Un obispo nicaragüense en prisión (Monseñor Rolando Álvarez en la foto), 37 religiosos exiliados -incluido otro obispo y varios sacerdotes-, y 32 hermanas religiosas de diversas congregaciones expulsadas, forman parte de las 529 hostilidades que ha sufrido la Iglesia católica de Nicaragua por parte del Gobierno que preside Daniel Ortega, según un estudio presentado esta semana pasada.
El estudio titulado «Nicaragua: ¿Una Iglesia perseguida?», de la investigadora nicaragüense exiliada Martha Patricia Molina, detalla los 529 ataques entre abril de 2018, cuando estallaron unas manifestaciones antigubernamentales en el país, y marzo de 2023.
Esos ataques incluyen la confiscación por parte del Estado de al menos 7 edificios propiedad de la Iglesia católica, así como cierre y confiscación de bienes de medios de comunicación católicos, según el estudio presentado por la investigadora de forma telemática.
«Este informe perfila un estudio minucioso de cada hostilidad ejecutada y cada uno de los datos ha sido verificado y descrito de manera ascendente, para que el lector pueda acceder desde la primera agresión acontecida hasta la última registrada», explicó la autora de ese informe de 232 páginas.
«El interés de este informe es mostrar en cifras concretas las agresiones y los embates que sufre la Iglesia católica en Nicaragua», puntualizó.
3.176 PROCESIONES HAN SIDO PROHIBIDAS
El estudio, dividido en 4 capítulos, comienza con las hostilidades que ha sufrido la Iglesia en los últimos 5 años, y luego detalla la prohibición de 3.176 procesiones durante la pasada Semana Santa.
El tercer capítulo es la sistematización de las hostilidades, y el último una cronología de «profanaciones, sacrilegios, atentados, robos y ataques contra la Iglesia», indicó.
Molina, que sufre exiliado forzado y es miembro del Consejo Editorial del diario La Prensa, de Nicaragua, dijo durante la presentación del estudio que han sido los mismos laicos quienes han documentado las agresiones a la Iglesia católica.
No descartó que el número de agresiones sea mayor, debido a que «hay una escasa o nula denuncia por parte de las autoridades religiosas y el creciente temor y prudencia de los laicos o miembros de grupos religiosos para documentar las hostilidades».
Según el estudio, en 2018 se documentaron 84 hostilidades contra la Iglesia, 80 en 2019, 59 en 2020, 55 en 2021, 161 en 2022 y 90 en el primer trimestre de 2023.
ORTEGA HA PROHIBIDO LAS PROCESIONES
El Gobierno de Nicaragua, a través de la Policía Nacional, ha prohibido a la Iglesia sacar a los santos a las calles desde febrero pasado, cuando no les autorizó celebrar las procesiones de viacrucis durante la Cuaresma.
La orden policial fue adoptada después de que Ortega tildara de «mafia» a sacerdotes, obispos, cardenales y al papa Francisco.
El pasado 19 de abril, el mandatario dijo que «ahora en Semana Santa, para evitar manipulaciones, se les dijo (a la Iglesia católica) que realizaran las actividades ahí en las iglesias o cerca de las iglesias, y algunos de ellos empezaron a tronar. ¿Por qué? Porque querían sangre», sin ofrecer pruebas.
Ese día el mandatario también volvió a arremeter contra la Iglesia católica y el Vaticano y calificó a San Juan Pablo II de «dictador» y «tirano».
Las relaciones del Gobierno de Ortega y la Iglesia católica viven ahora momentos de gran tensión, marcadas por la expulsión y encarcelamiento de sacerdotes, o la prohibición de actividades religiosas.
El papa Francisco tildó de «dictadura grosera» al Gobierno sandinista en una entrevista con Infobae, señalando «un desequilibrio de la persona que dirige» el país centroamericano.
Información de Infobae y Efe