Más de 160.000 personas murieron el año 2001 en el mundo por declararse cristianos según el informe sobre la libertad religiosa en el mundo, elaborado por Ayuda a la Iglesia Necesitada. Esta intolerancia -que, a juicio de la asociación fundada por el padre Werenfried, tiene tres grados: discriminación, discriminación con indicios de persecución y persecución- es especialmente acuciante en países como Sudán, China, Egipto, India, Indonesia o Timor Este, donde se calcula que las guerras de religión o la imposición de una confesión causan decenas de muertos a la semana, aunque las consecuencias reales de estas persecuciones son desconocidas…
Por Jesús Bastante. Peridista.
Publicado en la Revista Id y Evangelizad
11/02/2004
Más de 160.000 cristianos murieron el año 2001 en todo el mundo por motivos relacionados con su fe, según denunció la asociación «Ayuda a la Iglesia Necesitada» en su «Informe sobre la libertad religiosa en el mundo 2001»,. El citado estudio, que recoge la actualidad religiosa de todos los estados, sostiene que 1.400 millones de personas -200 de ellos cristianos- sufren algún tipo de discriminación o persecución.
El «Informe 2001 sobre la libertad religiosa en el mundo», elaborado por Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN), realiza un análisis de la situación de las distintas confesiones del planeta , denunciando las principales violaciones de la libertad religiosa en todo el mundo. De sus datos se desprende que, pese a que en líneas generales los niveles de libertad religiosa han aumentado respecto al último informe, cerca de 1.400 millones de personas fueron perseguidas en el año 2000 por su fe. De ellos, algo más de 200 millones son cristianos.
Esta intolerancia -que, a juicio de la asociación fundada por el padre Werenfried, tiene tres grados: discriminación, discriminación con indicios de persecución y persecución- es especialmente acuciante en países como Sudán, China, Egipto, India, Indonesia o Timor Este, donde se calcula que las guerras de religión o la imposición de una confesión causan decenas de muertos a la semana, aunque las consecuencias reales de estas persecuciones son desconocidas.
MILES DE MUERTES
El número de cristianos asesinados por su fe superó durante el año 2001 los 160.000, cifra que también se alcanzó en 1999. Además, al menos en 28 países -donde los cristianos suelen ser minoría- la situación es calificada como «muy grave» por los expertos, quienes no dudan en señalar a los continentes asiático y africano como los más intolerantes frente al cristianismo.
El informe ofrece un mapa del mundo en el que se clasifican los diversos estados en función al grado de tolerancia o persecución religiosa. De este modo, en color azul celeste aparecen los países donde no existen situaciones de persecución religiosa. En este color, se pinta la práctica totalidad de América -excepción hecha de Cuba, México, Colombia y la Guayana francesa-, así como buena parte de Europa Occidental. En el caso de Francia, los responsables de Ayuda a la Iglesia Necesitada apuntan que «la influencia de una ideología antisectaria ha llevado a la creación de comisiones de control de nuevos movimientos religiosos», lo que, en la práctica, puede llevar a una cierta discriminación de grupos religiosos minoritarios.
En rojo, aparece el «área comunista», compuesta por China, Cuba, Corea del Norte, Tibet, Birmania, Laos y Turkmenistán. En dicha zona, el informe denuncia que «los estados comunistas impiden, incluso con la violencia, el libre ejercicio del culto a los ciudadanos, persiguiendo violentamente a las asociaciones religiosas no controladas por el Gobierno». La franja verde está destinada a los países islámicos, donde, reza el informe, «prevalece la discriminación fundada en la ley islámica, que prohíbe a los musulmanes profesar otra religión, así como el sometimiento de los ciudadanos a los dictados de las legislaciones islámicas».
En negro se colocan los estados que sufren conflictos de carácter local, en muchos casos agudizados por la diferente confesión de uno y otro bando. Este es el caso de Congo, Angola y Kenia en África, o Indonesia y Filipinas en Asia, donde «se asesina a misioneros y religiosos locales», al tiempo que se tiene constancia de «masacres de civiles». Finalmente, la franja amarilla incluye a India, Nepal, Bután y Sri Lanka como «área hinduista o budista».
CAMPOS DE «REEDUCACIÓN»
Por continentes, los dos más castigados son Asia y África. Sobre el continente asiático, el estudio destaca que es allí donde «se da la concentración más evidente de violaciones a la libertad religiosa por densidad demográfica». India, Pakistán, Afganistán y China son los más problemáticos. Para Alberto Núñez, sacerdote jesuita que ha vivido durante los últimos siete años en China y Taiwán, «en China se sigue vulnerando la libertad religiosa» y «existen «campos de reeducación», donde el Gobierno envía a quienes participan en actividades religiosas no registradas». «No es un secreto -sostiene- que católicos pertenecientes a la llamada «Iglesia subterránea» -fiel a Roma-, entre los que se encuentran fieles, catequistas, sacerdotes e incluso algún obispo, sufren todavía hoy penas de prisión sólo por su afiliación religiosa». Pese a ello, las últimas cifras apuntan que entre 12 y 14 millones de chinos son católicos y viven y transmiten su fe incluso en ausencia de sacerdotes.
La mayoría de las persecuciones a cristianos en el mundo se dan en zonas donde el cristianismo se encuentra en clara minoría. No obstante, existen algunos casos en los que éstas se han dado en países donde los fieles a Cristo suponen una amplia mayoría. Esto ha sucedido en Congo -con un 75 por ciento de cristianos-, Mindanao -93,8 por ciento- o Timor Este, donde nueve de cada diez se declaran cristianos. En esta pequeña isla, recientemente independizada de Indonesia, los cristianos son perseguidos por milicias musulmanas y antiindependentistas, que podrían estar influenciadas por el régimen de Yakarta.
VIOLACIÓN DE RELIGIOSAS
En lo que respecta a la India, el informe confirma que extremistas hindúes han profanado cementerios cristianos, violado religiosas, asesinado misioneros y continúan atacando conventos, iglesias y escuelas católicas. La minoría cristiana -el 2,3 por ciento de la población- se ve indefensa ante estos ataques y denuncia la falta de apoyo del Estado.
Además de todos estos ejemplos, los cristianos son víctimas en otros muchos países, como Yemen, donde se han dado casos de torturas a cristianos que no querían renunciar a sus creencias; o en Vietnam, donde las mismas autoridades, inquietas ante el fuerte incremento de cristianos en el país, les persiguen y obligan a realizar trabajos forzados o les quitan sus tierras.
En África, la libertad religiosa tiene mucho camino por recorrer, al tratarse de un continente en el que las guerras y el subdesarrollo priman frente a la tolerancia y el respeto a las ideas y creencias de los demás. Uno de los casos más flagrantes se da en Sudán, donde, según afirma Miguel Ayuso, misionero comboniano que ha vivido durante muchos años en Sudán y Egipto, «la situación de los cristianos es realmente preocupante: allí se vive una auténtica persecución, con arrestos indiscriminados, bombardeos y cierre de iglesias, expulsión de sacerdotes y religiosas, esclavitud, violaciones y desplazamientos que no han parado desde hace casi diez años».
Ayuso denuncia que, en los últimos tiempos, se ha producido «un proceso de islamización constante, donde los no árabes son considerados no creyentes». Al igual que en Sudán, Argelia, Nigeria y Chad también sufren lo que se ha dado en llamar la «minoría de los intolerantes». «La aplicación de la «sharia» se ha concretizado en grupos integristas, principalmente en los «Hermanos Musulmanes» en Egipto, que en Sudán se hacen llamar «Frente Islámico Nacional»», subraya este misionero. En muchos casos, es el propio Estado quien apoya a estas milicias.
Junto a la realidad vivida en estos países, el informe de Ayuda a la Iglesia Necesitada también resalta la situación que se da en otros estados, mucho mejor considerados para la comunidad internacional. Así, en Egipto, la Iglesia copta -una de las más extendidas y antiguas del país- se ha visto con grandes dificultades a la hora de construir lugares de culto, sufriendo sus fieles la agresión sistemática por parte de los fundamentalistas islámicos. Turquía, por su parte, tampoco se queda a la zaga: en este país tampoco se respeta en la práctica la libertad religiosa y los derechos humanos de las minorías continúan muy restringidos.