Hambre y «cerosietes»

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Te invitamos a firmar y enviar esta carta a los medios de comunicación de tu localidad, y a otros a nivel nacional e internacional… Seamos la voz de millones de hermanos nuestros que esperan nuestra solidaridad…

Sr. Director:

Vivimos en una sociedad donde se ha programado de una manera científica y sistemática una guerra de poderosos contra los débiles. Vivimos en una cultura de muerte donde una minoría banqueteamos y una gran mayoría muere de hambre.

A principios del siglo XX padecía el hambre el 37% de la humanidad. Hoy en sus diferentes grados afecta a 4.000 millones de personas, es decir, el 80% de la humanidad. En este siglo XXI se multiplicará la miseria y el hambre si no lo impedimos. Cada vez que respiramos mueren 5 niños de hambre.

La FAO ha reconocido su fracaso. En el año 1996 estaba segura de reducir en 20 años los hambrientos a la mitad. Ahora reconoce que tardará en lograrlo 50 años más. El planeta podría alimentar sin problemas a 12.000 millones de seres humanos (el doble de los que somos) según Jean Ziegler, comisionado de Naciones Unidas para el derecho a la alimentación y añade: «Las hecatombes del hambre no son productos de la casualidad, sino de un verdadero genocidio.Por cada víctima de hambre existe un asesino».

No se puede hablar de desajustes ni desequilibrios. Hay que llamar a las cosas por su nombre. Se trata de robo. Eso es lo que hacemos los países enriquecidos con los empobrecidos, y, por eso nosotros somos ricos y ellos pobres.

Me vienen a la memoria las recientes palabras del señor Zapatero y la canallada de prometernos el 0`7 del Producto Interior Bruto en ayuda al Tercer Mundo si es reelegido para un segundo mandato, cuando España está robando a los empobrecidos entre el 30 y 40% de nuestra riqueza. No valen «cerosietes», eso solo vale para tranquilizar nuestra conciencia y seguir robando.

El problema del hambre es político, y sólo atajando sus causas en el terreno político tiene la respuesta adecuada. Los hambrientos y empobrecidos del mundo no pueden esperar más ¿Vamos a seguir callando?

Firmado: B.F.S.

(Blanca Zulema Fernández Santos).