Indecencia y demagogia

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La vicepresidenta Fernández de la Vega ha calificado de indecente la pretensión de los funcionarios de que se les suba el sueldo «cuando la inflación es negativa». Afirmación razonable…, pero les transcribo un explícito e-mail oportunamente recibido el día de hoy:

Fuente: El economista 18/11/2009


Indecente es que el salario mínimo de un trabajador sea de 624 euros/mes y el de un diputado de 3.996 pudiendo llegar con dietas y otras  prebendas a 6.500 euros/mes.


Indecente es comparar la jubilación de un diputado con la de una viuda.


Indecente es que un ciudadano tenga que cotizar 35 años para percibir una jubilación y a los diputados les baste sólo con siete y que los miembros del Gobierno para cobrar la pensión máxima sólo necesiten jurar el cargo.


Indecente es que los diputados sean los únicos trabajadores de este país que están exentos de tributar un tercio de su sueldo del IRPF.


Indecente es el coste que representa para los ciudadanos las comidas, coches oficiales, chóferes, viajes (siempre en gran clase) y tarjetas de crédito por doquier.


Indecente es que sus señorías cuando cesan en el cargo tengan un colchón del 80 por ciento del sueldo durante 18 meses y que los ex ministros, ex secretarios de Estado y altos cargos cuando cesan son los únicos ciudadanos que pueden legalmente percibir dos salarios del erario público.


Y podríamos seguir hasta el infinito.


A título de ejemplo:


– Que el alcalde de Madrid (sí, el de la corazonada-cabezonada del PP) pague por su coche blindado 591.624 euros, y el socialista presidente de la Junta de Galicia, un Audi A8, 430.000 euros… cuando el del presidente Barack Obama sale por 330.000 euros.


-Que la banca, ingente acreedora de los partidos políticos, amablemente les condone los intereses de las deudas, en contradicción con la implacable persecución de los españolitos de a pie.


¿Demagogia barata y ataques a la democracia?


La columna invitada


Abogado.