permitir sindicatos y pagar salarios de hambre, es la compañía de ventas directas al consumidor más grande de Estados Unidos, Canadá y México. Desde 1995 se han iniciado en Estados Unidos 65 procesos legales por actividades antisindicales. El New York Times opinó en un editorial que la «wal-martización de la fuerza laboral… amenaza con empujar a miles de estadunidenses a la pobreza» (NYT, 15/11/2003). En México es actualmente el mayor empleador, bajo los nombres de Bodegas Aurrerá, Superama, Suburbia, los restaurantes Vips, El Portón y Ragazzi, los almacenes Sam´s Club, Wal-Mart y Home-Mart.

En los recientes dos años se han hecho también públicos casos escandalosos de engaños de las corporaciones al público, trabajadores, accionistas y contribuyentes. Enron, WorldCom, Tyco International se presentan como «manzanas podridas», cuando en realidad la corrupción y la podredumbre son elementos estructurales del sistema corporativo. Claro que es más probable ver en las listas de corrupción a gobiernos del tercer mundo: ¡cuántas veces son los mismos ejecutivos que pagan los sobornos los que informan de la corrupción!

El Grupo ETC ha venido siguiendo estos procesos desde la década de los 70, particularmente en los rubros agrícolas y alimentarios. Primeramente, las empresas químicas adquirieron las semillas, para lograr la dependencia del agricultor al vender la semilla y el agroquímico en un paquete. Luego se fusionaron o hicieron acuerdos de cooperación con los sectores farmacéuticos, sobre todo a partir de compartir la investigación en biotecnología. El «sueño» de la dependencia lo plasmaron en los cultivos transgénicos con tolerancia a herbicida incorporada: ahora tres cuartas partes de los transgénicos en campo. Los nombres de las mayores empresas de agrotransgénicos muestran claramente el proceso: Monsanto, Syngenta (Novartis más AstraZeneca), Bayer, Dupont, Dow, cuyas ventas de biotecnología en 2001 superaron los 3 mil millones de dólares. Estas mismas empresas han extendido su poderío mediante compras o acuerdos con empresas de productos veterinarios, de genómica, biotecnología y ahora inversiones en nanotecnología. En el rubro veterinario, las ventas mayores son productos para mascotas, superando los insumos agropecuarios. Los farmacéuticos para humanos son patentados con otro nombre alegando uso veterinario, y las empresas inventan afecciones en las mascotas. Novartis vende un antidepresivo humano, con otro nombre, para atender la «ansiedad de separación canina». El departamento de salud animal de Novartis afirma que más de siete millones de perros en Estados Unidos sufren de ansiedad por separación. Pfizer vende productos para el mal de Parkinson, rebautizados para perros con «problemas de vejez». Entre los productos anunciados, hay medicamentos para la incontinencia en gatos y la «fobia a los truenos» de los perros…

La concentración ocurre también entre las empresas de alimentos y bebidas, y finalmente entre los que venden todos estos productos directamente al consumidor: los supermercados, quienes por su volumen y amplitud de oferta (alimentos, farmacias, vestimenta, herramientas, etcétera) son capaces de poner condiciones a todos los anteriores.

OLIGOPOLIOS 2003: CONTROL Y NUEVAS TECNOLOGÍAS

Para la mayoría de la gente, lo más tangible de la concentración corporativa es la de los megasupermercados, encabezados por Wal-Mart, desde hace tres años la empresa más grande del mundo. El poder de estos megasupermercados es enorme, ya que luego de una etapa inicial de bajar precios para eliminar competidores, manipulan a su gusto los precios a consumidores y proveedores. La tendencia es que se encuentre todo bajo un mismo techo, desde alimentos, vestido y productos farmacéuticos hasta muebles y refacciones de automóvil, creando así mayor dependencia y estimulando compras por medio de sistemas de mercadeo «personalizado». En ese sentido, IBM (la empresa 19 y la economía 58 del planeta) desarrolló una tecnología de sensores llamada BlueEyes, que permite a cámaras de video y micrófonos identificar las acciones de los «observados», posibilitando que esta información se use para reconocer las preferencias de los consumidores, pero también para identificación individual (por ejemplo mediante el iris, como ya sucede en algunos aeropuertos europeos).

Otro sector de alta concentración, quizá menos evidente para el público, es el control de las nuevas tecnologías y la convergencia de éstas. Ciencias como la genómica y la biotecnología, la nanotecnología, la informática y las neurociencias se potencian mutuamente, siendo su orientación definida mayoritariamente por poderosas empresas, y en una porción significativa, por las fuerzas armadas de los países donde tienen sus casas matrices, fundamentalmente Estados Unidos, Europa y Japón. Sus departamentos de Defensa y otros relacionados, tienen numerosos contratos de investigación y desarrollo de productos con esas mismas empresas.

La genómica, una ciencia que nos prometen traerá toda suerte de beneficios mediante la medicina «personalizada» (a quienes puedan pagarla) ha avanzado exponencialmente gracias a la informática, que a su vez ha dado un salto cualitativo con nanotecnologías que permiten incorporar ADN para sustituir la anterior generación de chips de computación. Llevó 12 años y más de 250 investigaciones secuenciar el genoma de la bacteria Escherichia coli. En contraste, una subsidiaria de la empresa CuraGen anunció en septiembre de 2003 que con nuevos métodos había logrado secuenciar el genoma completo de un virus en un par de horas.

El primer genoma animal secuenciado, un nemátodo con 100 millones de pares de bases, tardó ocho años en completarse en 1998. En setiembre de 2003, Craig Venter, del Centro de Genómica Avanzada, anunció que en unos meses había completado la secuenciación del genoma de su perro. La iniciativa pública Proyecto Genoma Humano tardó 10 años y gastó 2 mil 700 millones de dólares para secuenciar 3 mil 120 millones de bases de nuestro código genético. En octubre de 2003, Affymetrix anunció que estaba tomando pedidos para entregar «genoma humano en un chip» por un costo de unos 500 dólares. Este chip permitiría una «lectura rápida» de los aproximadamente 30 mil genes humanos, para generar fármacos individualizados. Los aspectos de control y de bioética de estas aplicaciones han sido escasamente discutidos. Pero el contexto corporativo es que las 10 mayores empresas biotecnológicas y genómicas acaparan 54 por ciento del mercado mundial, y las 10 mayores farmacéuticas 53 por ciento.

Sin duda, la tecnología que tendrá mayores impactos a todos los niveles es la nanotecnología (la manipulación de la materia viva o inerte a nivel de átomos y moléculas). Es el único sector de investigación en el que la inversión ha crecido exponencialmente, incluso en economías en recesión. La nanotecnología es aplicable prácticamente a todos los rubros industriales, como una plataforma para crear nuevos productos y modificar los ya existentes. Y la nano-biotecnología abre fronteras ni siquiera imaginadas. Las farmacéuticas se regocijan con reformulaciones a nivel molecular que les permiten extender el monopolio de sus patentes. La Fundación Nacional para la Ciencia de Estados Unidos predice que en una década, más de la mitad de las ventas farmacéuticas dependerán de la nano-biotecnología. La meta es integrar los ladrillos básicos de lo vivo con materias sintéticas, creando nuevos materiales y artefactos, pero también organismos vivos que nunca han existido. En 2002, financiados por el Departamento de Defensa, investigadores de la Universidad de Nueva York sintetizaron en dos años el genoma del virus de la polio. En noviembre 2003, financiados por el Departamento de Energía, el Instituto de Energías Biológicas Alternativas, fundado por Craig Venter, construyó un virus artificial bactericida en sólo dos semanas. En octubre de 2003 investigadores de la Universidad de Stanford anunciaron que habían creado una molécula de ADN expandido (llamada xDNA), que «un día podría servir como el material genético de una nueva forma de vida, aquí o en otro planeta». Las fuerzas armadas de Estados Unidos tienen el mayor número de patentes nanotecnológicas, seguidas por IBM. Gran parte de las 500 mayores empresas del mundo invierten en nanotecnología.

La orientación subyacente de las nuevas tecnologías, en el contexto de oligopolios crecientes en todos los rubros, que ya afectan virtualmente todos los aspectos económicos, políticos y sociales del planeta, es el control de todos los aspectos de la vida existente (o por crearse). Como tantas veces, la realidad supera la fantasía, haciendo parecer las oscuras utopías de sociedades totalitarias de Orwell y Huxley como cuentos de niños.