Me parece que en el examen del papel de Iberoamérica y Occidente en esta hora de la estrategia mundial, tienden los europeos a desenfocar los términos del problema.
La estrategia mundial (…) ya no es la estrategia del Occidente europeo (…).
¿Qué papel desempeñan o van a desempeñar Europa e Iberoamérica en este todo?
(…) Creo necesario que los europeos no confíen en perpetuar su imagen de Iberoamérica, porque Iberoamérica les va a dar una enorme sorpresa, porque Iberoamérica tiene destino propio y además, en los tiempos que vienen, ese destino es superior al europeo. (…) ¿En qué sentido? En que la respuesta occidental europea es de parte y la respuesta iberoamericana es de síntesis:
Europa es Occidente, es blanca, es rica, defiende la libertad económica. Iberoamérica es mestiza en cultura y en raza, forma parte del mundo «subdesarrollado» y tiene necesidad de integrar para su desarrollo planificación y libertad.
Iberoamérica es el resultado de una síntesis de cultura aborigen –de sello en gran medida oriental- y de cultura ibérica. No se olvide que es síntesis de dos mundos. Pero téngase en cuenta que
La rebelión mestiza. Voz de los sin Voz, 138.