Cada 16 de Abril viene a nuestra memoria la vida de Iqbal Masih, algunos ya hemos asociado este día a Iqbal, día que fue asesinado hace ya 15 años por denunciar públicamente el crimen de la esclavitud infantil.
Su martirio supuso esperanza para el mundo, para los débiles, para los esclavos. Su vida entregada sigue dando frutos. Hoy, siglo XXI, este sistema económico salvaje se sustenta, entre otros, a costa de los niños esclavos, que no trabajadores, porque no son libres. El trabajo de los niños supone el 10% de la fuerza laboral mundial, pero los sindicatos están a otra cosa.
Aumenta la esclavitud infantil y aumenta el paro adulto, dos caras de la misma moneda. ¿Es posible luchar contra estas injusticias? Iqbal lo hizo, tomo conciencia y se asoció. Con solo 12 años le mataron por ser persona, por ser militante, por vencer el miedo con amor, por decir “no compréis la sangre de los niños esclavos”. Iqbal nos demuestra que es mentira que no se puede hacer nada, porque todo está por hacer. Iqbal no dijo que lo hagan los políticos, se puso a luchar y dio su vida con alegría, porque el que lucha tiene esperanza.
No puedo desentenderme de la vida de los niños esclavos, esto va conmigo, va con todos, les tengo las 24 horas del día, en mi ropa, en mi comida, en mi trabajo, en los juguetes de mis hijos,…, no puedo, no debo olvidarme porque soy cómplice de su esclavitud. Amar a mis hijos pasa por dejarles un mundo donde la esclavitud infantil sea ya solo un recuerdo, pasa por luchar políticamente para erradicar este drama.
Iqbal sigue vivo en los más de 400 millones de niños que quieren ser libres y sigue vivo en los millones de jóvenes y niños que quieren tenerle como referencia para su vida. Merece la pena dedicar la vida para que no haya ni un solo niño esclavo.
O luchas o te vendes.
Gracias Iqbal porque sigues vivo. Pongámonos manos a la obra en la lucha solidaria.