Ha fallecido recientemente Gerardo Capellán. Fue sacerdote de Cristo al servicio de los empobrecidos toda su vida. En los años duros del franquismo les amó desde la HOAC hasta que lo mandaron a África para quitarse el 'problema' de encima.
Era sacerdote de Logroño donde años antes la policía franquista supo hacer un montaje que echara hasta al Obispo de la diócesis. Luego, algunos dirán que la Iglesia estuvo con Franco… La realidad es que Franco utilizó a la Iglesia y cada fragmento de oposición era sobornado o brutalmente perseguido. Gerardo Capellán fue un perseguido.
Gerardo Capellán fue pobre. Vivió en el albergue de pobres de su ciudad. En la «cocina económica». Ya sus padres habían sabido abrir su casa a los pobres. Hasta tal punto que su padre está en proceso de beatificación y cuando el propio Gerardo fue a Roma a realizar gestiones al respecto, en la Curia le preguntaron: ¿Cómo no inicia conjuntamente el proceso de beatificación de su padre y su madre? ¿Cree entendible este compromiso de su padre sin la colaboración de su madre? G. Capellán contaba con humildad y alegría esta experiencia.
Gerardo fue amigo de Rovirosa. Muy joven hizo con él la experiencia de unas charlas en el más importante cine de Logroño donde ante más de 1000 obreros Rovirosa exponía los aspectos religiosos que los asistentes esperaban del cura; y Gerardo explicaba los aspectos sociales que los asistentes esperaban del seglar.
Era Gerardo tan «rovirosiano» que se tomó completamente en serio la campaña de Rovirosa contra la mentira de los padres a los niños que todos padecemos en torno al 6 de enero. Rovirosa estimaba que mentimos a los niños para no decirles que les amamos porque Jesús está en ellos y preferimos juerguearnos tontamente mientras mentimos transformado la vida en escuela de mentira en vez de en escuela de amor. Capellán lo escribió en el periódico. Y, lógicamente, más persecuciones.
Rovirosa le pidió que pensara y escribiera sobre las Bienaventuranzas. Rovirosa no entendía que estas no fueran el eje de pensamiento de un bautizado y le propuso a varios curas que le dedicaran tiempo, posiblemente con el fin de que pesara en ellos más la mística y menos los formalismos. De las Bienaventuranzas Gerardo terminó escribiendo recordando a Rovirosa.
Gerardo y Guillermo Rovirosa compartían espiritualidad. Ambos se tomaron como cosa providencial esta pobreza y persecución. Ahora que el PNV, el PSOE, el PP, CIU etc prohíben difundir cultura solidaria… (cf: www.solidaridad.net) hay que recordar que con Franco era difícil vender el periódico TU! y terminó cerrandolo. Pero también hay que recordar que Franco no impidió tanto como estos burócratas de hoy, el envío de prensa obrera por correo; recordar que el dictador no negó tantos permisos como estos burócratas de hoy, para poner puestos de libros solidarios en las calles. La persecución sigue… y quizá aumentada. Pero los Rovirosas, los Gerardos… interceden por nosotros. Y decimos a pleno pulmón: ¡señoritos del poder, esta lucha es desigual, están perdidos! ¡Les ganaremos con nuestra pobreza!