Que una ONG como Intermón, que dice abanderar el llamado «Comercio Justo», se alíe con una empresa que lidera en todo el mundo las relaciones comerciales injustas como es la multinacional Coca-Cola puede sorprender a muchas buenas e ingenuas voluntades .Recordemos la pasada Campaña «Juntos por Africa- Demos el mejor fin a la peseta» y Coca-Cola
Lo sorprendente, aquello que nos provoca perplejidad son los medios, las colaboraciones que se han buscado para llevar a cabo esta compaña; nos referimos a la multinacional Coca-Cola. Sin embargo el hecho se ha dado y creemos que, como sucediera con la ofensiva compaña de Fortuna y su 0,7 % de supuesta solidaridad cancerigena, los ciudadanos deberían tomar cartas en el asunto y desmarcarse o cuestionar este tipo de canalladas que utiliza la bota de quien pisa el cuello de los pobres (trabajadores o medio ambiente) para anunciar cínicamente el camino de su liberación.
¿A que se refiere Intermón cuando promociona el llamado Comercio Justo?
La campaña con el apoyo de Coca-Cola ha coincidido con una sentencia que condena a la empresa de refrescos a pagar 192,5 millones de dólares por discriminación racial, práctica ya antigua en esta empresa, como antigua es su estrategia de incursión en países pobres haciéndose con todo el mercado de bebidas después de haber eliminado poco a poco a sus competidores locales, pues se puede permitir el lujo de perder durante unos años para ganar el resto de su existencia imponiendo sus condiciones particulares al país en cuestión.
Pero eso no es todo, ni lo peor. Si ya en los años setenta Coca-Cola se vió envuelta en el asesinato de unos sindicalistas guatemaltecos, en la actualidad su imagen vuelve a mancharse de sangre en Colombia, ya que esta empresa tiene abierto un gran número de expedientes de reclamación por violación de los derechos de los trabajadores, tiene denuncias por relación con grupos paramilitares colombianos que se encargan de asesinar a aquellos representantes sindicales que puedan perjudicar sus beneficios.
Y ya que la campaña va dirigida hacia África no olvidemos el caso de Nigeria donde los trabajadores locales han sido sustituidos por europeos sin respetar los convenios laborales.
No podemos pensar que es inocente el cartel publicitario de la campaña cuyo lema reza Cola-Bora, en clara alusión a dicha marca de refrescos, en cuanto al nombre y a la grafía utilizada. Y como colofón, el reportaje emitido en el programa informativo «Informe Semanal», dedica algunos de sus segundos a mostrar un cartel -sin mensaje- de dicha marca. ¿No es esto servilismo publicitario? Nuevamente habría que preguntarse: ¿quién sirve a quien?.
Y puesto que combatimos esta prostitución de la solidaridad, término que significa compartir lo que uno necesita para vivir, hacemos un llamamiento a trabajar por la Justicia que exige un cambio radical de muestro corazón, que sea sensible al sufrimiento de los hermanos, sin falsos asistencialismos alienantes, y al mismo tiempo un cambio de las estructuras perversas y diabólicas que asesinan todos los días a cientos de miles de inocentes. No debemos ser cómplices con nuestro silencio. Alcemos la voz; seamos la voz de los que han sido callados, aplastados y esperan de nuestra solidaridad.