Imprescindible tener presente en esta campaña de promoción de lectura social algunos textos de un libro sobre Santa Teresa de Calcuta. Su ejemplo de amor y las palabras que nos trasmite que brotan de su reflexión y oración nos ayudan para que hagamos que este mundo sea un lugar mejor en el que vivir.
Dios se sirve de los seres humanos para Sus propósitos y se sirvió de las manos y el corazón de la Madre Teresa para manifestar Su amor por el mundo. Con su vida proclamó que «Él sigue amando el mundo a través de ti y de mí».
Santa Teresa de Calcuta … «de sangre, soy albanesa. De nacionalidad, india. En cuanto a la fe, soy monja católica. Por mi misión, pertenezco a todo el mundo. Por lo que se refiere a mi corazón, pertenezco completamente al corazón de Jesús».
¿Y quién era Teresa de Calcuta?: «Yo soy sólo un pequeño lápiz en su mano. Si mañana Él encuentra a alguien más indefenso, más estúpido, más inútil, hará cosas aún más grandes con él y a través de él… Tal vez esa mano tenga muchos defectos, muchos, pero el lápiz nunca hace ruido…»
Una vez Gandhi dijo una frase que tendría que interpelarnos: «Si los cristianos vivieran plenamente sus vidas de cristianos no quedaría un solo hindú en la India». ¿Acaso no es cierto?» . La madre Teresa de Calcuta tuvo el coraje de querer vivir y ser como Cristo. Sintió la llamada para ser Misionera de la Caridad, para transmitir el amor de Dios a cada persona, especialmente a los más pobres de los pobres… Sin embargo, no pensaba que la vocación fuera algo exclusivo de ella; cada persona es una vocación, está destinada a ser, de una forma o de otra, la transmisora del amor de Dios.
«Tomó su nombre de Teresa de Lisieux, de la que sentía una gran devoción. Las dos Teresas (de Lisieux y de Calcuta) han experimentado el Amor misericordioso de Dios…»
Tomó su nombre de Teresa de Lisieux, de la que sentía una gran devoción. Las dos Teresas (de Lisieux y de Calcuta) han experimentado el Amor misericordioso de Dios. Si Jesús nos pidió que nos amáramos como él nos amó, es porque debe ser posible y debe, convertirse en el objetivo fundamental de nuestra vida cristiana. Se trata de hacer cosas ordinarias, pequeñas con un amor extraordinario.
Para ello es necesario la contemplación y el Amor en acción: «para amar en clave cristiana es necesario contemplar a Jesús». Teresa de Calcuta se tomó muy en serio el evangelio, especialmente, el texto Mateo 25,35-46. El lenguaje de los hechos, el testimonio es lo más elocuente.
Muchas mujeres han entregado su vida a lo largo de los siglos en el servicio de los más pobres, de los enfermos, los ancianos, de las personas que nadie quiere…en una entrega hasta el heroísmo. Mujeres que, como madre Teresa, son un signo de la ternura de Dios hacia el género humano. La pobreza de madre Teresa no era desprecio de las cosas de este mundo, sino valoración de la dignidad de las personas. Así vivida y contemplada era manantial permanente de alegría. «Del vacío de las cosas se llena el corazón de amores muy grandes».
En estos escritos de la Madre Teresa podrás encontrar consejos prácticos y siempre actuales. Ella, a través de numerosas reflexiones que les hace a sus hermanas misioneras, nos pone en el camino de una unión más cercana a Dios y un amor mucho más profundo hacia nuestros hermanos.