¿SE EDUCA para la SOLIDARIDAD en ESPAÑA y EUROPA?

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Hoy asistimos a una auténtica batalla política en torno a la educación….Solidaridad es compartir hasta lo necesario para vivir. ¿Cómo se aplica esto al sistema educativo?. Poniendo a los empobrecidos en el centro de la acción y de los objetivos educativos. Se trata de hacer que la demanda profesional, de cualificación proceda de las necesidades de toda la humanidad. De promover que todos los niños tengan escuela presionando a gobiernos y sindicatos para la abolición real de la esclavitud infantil, lo que redundaría en una efectiva escolarización mundial y la liberación de horas para el cultivo personal.


 

Por Diego Velicia
Sicólogo y militante del Movimiento Cultural Cristiano
19-08-2004

Hoy asistimos a una auténtica batalla política en torno a la educación. Por ser un lugar, donde se produce y distribuye conocimiento, es lugar de lucha sociopolítica.

En la exposición de motivos que justifica la LOCE y la LOGSE, reconocen que se van produciendo cambios sociales y que la escuela debe adaptarse a ellos. ¿Quién ha producido esos cambios sociales? ¿Quién son los agentes del cambio?. Si no se da respuesta a esta pregunta se va al ritmo que marcan otros y ni siquiera sabemos quién. Todavía se atribuye a la escuela un papel de agente de ajuste y de cambio. Pero está claro que no es así. Puede serlo a condición de que se enmarque en un proyecto distinto de hombre y de sociedad.

Las dos reformas educativas más recientes en España no han hecho más que seguir el camino marcado desde el sistema económico:

La LOGSE, (1990) habla explícitamente de adaptarse a lo conseguido y prepararse para adaptarse al entorno que está por venir. Tras el paso de la sociedad española de la sociedad industrial a la postindustrial, se hace necesario adaptar la escuela a esa realidad. Plantea la necesidad de aprender a adaptarse en el mundo competitivo y cambiante en el que vivimos. Algunos elementos más concretos que plantean la necesidad de reforma son la configuración de la Formación Profesional como demasiado académica y alejada del mundo productivo. El alargamiento hasta los 16 años (edad mínima laboral), el control por el Estado no sólo de los conocimientos, sino también de las actitudes y los procedimientos, que pasan a ser regulados por ley, son los elementos más destacados de la ley, junto con la ampliación de la optatividad, la llamada a la participación en el sistema escolar de padres y personal no docente.

La LOCE (2002) forma parte de un conjunto de reformas educativas del gobierno del PP (LOU, FP…). El gobierno la justificó por el fracaso escolar, las carencias de conocimiento de Lengua y Matemáticas, deterioro del clima de convivencia en las aulas, desprestigio de la figura del profesor… En general mantiene la estructura de la LOGSE, introduciendo cambios en la ESO y el Bachillerato: eliminación de la promoción automática, itinerarios (que trata de responder a la falta de motivación de los alumnos que tienen que estar hasta los 16 años, así como a la necesidad de selección que pide el sistema económico)…

En definitiva en estas dos reformas se contraponen dos modelos educativos que son el modelo comprensivo de la LOGSE y el selectivo de la LOCE. En realidad ambos modelos responden al sistema económico que guía la demanda de cualificación, de competencia y de investigación.

¿Y qué está demandando el sistema económico de la escuela?

1.- Formación de capital humano: Tradicionalmente se ha considerado al sistema educativo desde un enfoque “funcionalista” en el que proporcionaba una formación técnica elevada, pero algunos hechos como la innovación técnica, el que la mayor parte de las personas desempeñan puestos de trabajo que poco o nada tienen que ver con las capacidades y conocimientos específicos que adquirieron en la escuela, pusieron en crisis este enfoque.

Actualmente personas de todas las tendencias e ideologías tienen claro que el objetivo es preparar a los ciudadanos a vivir y desplegar todas sus potencialidades en un mundo caracterizado por el cambio y la innovación, los estudiantes tendrán que “aprender a aprender” y los docentes tendrán que “enseñar a aprender”.

Ya sólo es útil la educación para el trabajo en los sectores estratégicos de la economía, que ya no son aquellos que producen bienes tangibles como en el pasado, sino aquellos que se basan en la producción, distribución y comercialización de información. Es el llamado “capitalismo del conocimiento”. La alta cualificación de los empleados que mantienen el dinamismo de este capitalismo del conocimiento ya no se corresponde estricta ni exclusivamente a una formación técnica o científica especializada. La selección de personal no atiende sólo a los cualificaciones (determinadas por el puesto de trabajo) sino a las competencias que posee la persona. Antes la cualificación era un reaseguro contra el paro y permitía acceder a un puesto acorde con los años de escolarización y/o experiencia, hoy se requieren cualidades intangibles, con componentes carismáticos, difíciles de objetivar y que se representan por las llamadas competencias. La cualificación pierde terreno frente a las competencias. La valoración de las competencias descoloca los saberes obreros y, en general, todo lo que consideramos como el valor del aprendizaje y la instrucción.

La fuente de productividad es el conocimiento, para lo cual se hace necesario la formación de capital humano. La OCDE afirma en su informe “Financiando la educación-Inversiones y Rendimientos, Análisis de los Indicadores de Educación Mundiales (WEI) 2002”, que analiza la brecha entre el nivel educativo de los trabajadores y el crecimiento económico de 16 países empobrecidos: “La obtención de altos niveles de educación secundaria y terciaria son importantes para que el capital humano se traduzca en un crecimiento económico sólido” (sin contar el robo de cerebros, naturalmente. En Brasil y Filipinas las instituciones privadas “independientes” cuentan con el 63 y 73 por ciento, respectivamente, de la matrícula de estudiantes universitarios, comparado con tan sólo el diez por ciento en los países de la OCDE. Botín ha explicado que uno de los grandes intereses del Santander es la universidad, hoy tiene presencia e todas las universidades españolas y en muchas de Iberoamérica). Y en otro párrafo: “Sin una inversión creciente y efectiva en capital humano, el conocimiento, que se ha convertido en un recurso económico clave, será escaso. Con una inversión eficaz y una distribución equitativa, el conocimiento puede convertirse en un activo no sólo abundante sino renovable y autogenerable, lo cual marcará la diferencia entre el éxito económico y los menos exitosos”.

No hay duda que al imperialismo le interesa mediar el conocimiento como primer factor productivo. Para ello la OCDE realizó el informe PISA 2000 (Programme for International Student Assessment): Proyecto internacional realizado en 31 países de la OCDE para evaluar la capacidad que tienen los alumnos de 15 años de aplicar sus conocimientos en lectura, matemáticas y ciencias.. La realización de este estudio cada tres años harán de este informe un evaluador de la evolución del conocimiento de los estudiantes. Participan entre 4500 y 10000 alumnos de cada país. España se encuentra por debajo de la media de los 31 países en las tres dimensiones estudiadas. Al analizar los resultados cada organización trata de arrimar el ascua a su sardina, interpretando según sus intereses, así unos (PP) lo han usado para justificar la necesidad de la reforma educativa de la LOCE, y otros (PSOE y sindicatos) para criticar la escasa inversión educativa del gobierno. Uno de los aspectos que han pasado más desapercibidos y que son importantes es que este informe ya no mide sólo el desempeño, sino también las actitudes ante la educación y la forma de abordar el aprendizaje, es decir preocupa también la capacidad de aprender a aprender, pero esos resultados no los comenta nadie.

Por tanto la implicación de los agentes económicos en la educación va más allá de las prácticas en la FP o la universidad. En todos lados una de las cuestiones más importantes es cómo conseguir un sistema de formación que incluya mecanismos de autorregulación para hacer posible su adecuación continua a las cambiantes necesidades del entorno económico. Los mecanismos institucionales para llegar a un acuerdo y tomar decisiones sobre los cambios, la renovación o la reforma de la educación están presentes en todas partes. Este tipo de educación es responsable de poner a los hombres al servicio de la economía y no ésta al servicio del hombre.

La otra gran función asignada al sistema educativo es la de :

2.- Integración y legitimación social

Los dos modelos educativos buscan legitimar el sistema político con dos palabras clave (también del Forum de Barcelona, no es casualidad):

Tolerancia

Para el sistema los valores que fundamentan la democracia son la tolerancia, aceptación del otro, uso de la razón dialógica, respeto a minorías… La tolerancia con todo se ha convertido en un valor absoluto. Una de las mayores acusaciones que se te pueden hacer es la de intolerante. Se trata de “dejar hacer”. ¿A quién?. Al que manda, es decir al imperialismo. Los progres incluso se atreven a decir que “No es posible una educación cívica o moral si no se renuncia a la inculcación ideológica, a la reproducción de normas y valores”.¿Hay mayor estupidez que decir que no se puede educar la moral si no se renuncia precisamente a eso a educar? ¿Se puede pretender educar sin influir?. ¿No nos educa (esto es nos influye) permanentemente el imperialismo?. Sin duda ninguna el que más influye es aquel que, porque dice no influir, no cultiva el espíritu crítico incluso sobre lo que él mismo propone, anulando así la libertad de sus educados, convirtiéndolos en presa fácil de la manipulación.

<b<Participación

El director general de la UNESCO, Federico Mayor Zaragoza, en 1997, en la presentación del Informe Delors quiso resaltar la trascendencia de la participación para la democracia y para el destino de las personas cuando dijo que “si no participo no existo como ciudadano”, que el principio fundamental de la democracia es “contar y no ser contado”, que, para que se produzca la interacción entre la paz, el desarrollo y la democracia, todos los ciudadanos deben tener esta capacidad de intervenir en los asuntos públicos, de participar. La participación, además de convertirse en un valor educativo en si misma es el cimiento de la sociedad civil, sin la que la democracia supuestamente no existiría. Fijaos con qué descaro la describe un manual de los que se estudian en la universidad: “pero la participación exige a nivel público solidaridad, empatía (ponerse en el lugar del que gobierna), argumentación racional, diálogo, responsabilidad compartida…”. Es decir que a la hora de juzgar la participación se trata de ponernos no en el lugar de los empobrecidos ni siquiera en el de los ciudadanos de un país, sino en el lugar de los que gobiernan.

El propio Informe Delors, Informe de la UNESCO sobre la educación en el siglo XXI, afirma: “La preparación para una participación activa en la vida ciudadana se ha convertido en una misión educativa tanto más generalizada cuanto que los principios democráticos se han extendido. En una primera concepción minimalista el objetivo es tan sólo el aprendizaje del ejercicio de la función social con arreglo a los códigos establecidos. El imperativo es el de la instrucción cívica concebida como una “alfabetización política” elemental. Se trata de hacer de la escuela un modelo de práctica democrática que permita a los niños entender a partir de problemas concretos cuáles son sus derechos y deberes. Conviene recurrir a la educación permanente para edificar una sociedad civil activa que, entre los individuos dispersos y el poder político lejano permita a todos asumir su parte de responsabilidad en la sociedad, al servicio de una auténtica solidaridad de destino”. De alejamiento entre políticos y sociedad tiene bastante experiencia Delors después de su paso por la presidencia de la Comisión Europea.

En definitiva se trata de legitimar este sistema político en el que se alejan de la sociedad los organismos de toma de decisiones con la participación como forma de tener buena conciencia (lo importante es participar nos decían de pequeños) y con la tolerancia como vacuna contra la rebeldía ante un sistema injusto, (como decía más arriba, hay que tener empatía con los que gobiernan). En estos dos objetivos están plenamente de acuerdo políticos de uno y otro partido, estudiosos de la educación… y demás burócratas. No hay más que ver las declaraciones de la Presidenta del Consejo Escolar del Estado: “El argumento de la religión en la escuela es una vergüenza nacional y religiosa (…) La religión principal de la escuela es la CONVIVENCIA y el CIVISMO…”. Cuando yo iba al colegio teníamos un libro que se llamaba “Con mucho gusto” en el que se enseñaban reglas de urbanidad, de civismo, buenas formas en definitiva, este es el planteamiento de la escuela actual, enseñar buenas formas que permitan sostener la democracia formal que tenemos. Lo que antes era la Formación del Espíritu Nacional de Franco, ahora se llama “Educación para la convivencia” y lo bendicen los progres, que creen que lo más revolucionario que pueden hacer para fomentar la democracia es hacer parlamentos en clase.

¿Por qué le interesa al sistema la participación?. Porque se trata de controlar el conflicto social mediante la integración. El Informe Delors cuenta el caso de una escuela de Harlem, barrio empobrecido de Nueva York, en la que mediante un programa para fomentar la participación de las familias en la escuela se había conseguido disminuir el % de absentismo de los alumnos. ¿Cuál era la preocupación que les movía? El conflicto social: delincuencia, violencia, bandas callejeras… Otra de las experiencias es la de Hungría, tras la caída del muro de Berlín, se diseñó un programa para fomentar la democracia formal desde las escuelas.

Sintentizando el planteamiento del sistema educativo se estructura de la siguiente forma:

Educación infantil y primaria: función de legitimación social.
Educación secundaria: función de selección.
Educación superior: preparación de mano de obra para las multinacionales: aprender a aprender.
Educación de postgrado: especialización,

¿Dónde queda la solidaridad en todo esto?. El sistema se preocupa de que haya también un porcentaje de especializados en educación para la paz, para el desarrollo, para el medio ambiente… Trata de que haya un grupo de expertos encargados de dar conferencias, poner en marchas interesantísimas experiencias en un colegio, crear materiales para el aula, escribir libros, en definitiva dar un barniz al sistema educativo, que organizando una actividad llamativa al año (el día de la paz es el mejor ejemplo) cumplen el expediente. El resto del ambiente educativo salimos esa vez al año para mantener la apariencias y punto. Sí cada vez se habla más de solidaridad, de paz en la escuela… pero ¿de qué estamos hablando?. En unas jornadas educativas en Valladolid se presentaban distintas experiencias que se habían puesto en marcha en torno a la educación para la paz. La más aplaudida fue la de unos que se habían dedicado a hacer ¡un pin de una paloma!. En muchos colegios concertados y estatales la solidaridad se convierte en limosneo. En muchos privados existe peleas por ver qué colegio recauda más dinero para la ONG de la orden religiosa de turno. Lo mismo que quieren ser los números uno académicamente, o deportivamente, también quieren ser los números uno en esta falsa solidaridad.

Solidaridad es compartir hasta lo necesario para vivir. ¿Cómo se aplica esto al sistema educativo?. Poniendo a los empobrecidos en el centro de la acción y de los objetivos educativos. Se trata de hacer que la demanda profesional, de cualificación proceda de las necesidades de toda la humanidad. De promover que todos los niños tengan escuela presionando a gobiernos y sindicatos para la abolición real de la esclavitud infantil, lo que redundaría en una efectiva escolarización mundial y la liberación de horas para el cultivo personal.

Entendida la solidaridad como determinación firme y perseverante de empeñarse por el bien común el sistema educativo debe marcarse como objetivo la formación de personas capaces de acometer esta tarea desde la esperanza. Evidentemente y como hemos analizado esto no es lo que hacen los planes de enseñanza actuales, puesto que su objetivo como hemos visto es servir al imperialismo formando a los ciudadanos que necesita el sistema para sostenerse política y económicamente.

Un sistema educativo que se plantee la solidaridad debe dejar que la familia asuma el protagonismo que le corresponde por ser la primer escuela de solidaridad. La escuela que quiera ser solidaria debe desenvolverse unida a la construcción de poder social solidario. Decíamos más arriba que la escuela por si sola no puede ser elemento transformador, pero unida a la acción cultural-política revolucionaria puede ser fundamental.

Es necesario formar la persona solidaria. La persona solidaria es aquella que desarrolla esa fuerza interior que es la angustia ante los males que padecen los empobrecidos. Angustia que está hecha de conciencia (de esos males), de esperanza (posibilidad de superarlos), y de deseo de entregarse a fondo y con urgencia a la acción que se estime necesaria frente a aquellos males.

El problema que una vez más se plantea a la escuela es cómo formar chicos que quieran comprometerse. Tal vez el problema no se pondría si nos dirigiéramos a pobres. La historia nos dice que los cambios humanos y sociales han sucedido siempre por el impulso de los pobres. No porque los pobres sean mejor que los ricos, sino porque tienen interés en cambiar las estructuras injustas. Es cierto que también los ricos pueden hacerse protagonistas del cambio. Pero antes deben convertirse. convertirnos: ésta es la tarea más ardua que debe asumir la escuela, so pena de haber perdido el tiempo. Hoy el sentimiento más extendido es el de la impotencia y la desconfianza en nosotros mismos. Nos decimos que cambiar es imposible. La escuela debe combatir este sentimiento de desconfianza con todo su ser. A fin de cuentas debe enseñar a luchar, no por la perspectiva de las conquistas, sino porque sabemos que estamos en lo que es justo. Debe decir que el hombre vive un periodo de tiempo demasiado limitado para valorar los frutos de su entrega. Debe decir que los frutos de su entrega se recogen en la eternidad.

PARA UNA ESCUELA SOLIDARIA

  1. Educación para la TRANSFORMACIÓN SOCIAL
    FORMACIÓN DE MILITANTES. Freire decía que sólo se puede ser educador si se es militante.
    EDUCACIÓN CRÍTICA. Frente a la manipulación, cultivo del estudio. El niño que no estudia no es un buen revolucionario.
    VINCULADA ORGÁNICAMENTE A UN MOVIMIENTO ADULTO. Así la educación se desenvuelve unida a las luchas.
    ABIERTA AL MUNDO: “Nada humano me es extraño”
    PARA LA ACCIÓN. Sin contentarnos con el desarrollo de la “conciencia crítica”. Es necesario tener en cuenta que la propia acción, la práctica, es un elemento educativo de primer orden.
  • – Educación PARA EL TRABAJO Y LA COOPERACIÓN. Frente al individualismo imperante. ¿Por qué cada familia, grupo, clase, colegio… tiene que resolver sola los problemas que una comunidad junta puede resolver con más facilidad y en menos tiempo?
  • Educación orientada HACIA LAS MÚLTIPLES DIMENSIONES DE LA PERSONA: la político-ideológica, la organizativa, la técnico profesional, la formación cultural, la formación afectiva, y la religiosa.
  • Educación CON/PARA VALORES HUMANISTAS. Una formación que rompa con los valores del lucro y el individualismo.