¿Que DICEN los OBISPOS sobre el ALCA?

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El hermano Juan Pablo II en Ecclesia in América (1999) señaló: ´Cada vez más prevalece en muchos países de América un sistema económico como ´Neoliberalismo´ basado en la concepción puramente económica del hombre, este sistema considera la ganancia y la ley del mercado como sus únicos parámetros´…
Por Roberto Torres Collazo
Fuente: Adital

– EE.UU. – Representantes de las Conferencias Episcopales de Obispos Católicos de Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Paraguay y Uruguay llevaron a cabo su IV encuentro del 2 al 4 de septiembre del 2003 en Montevideo para analizar desde el punto de vista ético, moral y pastoral el impacto que podría tener la implementación del Área de Libre Comercio de las Américas (Alca). Los hermanos Juan Pablo II y Pablo VI también han expresado su posición sobre el valor de la ganancia y los pueblos. Debido a la naturaleza de este artículo, veamos de manera resumida las conclusiones de los obispos sobre el Alca y la postura de los papas.

1. El Alca presenta desafíos éticos y pastorales.

2. Es necesario no sólo un análisis técnico-económico, sino ético-social sobre el Alca.

3. La integración americana debe tener en cuenta las dimensiones humanas, sociales, políticas, culturales y religiosas, no reducirse su aplicación sólo al plano económico y comercial.

4. Nos preocupa la insuficiente información y la escasa participación de los sectores sociales en la toma de decisiones sobre el futuro de nuestros pueblos.

5. Más que una integración podría tratarse de un neocolonialismo con impacto negativo sobre las comunidades locales.

6. Este proyecto tendería a propiciar el poder económico en pocas manos y en pocas empresas, favoreciendo a los monopolios y oligopolios.

7. Nos preocupan las economías elementales como
las aborígenes o las comunidades rurales, que correrían el riesgo de ser desplazadas o anuladas.

8. El Alca debería tener como primera motivación el bien común y la solidaridad de los pueblos y no la búsqueda del mayor provecho de unos pocos poderosos en detrimento de los débiles.

9. Parece irreversible la implementación del Alca, sin embargo es posible cambiar algunos de sus términos, como preferencias competitivas para los países en vías de desarrollo, el respeto a la soberanía y autodeterminación y para que sus recursos naturales estratégicos no sean susceptibles de apropiación privada.

10. Un verdadero proceso de integración de América debe basarse en los derechos humanos, soberanía, justicia, solidaridad y respeto a las identidades culturales.

11. Una vez más [indican los obispos], afirmamos inspirados en la Doctrina Social de la Iglesia, que la economía debe estar al servicio de la persona humana y el respeto a los pueblos.

El hermano Juan Pablo II en Ecclesia in América (1999) señaló: «Cada vez más prevalece en muchos países de América un sistema económico como «Neoliberalismo» basado en la concepción puramente económica del hombre, este sistema considera la ganancia y la ley del mercado como sus únicos parámetros». El hermano Pablo VI ya parecía que prevenía en 1964 la supremacía de la economía sobre la dignidad humana y los pueblos, cuando en su Encíclica «El Desarrollo de los Pueblos», #59 indica: «Una economía de intercambio no puede seguir descansando sobre la sola ley de libre mercado, que engendra a menudo una dictadura económica. El libre mercado sólo será equitativo si se somete a las exigencias de la justicia social».

No es responsabilidad de los líderes de la Iglesia decir qué modelo económico es mejor, pero la Iglesia tiene el deber, a la luz del Evangelio de Jesús de Nazaret, vigilar por las implicaciones morales, éticas y sociales de cualquier sistema económico que pueda atentar contra la vida de los pueblos, especialmente los pueblos pobres.

* Educador y activista puertorriqueño residente en Boston, EE.UU.