INFORME MUNDIAL de la LIBERTAD DE PRENSA

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Reporteros sin Fronteras publica su tercera clasificación mundial de la libertad de prensa. En Asia Oriental (Corea del Norte, posición número 167; Birmania, 165; China, 162; Vietnam, 161, Laos, 153) y Oriente Medio (Arabia Saudí, 159; Irán, 158; Siria, 155; Irak, 148) es donde la libertad de prensa se ve más amenazada. En esos países, o bien la prensa independiente es totalmente inexistente, o bien los periodistas se ven sometidos a represión y censura cotidianas. Allí no están garantizadas ni la libertad de información ni la seguridad de los periodistas. En penúltima posición (166), una vez más Cuba es el farolillo rojo del continente americano, en materia de libertad de prensa.



Asia Oriental y Oriente Medio son las peores regiones del mundo Cuba en penúltima posición; siguen asesinando periodistas en Brasil, Colombia, Perú y México.

Reporteros sin Fronteras publica su tercera clasificación mundial de la libertad de prensa. En Asia Oriental (Corea del Norte, posición número 167; Birmania, 165; China, 162; Vietnam, 161, Laos, 153) y Oriente Medio (Arabia Saudí, 159; Irán, 158; Siria, 155; Irak, 148) es donde la libertad de prensa se ve más amenazada. En esos países, o bien la prensa independiente es totalmente inexistente, o bien los periodistas se ven sometidos a represión y censura cotidianas. Allí no están garantizadas ni la libertad de información ni la seguridad de los periodistas. En Irak, la guerra que perdura es la más asesina de los últimos años, para la profesión (44 muertos desde el comienzo del conflicto, en marzo de 2003).

Desgraciadamente, en el mundo existen otros muchos puntos negros para la libertad de prensa. Cuba (166) es, después de China, la mayor cárcel del mundo para los periodistas (26 detenidos). En Turkmenistán (164) y Eritrea (163) no existe nada de prensa privada. Los habitantes de esos países no tienen más fuente informativa que los medios de comunicación del Estado, dóciles transmisores de la propaganda oficial.

En cabeza de la clasificación se encuentran mayoritariamente países de Europa del Norte (Dinamarca, Finlandia, Irlanda, Islandia, Noruega, Países Bajos), verdaderos remansos de paz para los periodistas. Entre los veinte países mejor clasificados, solo tres no son europeos (Nueva Zelanda, 9; Trinidad y Tobago, 11; y Canadá, 18).

Algunas otras pequeñas democracias, con frecuencia pobres, se encuentran también entre los países tradicionalmente más respetuosos de la libertad de Prensa: El Salvador (28) y Costa Rica (35) en América Latina; Cabo Verde (38) y Namibia (42) en Afríca; o Timor-Este (57) en Asia.

Para establecer esta clasificación, Reporteros sin Fronteras pidió a sus organizaciones colaboradoras (14 asociaciones de defensa de la libertad de expresión, dispersas en los cinco continentes), a su red de 130 corresponsales, y a algunos periodistas, investigadores, juristas o militantes de los derechos humanos, que respondieran a 52 preguntas que permiten evaluar la situación de la libertad de prensa en un país. En ella aparecen 167 naciones; las restantes no están por falta de informaciones.

Cárcel, asesinatos y amenazas

En penúltima posición (166), una vez más Cuba es el farolillo rojo del continente americano, en materia de libertad de prensa. En la isla, cualquier expresión crítica con el régimen de Fidel Castro es, por definición, criminal. 26 periodistas, detenidos junto con cerca de medio centenar de disidentes durante la «primavera negra» de marzo de 2003, continúan detenidos. La libertad condicional de dos de sus colegas solo significa un débil rayo de esperanza, mientras el Estado continúa ejerciendo un implacable monopolio de la información.

En cambio, en Colombia existe un auténtico pluralismo informativo. Pero los periodistas lo pagan con su vida. A dos de ellos les mataron en el período considerado. Una cifra ligeramente menor en relación con el año precedente, y por tanto una clasificación algo mejor (posición 134 frente a la 147 de 2003). Sin embargo, en conjunto, las condiciones de trabajo de los periodistas no han cambiado. Denunciar las exacciones de los grupos armados -paramilitares y guerrillas- y la corrupción de los cargos políticos sigue siendo un trabajo peligroso, más que en ningún otro lugar del continente.

La multiplicación atentados, amenazas y agresiones contra la prensa, imputados a los secuaces del ex presidente Aristide, en los meses anteriores a su dimisión, explican ampliamente que Haití se encuentre relegado a la posición 125 (100 en 2003). Después, la situación ha mejorado, pero en las provincias los periodistas tienen que llegar a componendas con los ex militares que expulsaron a «Titid», y prefieren autocensurarse.

Democracias frágiles y violentas

En México (96), Perú (123) y en menor medida en Brasil (66), subsiste una libertad de prensa a dos velocidades. En esos grandes países, junto a una prensa nacional relativamente preservada, los medios de comunicación locales tienen que enfrentarse a graves dificultades. En los tres Estados han matado a algunos periodistas en las provincias, víctimas del crimen organizado o de los cargos locales. A causa del asesinato de Carlos Guadamuz, Nicaragua retrocede de la posición 34 de 2003 a la 52. En Argentina (79) no hubo muertos, pero los periodistas de las regiones son víctimas de acoso judicial, amenazas y la instrumentación que las autoridades locales hacen de la publicidad pública.

Aunque menos numerosos que en 2003, todavía siguen siendo elevados los atentados, amenazas y agresiones a periodistas y redacciones críticos con el presidente Hugo Chávez, lo que explica en parte la posición que ocupa Venezuela (90). La tensión ha bajado ligeramente desde que el referéndum del 15 de agosto confirmó en sus funciones al jefe del Estado.

El registro en el domicilio de Juliet O´Neil y las posturas de la instancia de regulación contra Al-Jazira y la radio CHOI FM, justifican el retroceso de Canadá (18). En Estados Unidos (22), las violaciones del secreto de la fuentes, algunos problemas recurrentes en la obtención de visados de prensa y algunas detenciones de periodistas en las manifestaciones antiBush, impiden al gigante norteamericano situarse en los primeros puestos.