Los obispos de la Comisión de los Episcopados de la Unión Europea (COMECE) han celebrado que la Sentencia del Tribunal de Justicia Europeo aporte una «definición amplia, científica y sensata del embrión humano».
Representantes de la Iglesia católica y de diversas entidades provida han recibido con alegría la Sentencia del Tribunal de Justicia, de la Unión Europea, que afirma que, desde la concepción, existe un embrión humano que ha de ser protegido. El texto se refiere a un caso sobre la posibilidad de patentar técnicas en las que se hayan utilizado células madre embrionarias. La Sentencia afirma que, a estos efectos,«todo óvulo humano, a partir de la fecundación, deberá considerarse un embrión humano». Asimismo, define como embrión al óvulo que inicie su desarrollo sin fecundación, por medios artificiales como la transferencia del núcleo de una célula humana adulta –clonación– y la partenogénesis. Para proteger su dignidad, no se podrá patentar una invención cuando el desarrollarla «requiera la destrucción previa de embriones humanos o su utilización como materia prima, sea cual fuere el estadío en el que éstos se utilicen». Sólo se podrán patentar las investigaciones que «tengan un objetivo terapéutico o de diagnóstico» del que se beneficie el propio embrión.
Los obispos de la Comisión de los Episcopados de la Unión Europea (COMECE) han celebrado que la Sentencia aporte una «definición amplia, científica y sensata del embrión humano». La COMECE también espera «un empuje hacia adelante a la investigación científica sobre fuentes alternativas de células madre humanas», como las adultas o las de sangre de cordón umbilical. En este sentido, la Sentencia coincidió con el acuerdo alcanzado entre el Vaticano y la Fundación Stem for Life, de la empresa biotecnológica NeoStem, por valor de 720.000 euros, para la promoción de la investigación con células madre adultas.
Sin embargo, aunque también ha celebrado el contenido de la Sentencia del Tribunal de Justicia, de la Unión Europea, el Presidente emérito de la Pontificia Academia para la Vida, cardenal Elio Sgreccia, ha subrayado que, «si el embrión humano tiene una dignidad tal frente a las patentes, debe tener otro tanto frente a cualquier otro atentado que se pueda perpetrar contra la vida naciente», como el aborto quirúrgico o químico.
Esta Sentencia es el resultado de una consulta realizada por el Tribunal Supremo Federal de Alemania, antes de resolver un recurso del caso iniciado por la entidad ecologista Greenpeace contra el científico Oliver Brüstle, por una patente obtenida gracias a células madre embrionarias. Varias normas europeas, empezando por la Directiva 44, de 1998, sobre la que se pronuncia la nueva Sentencia, prohíben patentar inventos de este tipo, aunque, hasta ahora, los textos europeos no aclaraban qué entendían por embrión.