¿Quién gobierna Europa?

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La ERT, el grupo de presión más influyente en la Unión Europea. Los lobbies como la ERT, son un espectro invisible pero vinculante, que pesa sobre la toma de decisiones políticas

Las empresas que tienen más poder económico son aquellas a las que damos más dinero con nuestro consumo. Pero, gracias a organizaciones como la ERT, también tienen mucho poder político, hasta el punto que prácticamente todas las decisiones políticas importantes se inspiran en propuestas suyas.

Llegas a casa con la compra hecha, y en la cesta llevas una barrita de chocolate Nestlé, una caja de aspirinas Bayer o un paquete de detergente Skip. ¿Sabías que escogiendo estas marcas estás dando soporte a quien decide en gran parte las políticas de la Unión Europea? La respuesta a por qué el consumo de productos tan cotidianos tiene relación con la agenda política europea es la ERT: La European Round Table of Industrialists (Mesa Redonda Europea de Industriales).

¿Qué es la ERT?

La ERT es un lobby o un grupo de presión creado el 1983, que agrupa a los presidentes de las 47 principales empresas multinacionales de Europa (sólo se puede ser miembro por invitación personal). Un grupo de presión es una organización que representa un determinado sector social (en este caso el empresarial), que tiene como misión dar a conocer sus intereses al poder político, y presionarlo para que los tenga en cuenta a la hora de legislar.

Prácticamente ninguna política europea prospera si previamente no tiene el beneplácito de la ERT

Las empresas representadas en la ERT tienen una facturación conjunta de 950.000 millones de euros (cifra que equivale al 60% de la producción industrial del continente), y dan empleo a 4 millones de trabajadores. El presupuesto de algunas de las empresas es similar al PIB de algunos de los estados europeos.

En la declaración de objetivos de la ERT se lee: «Fomentar el fortalecimiento de la economía europea y la mejora de la competitividad global». Los mecanismos para cumplir estos objetivos son:

·        Los miembros se encuentran en una sesión plenaria dos veces al año para determinar, por consenso, los ejes donde convergen los intereses comunes. Luego se crean comisiones que se encargan de elaborar informes entorno a temas como educación, medio ambiente, competitividad, o impuestos en el marco comunitario.

·        Estos informes son la base para determinar los puntos más importantes que la ERT presenta, tanto para enriquecer el debate de la Comisión Europea, del Consejo de Ministros y del Parlamento Europeo, como en la reunión que el lobby tiene cada seis meses con la presidencia europea.

·        Paralelamente, a nivel estatal, cada miembro de la ERT tiene el compromiso de reunirse con el gobierno de su país, el Parlamento, otros empresarios, y con diferentes creadores de opinión pública (como la prensa), para poner sobre la mesa cuáles son sus inquietudes e intereses.

Tema ERT Unión Europea
Mercado Único europeo

1985: el documento Cambiar el factor de escala propone un plan de cinco años para eliminar barreras comerciales y armonizar las regulaciones entre los estados miembros. 1986: se aprueba el Acta Única Europea, que establece la creación del Mercado Único. La única diferencia relevante con el documento de la ERT es que la fecha para culminar el Mercado Único pasa de 1990 a 1992.
Infraestructuras de transporte 1984: el documento Enlaces que faltan propone infraestructuras como el Eurotúnel, el ScanLink, autopistas, trenes de alta velocidad, etc. 1991: se aprueba el plan Redes Transeuropeas, que copia todas las propuestas de la ERT. A pesar de las quejas de otros sectores sociales, se acordó que las obras pueden comenzar antes de hacer un estudio de impacto medioambiental.


1992: carta a los jefes de Estado pidiendo la construcción urgente de las infraestructuras. 1992, pocos días después de la carta: la Cumbre de Edimburgo acuerda crear un fondo de inversión específico de 7.000 millones de euros.
Moneda única

1991: el documento Remodelar Europa propone la moneda única y un calendario para adoptarla. Pocos meses después: el Tratado de Maastricht propone prácticamente lo mismo. El calendario definitivo se deberá concretar en una Cumbre en Madrid, en 1995.
1995, carta a los jefes de Estado: «Cuando os reunáis en Madrid, por favor, decidid de una vez por todas que la Unión Monetaria comenzará el día que se acordó en Maastrich.» 1995, declaraciones a la salida de la Cumbre de Madrid, en respuesta a la carta de la ERT: «Así lo haremos».

 

De la Europa de las naciones a la Europa de las corporaciones

La industria tiene una relación muy privilegiada con los políticos. Una de las claves está en los contactos personales: en abril de 1993, el que era secretario general de la ERT, Keith Richardson, declaró: «Acceso quiere decir poder llamar a Kohl y recomendarle que se lea un informe. También quiere decir que John Major te llame para agradecerte los puntos de vista de la ERT, o almorzar con el primer ministro sueco justo antes de la decisión sueca de incorporarse a la Unión Europea».

Institucionalizar el papel de los lobbies significa transformar la democracia en una «lobbycracia»

Cuando se creó la ERT, algunos gobiernos fueron reticentes porque significaba una amenaza para la soberanía de los estados. Pero la ERT trabajó para vencer las reticencias, hasta conseguir que se creara el CAG, Competitiveness Advisory Group (Grupo Asesor para la Competitividad). Es el organismo oficial que la Unión Europea consulta antes de tomar decisiones, y está fuertemente influenciado por la ERT, de manera que prácticamente ninguna política europea no prospera si previamente no ha sido inspirada por la ERT o no tiene su beneplácito. Con el CAG, quedó institucionalizada la influencia de los lobbies empresariales sobre la toma de decisiones de la Unión Europea.

Wisse Dekker, responsable de Philips, declaró en 1983: «Si esperamos a que nuestros gobiernos hagan algo tendremos que esperar demasiado. No se puede dejar todo en manos de políticos. La industria debe tomar la iniciativa». Para la ERT, «tomar la iniciativa» significa «decidir unilateralmente». Y lo consiguen: la forma que ha tomado la Unión Europea es la que ellos han propuesto, en muchos aspectos (en la tabla se muestran algunos ejemplos).

Las consecuencias del tipo de políticas preconizadas por la ERT puede hacernos reflexionar. Por ejemplo, en el informe «Creación de trabajo y competitividad por medio de la innovación», la ERT recomienda favorecer la innovación tecnológica y la creación de nuevos puestos de trabajo. El objetivo de estas medidas es incrementar la competitividad de las empresas europeas. Pero se omiten los efectos perversos (de precariedad laboral) que puede tener la creación de estos nuevos puestos de trabajo.

Una vez observados todos estos aspectos cabe preguntarse: ¿quién gobierna Europa? ¿Por qué algo que tiene tanta influencia sobre nuestras vidas es prácticamente desconocido para la mayoría de los ciudadanos europeos? ¿Qué es más importante, el peso del voto democrático o el poder económico?

Los lobbies como la ERT (u otros no tratados en este artículo, como Unice o AmCham) son un espectro invisible pero vinculante, que pesa sobre la toma de decisiones políticas. Institucionalizar el papel de los lobbies significa transformar la democracia en una «lobbycracia». Nos podemos plantear si esta desfiguración de la democracia es conveniente. Mientras, siguen mandando aquellos a los que damos más votos… en las tiendas.