«Cristo, la Iglesia y los Pobres, sin considerarse nunca con derechos adquiridos, fueron el trípode en que se manifestó su vida de fe. Ello quiere decir, con una entrega creciente y a fondo perdido.»Hombre de fe.
A Guillermo Rovirosa le defino como un hombre de fe en Jesucristo y en nada más, aunque este nada más, le condujera, primero, a ser incomprendido y maltratado por los propios cristianos y, posteriormente a ser perseguido, calumniado y expulsado por los que amaba y de lo que amaba.
Son palabras éstas fáciles y breves de escribir, difíciles y largas de vivir en el día a día; ahí está su ejemplaridad. La permanencia en la fidelidad al Ideal es la gran piedra de toque del militante. Y lo seguirá siendo.
Las características o acento vivencial de su vida de fe las puso Rovirosa, según mi observación, en:
1.- Haciendo de su vida un proceso de conversión a Jesucristo y a nada ni nadie más. Y en este nada ni nadie más entraban las personas, pero también figuraban partidos, sindicatos, patria, familia, etc., todas las realidades en las que los medianos sabemos poner nuestro corazón y hasta el sentido de nuestra vida.
2.- En plena lógica con lo anterior, su excepcional amor a la Iglesia, hasta entregarle su vida sin remuneración económica ninguna. Fue ésta la segunda característica de su vida de creyente. Era consciente de que en la Iglesia siempre la santidad la pone Dios, y por eso nunca le falta, mientras los hombres aportamos la mediocridad y el pecado. Los «buenos» no se lo creen, y por eso no necesitan ni a Cristo ni a su Iglesia. El, cuando fue perseguido por los cristianos y fray Albino González Menéndez-Reigada, obispo de Córdoba, quiso ir a ver al Papa Pío XII, de quien Rovirosa era amigo personal, diría: «Un hijo no se defiende de su madre, es la madre la que tiene que defender al hijo», y le prohibió que lo hiciera.
3.- Coherente con los dos puntos anteriores, su amor a los últimos, a los pobres. Este punto se sirvió para dar estilo a su vida personal y de familia, de manera creciente, pero también lo puso de manifiesto en su vida política y social, negándose a servir a ninguna tendencia política que no protagonizaran los pobres, como se negó a que los excelentes frutos de su investigación sirvieran para generar obreros en paro, lo que le llevó a prohibir que fueran explotados los frutos de su capacidad científica.
Cristo, la Iglesia y los Pobres, sin considerarse nunca con derechos adquiridos, fueron el trípode en que se manifestó su vida de fe. Pero su vida de laico creyente. Ello quiere decir, con una entrega creciente y a fondo perdido. Esto lo pone de manifiesto que viviendo una época en que era normal que tanto en las organizaciones políticas, como en las sindicales y apostólicas, los liberados o burocracia a sueldo fuera el estrato social de los dirigentes, él siempre lo rechazó viviendo de su trabajo sin resta ninguna para la entrega gratuita a su quehacer apostólico. Nunca la acción apostólica que los demás le pedíamos se vio mermada por su independencia económica. La misma actitud de su esposa fue uno de los hechos que probaron su entrega heroica.
«…sólo lo evangélico debe ser lo globalizador de toda la vida del cristiano, sin que ello suponga ninguna pérdida de la autonomía de lo temporal, pero sin que suponga, tampoco, ninguna instrumentalización de lo religioso».
Por último su ser de hombre de fe se puso de manifiesto ante la persecución. Primero, ante la persecución del régimen del general Franco que lo encerró en la cárcel por el delito de ser testigo de Cristo y a quien amaban los trabajadores de la empresa en que desarrollaba su actividad profesional antes y durante la Guerra Civil; después, ante la persecución de los democristianos y la policía franquista, que le llevaría a la expulsión de la Comisión Nacional de la HOAC. El amor a los que le persiguieron se puso de manifiesto en todo momento.
La HOAC
Cuando nace la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), 1946, por decisión de Su Santidad Pío XII y la colaboración filial del Cardenal Enrique Pla y Deniel, arzobispo de Toledo, Rovirosa vio en ella, desde el primer momento, lo que llevaba propugnando y soñando desde hacía más de 12 años. Su conversión a Cristo exigía la entrega a los pobres; los pobres, en la España de los años treinta y cuarenta, eran los trabajadores; por ello hizo un curso en el Instituto Social Obrero, jurándose, al final, no volver a tener que ver con la Democracia Cristiana. Posteriormente aceptaría ser vocal-obrero de los Hombres de Acción Católica, en Madrid y cuando esta organización ejecutó la puesta en marcha de la HOAC, él se aunó con todo entusiasmo, hasta el punto de que, sin proponérselo, sin que nunca nadie le eligiera ni le diera nombramiento ninguno, fue y ha sido el inspirador de la HOAC hasta que la politiquería profranquista y promarxista de los años sesenta decidieron que había que hacer apostolado obrero haciendo juego con el poder político presente o futuro, aunque este se quedara en socialdemocracia liberal y liberaloide.
En los primeros años de la HOAC, los 40, más de una vez conversamos sobre que la HOAC moriría para resucitar en los que quisiéramos la evangelización desde los pobres. Es evidente que esto lo vio Rovirosa en «Editorial ZYX» y así lo manifestó, y es evidente que también ZYX, como movimiento evangelizador, moriría en 1973, para continuar su camino evangelizador en el Movimiento Cultural Cristiano. Podrá creerse que esto es subjetivismo del que escribe; no niego la carga de subjetividad que tiene este escrito, como todos los que hagan los protagonistas que narran lo que han vivido, pero hay dos hechos que objetivan el tema y que son decisorios en el planteamiento de Rovirosa:
1.- Su concepción de militancia cristiana. Quedó claramente reflejada en sus escritos sobre los VINCULADOS. ¿Tiene eso algo que ver con las burocracias actuales de cualquier tipo de organización? ¿Que no son posibles?. Pero, entonces, ¿por qué los hay en 1997?
2.- Los SECTORES. Frente al cáncer constante que en las organizaciones apostólicas ha supuesto la politiquería, que siempre ha llevado a la instrumentalización de parte de la Iglesia por corrientes políticas, él pensó, desde la primera mitad de los 50, que la dimensión evangelizadora de la acción política, económica, social y cultural que hicieron los militantes, debería ser revisada en la Iglesia y, por tanto, en las organizaciones de Iglesia a las que pertenecieron sus militantes. Pero esto nunca se ha hecho ni se hace hoy. Los SECTORES tenían esa función, pero nunca se permitió ponerlos en marcha. ¿Pudieron evitar la crisis profranquista del apostolado
laico de los sesenta en los cincuenta? Creo que sí, y entonces, es cuando era evitable. ¿Pudieron evitar la crisis promarxista del apostolado laico en los setenta? Tampoco nos cabe duda. De forma que éstas no sólo atentaron contra los SECTORES, sino contra el principio de que sólo lo evangélico debe ser lo globalizador de toda la vida del cristiano, sin que ello suponga ninguna pérdida de la autonomía de lo temporal, pero sin que suponga, tampoco, ninguna instrumentalización de lo religioso.
Concepción de la militancia y de la evangelización fueron dos innovaciones sustantivas de Rovirosa que concluyeron en la HOAC de principios de los sesenta; curiosamente Santiago Carrillo escribirá que pocos años después los obreros cristianos se unieron a la lucha y, algunas tesinas y tesis doctorales clericales de hoy, le darán la razón afirmando que el compromiso temporal de los militantes de la HOAC es de final de los sesenta.
El compromiso bautismal en Rovirosa. Los intereses de las manipulaciones politiqueras de antes y de ahora son los que han lanzado y sostenido esa no verdad de que el compromiso temporal se comenzó a realizar en la HOAC de los sesenta. Sí queremos subrayar que la fecha que dicen los politiqueros coincide con la salida de Rovirosa de la HOAC. La mentira se lanza en servicio de la descalificación militante de la HOAC de primeros de los sesenta, de los cincuenta y de los cuarenta. Los marxistas pretenden descalificar a los obreros cristianos como militantes frente a Franco en los sesenta, cincuenta y cuarenta; y los promarxistas cristianos de la crisis de los setenta, hacerse pasar por los que dieron realidad militante a la HOAC, aunque alguno se encuentre hoy al frente de «Comunión y Liberación» y diga TVE que fue anarcosindicalista.
Rovirosa, desde los años cuarenta, hablaba del compromiso bautismal como único compromiso del laico cristiano. Cuando se importa a España la teología del compromiso temporal, él se preocupó por lo que encerraba detrás y, años más tarde, publicaría el librito «Compromiso temporal», que es una verdadera tomadura de pelo a ese tipo de teología, lógica en quien vivía una espiritualidad de encarnación y que 20 años antes del Vaticano II ya veía en el bautismo la razón de la acción transformadora del mundo por parte del laicado cristiano, sin necesidades de integrismos ni de confesionalismos políticos ni sindicales. De ahí que cuando monseñor Alberto Bonet intenta convertirle en instrumento de la Democracia Cristiana dentro de la HOAC le respondiera: «Yo aquí hago tarea evangelizadora, eso otro, lo hace Ud. si quiere». Los que intentaron lanzar el sindicato cristiano a final de los 50 y aún viven, son otros testigos de la posición contraria de Rovirosa. Pero desde Santiago Carrillo a los más altos dirigentes del PSOE en el exilio, todos creyeron que el apostolado obrero español iba por ahí; pero todos se equivocaron en su análisis «científico» y cuando se encontraron con los promarxistas no dudaron en hacer lo que ellos querían echar en cara a los democristianos. Es el mundo de los politiqueros.
Que la acción transformadora del mundo estaba en la entraña de la HOAC en 1946 y antes en algunos de los muchos que la dieron origen, lo demuestran los hechos. Como telón histórico de fondo, en los años cuarenta, teníamos el configurado por las siguientes coordenadas:
1.- Guerrillas comunistas invadiendo el valle de Arán (fracasando) y en algunos otros puntos de España.
2.- Pequeñas guerrillas urbanas anarcosindicalistas.
3.- Guerrillas del PSOE en Asturias, principalmente, y en otros puntos de España. Este fenómeno guerrillero de la izquierda ideologizada fue el que llevó al historiador Tuñón de Lara a escribir que los militantes de la HOAC extremeña colaboraban con la guerrilla en 1944 cuando la HOAC no existía en ningún lugar de España. Cosas de historiadores «científicos». Toda la izquierda política con estrategia guerrillera, mientras el sector socialdemócrata, con Indalecio Prieto a la cabeza, intentaban el acuerdo con don Juan de Borbón.
4.- Por otra parte, la democracia cristiana de José María Gil Robles, parlamentaba con Indalecio Prieto. Pero al mismo tiempo, el sector encabezado por Alberto Martín Artajo y Joaquín Ruiz Jiménez, llegaban a un acuerdo para colaborar con el general Franco. Cuajaba la tesis de que muertos Hitler y Mussolini, el general Franco dimitiría. Tesis de la izquierda y la derecha políticas.
5.- Socialmente la clase obrera y campesina en España era un cuerpo social:
– Económicamente en la miseria.
– Políticamente, derrotada hasta el agotamiento.
– Cultural y socialmente, desengañada de todo y vacía de perspectiva de futuro.
» La Iglesia, desde 1910, en un proceso creciente tanto ideológico como de hechos, identificada con la derecha. Pío XI hablaría de «la apostasía de la clase obrera». ¿Hubo en España apostasía o exclusión?»
6.- La Iglesia, desde 1910, en un proceso creciente tanto ideológico como de hechos, identificada con la derecha. Pío XI hablaría de «la apostasía de la clase obrera». ¿Hubo en España apostasía o exclusión?
Es sobre estas coordenadas de fondo, y lo que ellas suponen, donde nace la HOAC. Y es en esa sociedad y en esa Iglesia, donde Rovirosa planteó el compromiso bautismal que llevó a los militantes de la HOAC de los años primeros a hechos como los siguientes:
1.- Estrategia general de promoción integral y colectiva de militantes, tanto por razón evangelizadora como por razón de servicio a una clase obrera pobre y vacía de perspectiva de futuro. Nada de estrategias guerrilleras. La Historia dio la razón a quien la tenía.
2.- Continuidad en la línea de cultura obrera histórica. Esto se demuestra con los siguientes hechos:
a) Las «Reuniones generales» de la HOAC.
b) El protagonismo autogestionario de sus militantes desde el primer día, puesto de manifiesto en la I Semana Nacional de la HOAC, en medio de dura tensión (1946).
c) Centros de cultura obrera, algunos de ellos, con centenares de participantes (1947).
d) El grupo de militantes obreros que dieron estilo a la organización.
e) La dura tensión y rechazo de la HOAC por parte del cristianismo desencarnado de las organizaciones socio-políticas de la izquierda.
3.- Continuidad en la línea de acción sindical del movimiento obrero, y por tanto, sin influencias ideológicas marxistas o anarquistas, como escribía el diario «YA» de la época posterior. Ello se demuestra con la instrumentalización de las Secciones Sociales del sindicato franquista y de los enlaces sindicales así como con la apertura del primer bufete laboralista en España en 1947. Quince años más tarde sería esto copiado por el P.C.E. y CC.OO., mientras el P.S.O.E. y U.G.T. preparaban sus largas vacaciones.
4.- Presencia en el movimiento cooperativo, mediante la constitución de empresas cooperativas, por una parte, y por otra, la construcción de una teoría
cooperadora que superará la tradicional evasión de cooperativistas a una conciencia conservadora y que cristalizó en la ley de Sociedades Anónimas Laborales en las que hoy trabajan 70.000 españoles.
5.- Presencia en la acción política no partidaria y bocado político apetecido por todas las corrientes políticas, como lo demuestran los elegidos en los tercios familiares de municipios y cortes, y la fundación del Frente de Liberación Popular («Felipe») en los años cincuenta, o el cortejo incansable de comunistas y socialistas a los militantes de la HOAC, en los años cincuenta. Entre los cortejadores figuraban hombres tan significativos como Nicolás Redondo y Sartorius, por no citar más que algún botón de muestra. El entierro de Ramón Quintanilla en Vizcaya fue un hecho demostrable de todo esto.
Estas y otras muchas cosas se dieron cuando sus militantes no practicaban el compromiso temporal, sino el compromiso bautismal, hijo de la profundidad cristiana de Guillermo Rovirosa, verdadera gracia de Dios para centenares de viejos luchadores conversos a Cristo en aquellos años de la HOAC.
El promarxismo traería después la beatería, en palabras de don Tomás Malagón a Carlos Marx. Y es que cuando se es beato cristiano y no converso, la distancia que separa a la persona de los autoritarismos de la izquierda o la derecha, no llega a medio metro.
¿Pudieron evitarse la crisis profranquista del apostolado laico y la promarxista? Pudieron. Si en los años 50 se hubiera puesto atención a los signos de los tiempos, no nos cabe duda. Pero no lamentemos; intentaremos no tropezar en la misma piedra hoy.
No se puede tratar este punto sin plantear a nuestros hermanos y amigos de Cataluña una pregunta importante: ¿Por qué siendo el inspirador de la HOAC un catalán de solera, no nació la Acción Católica Obrera en Cataluña, dividiendo así el apostolado obrero, y como consecuencia, a la clase obrera? Nun-ca nos lo han explicado satisfactoriamente desde el punto de vista evangelizador, sí desde el político.
Su exclusión de la HOAC. Todavía vive uno de los tres eclesiásticos que decidieron y el sacerdote catalán con quien le identificó la policía franquista. Nos falta la versión de ellos. Se la suplicamos, esperando que no se la lleven a la tumba. Rovirosa es una joya de la Iglesia y por eso su memoria nos pertenece a todos los hijos de la Iglesia. No es propiedad privada de nadie.
Editorial ZYX
Rovirosa fue el primer presidente de la «Editorial ZYX», movimiento de apostolado privado, organizado como sociedad anónima editorial para, según Rovirosa, «ser la HOAC real» ante los derroteros que tomó el apostolado laico en España en la primera mitad de los 60.
Siempre recordaré nuestra visita a Montserrat para proponerle la idea. Me acompañaba don Luis Capilla, que abandonaría ZYX por no concordar ni con el tipo de militante que se pretendía, y que anteriormente queda reflejado, ni con innovaciones que se pretendían en la dimensión evangelizadora de la acción transformadora del mundo.
Rovirosa se había resistido durante todo un día a salir de Montserrat; había sido excluido de la HOAC y encontraba en la abadía benedictina el calor y ambiente adecuados para la contemplación, el trabajo y el estudio. Creo que había pensado concluir allí su tránsito por la Tierra. Aquella mañana, tras oír misa y desayunar, nos despedíamos en su habitación. Le dimos la última razón para que se uniera nosotros en el lanzamiento de la «Editorial ZYX». «Los pobres aún te necesitan». Respuesta: «¿Cuándo salimos para Madrid?». Una hora más tarde se encaminaba con nosotros a la capital de España. Su libro «¿De quién es la empresa?», fracasado el socialismo estatista, hoy con plena vigencia, sería el primer título de esta editorial. Al día siguiente de llegar a Madrid, me diría en su casa: «Haremos la HOAC real, y bajo nuestra responsabilidad, realizaremos el compromiso bautismal del que vivimos enamorados tú y yo. Si estás dispuesto a empeñar tu vida en ello, y lo estás, saldremos adelante».
El morirá a los cuatro o cinco días de presentar el primer libro de ZYX en el «Colegio Mayor Antonio Rivera». Recuerdo que al concluir la presentación, en una sala del Colegio, un catalán y una vasca discutían de nacionalismo con un castellano. Rovirosa se puso a tararear la vieja canción: «Siempre me dices lo mismo…» Los discutidores se unieron frente a él «porque no entendía». Hoy creo que haría algo similar. El encuentro con Cristo en los pobres era primero que las patrias para él.
» Los que protagonizamos el trabajo en ZYX – no me refiero a los arribistas, que también los hubo – fuimos marcados por esa triple aportación de Rovirosa para siempre: espiritualidad, autogestión y pobreza-solidaridad».
Como segundo presidente que fui de ZYX, creo que Rovirosa aportó a este movimiento apostólico privado:
1.- La dirección de su espiritualidad de encarnación fundamentada en su valoración de conversión a Cristo y a nada más, su amor a la Iglesia sin condiciones y su entrega a los pobres.
2.- Su profundo respeto por el protagonismo autogestionario de los pobres y, desde ellos, de toda la sociedad, puesto clamorosamente de manifiesto cuando le visitaron en Montserrat los iniciadores de Bandera Roja, para proponerle su incorporación. Durante un día le expusieron sus planes. Al final, él preguntó: «¿Todo para los pobres pero sin los pobres?». Ellos le contestaron: «Los pobres ni saben ni entienden estas cosas». El contestó con rapidez: «Cuando intenten algo en donde los que no saben sean los protagonistas, cuenten conmigo, mientras, no me apuntaré a nada». La misma actitud que me planteó para la «Editorial ZYX» sabiendo que uno de los fundadores intentaba constituir un grupo de presión de cinco personas.
3.- Su pobreza evangélica.
Profesionalmente llamó la atención de numerosos investigadores, entre otros, de Albert Einstein. Los frutos de sus investigaciones fueron pretendidos por grandes multinacionales. Nunca les dio ninguno. El dejó escrito: «Un minuto de sufrimiento de una persona en paro, vale más que toda la técnica del mundo». Era una radical antítesis del imperialismo actual.
Pobreza – solidaridad con los trabajadores pobres, pero también vivió la pobreza – austeridad en su matrimonio y en la soledad posterior. La refleja bien su proceso en este punto. Comenzar viviendo con un salario obrero y, a partir de ahí, un duro menos cada mes.
Los que protagonizamos el trabajo en ZYX – no me refiero a los arribistas, que también los hubo – fuimos marcados por esa triple aportación de Rovirosa para siempre: espiritualidad, autogestión y pobreza-solidaridad. Y cuando ZYX, como organización apostólica privada muere en 1973, volverían a ser esos tres capítulos, columna vertebral del Movimiento Cultural Cristiano a finales de la década.
Militante Cristiano.
Cuando a Rovirosa se le preguntaba qué era, siempre respondía lo mismo: converso. Es decir, militante cristiano. Sostenía que el documento más importante de la vida era la partida de bautismo, y que si fuéramos conscientes, puesta en un cuadro ocuparía el mejor lugar de la casa.
Como militante, siempre valoró esa postura viviendo asociadamente. Su postura cuando le excluyeron de la HOAC, figurando en el grupo iniciador y aceptando la presidencia de la «Editorial ZYX», no deja lugar a dudas en este aspecto. Serían los vientos del progresismo clerical de los años 70 y 80 los que defenderían la postura de la disociación laical de la Iglesia. La hacían y lo hacen sin razones serias para sostenerlo, pero con la eficacia, de hecho, de formar «su» grupo o capilla. Entre los militantes pobres vivir asociadamente en solidaridad autogestionaria es la prueba de la madurez militante. Embarcar en ello toda la vida fue la característica de Rovirosa, prueba que sólo sobrepasan los mejores.
Hoy, Guillermo Rovirosa vive en centenares de corazones. Muchos niños y jóvenes, hijos de militantes cristianos, llevan ese nombre en recuerdo suyo. Organizativamente, el Movimiento Cultural Cristiano, vive de su espíritu y de sus grandes coordenadas militantes y apostólicas. VINCULADOS, SECTORES, COMPROMISO BAUTISMAL y ESPIRITUALIDAD DE ENCARNACION son puntos que intentamos vivir para la transformación de la sociedad y como manifestación eclesial en la vida.
Rovirosa, que goza en la presencia de Dios, sigue entre nosotros colaborando a la promoción de militantes cristianos en servicio de toda la sociedad y desde los pobres. Hijo ejemplar de la Iglesia, esperamos su intercesión para que nosotros lo lleguemos a ser.
Publicado en la revista Id y Evangelizad en Septiembre de 1997.