Invierno demográfico. Declaración sobre demografía y familia de la CCEE

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Los presidentes de las Conferencias Episcopales de los Países europeos, reunidos en Croacia, en Zagreb, para la 40° Asamblea General del Consejo, han afrontado el tema de la demografía y de la familia.

La investigación, realizada entre las Conferencias episcopales de 47 países, confirma un claro decrecimiento demográfico.


-Sobre este tiene seguramente una influencia el tipo de políticas familiares que los diversos países establecen, pero esto no parece suficiente para explicar la grave y generalizada caída de la natalidad que ha sido calificada como «invierno demográfico».


-El clima cultural difundido, de hecho, incide no poco en los comportamientos personales y sociales. Por parte de los católicos es necesario crecer en una fe más consciente y documentada para poder valorar con sentido crítico la cultura dominante que ha puesto en discusión valores como


*la vida humana desde su inicio hasta su fin natural,


*la persona en su estructura objetiva,


*la libertad como responsabilidad moral,


*la fidelidad,


*el amor,


*la familia…


Es seriamente preocupante, por ejemplo, el debate de estos días en el Consejo de Europa, que quiere limitar el derecho a la objeción de conciencia del personal médico para hacer más fácil el acceso al aborto.


-Todo esto hace ver que, además de la necesidad de tener bien arraigada y viva la fe, es necesario creer en la capacidad de la razón de descubrir la verdad de las cosas en sí mismas y de la ética. La sustancial desconfianza hacia la razón humana parece caracterizar a la llamada postmodernidad.


La presencia de la Iglesia católica en este contexto debe estar caracterizada por la esperanza: nuestra esperanza es Jesucristo, y debe saber captar los signos de atención y de confianza, aunque se expresen de forma reservada Estamos convencidos de que la conciencia humana es capaz de abrirse a los valores presentes en nuestra naturaleza creada y redimida por Dios por medio de Jesucristo


La Iglesia, consciente de su misión de servir al hombre y a la sociedad con el anuncio de Cristo Salvador, recuerda las implicaciones antropológicas y sociales que derivan de Él. Por esta razón no cesa de afirmar los valores fundamentales


-de la vida,


-del matrimonio entre un hombre y una mujer,


-de la familia,


-de la libertad religiosa y educativa: valores sobre los cuales se implanta y se garantiza cualquier otro valor declinado en el plano social y político.


Las muchas familias que acogen la presencia de Jesús y viven según la verdad de la familia, no cesan de dar testimonio de la belleza y de la correspondencia al corazón del hombre de cuanto la Iglesia proclama mostrando que es posible vivir en familia como Cristo invita.


A la luz del tema ha surgido en toda su urgencia la tarea educativa según el milenario patrimonio de la Iglesia: tarea que encuentra en Cristo – verdadero Dios y hombre perfecto – al Maestro, al modelo y la fuente de gracia.