JP MORGAN CHASE ADMITE que TRAFICÓ con ESCLAVOS entre 1831 y 1865

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El Banco JP Morgan Chase ha presentado excusas por haber colaborado con la esclavitud en el sur de EEUU durante el siglo XIX. Las disculpas llegan tarde pero, según la institución, acaba de descubrir esta vinculación en una investigación reciente. El JP Morgan Chase admite que aceptó 13 mil esclavos como garantía para préstamos. El poder financiero de la Banca Morgan y Rockefeller se ha gestado con el sufrimiento de millones de personas, no solo esclavos de hace 150 años, sino tambien el de millones de personas hoy empobrecidas por el diablo de la usura y el saqueo de sus riquezas. No olvidemos que estas instituciones han sido promotoras de instituciones como el CFR, el Club de Bilderberg y la Trilateral…


Tras proceder a un examen de su historia al que se había comprometido, la sociedad bancaria estadunidense JP Morgan Chase reveló su participación en el entramado de la esclavitud en Estados Unidos, y ofreció disculpas por ello.

«Recientemente JP Morgan Chase completó una exhaustiva investigación de la historia de nuestra compañía para examinar cualquier vínculo con la esclavitud con el fin de honrar un compromiso con la ciudad de Chicago», explicó la compañía en comunicado difundido el jueves anterior.

«Hoy damos cuenta que esta investigación descubrió que entre 1831 y 1865 dos de nuestros bancos precursores -Citizens Bank y Canal Bank en Luisiana (sur)- aceptaron aproximadamente 13 mil esclavos como garantía para unos préstamos», continuó.

De ellos, dijo JP Morgan Chase, mil 250 acabaron siendo propiedad de estos bancos cuando los propietarios de las plantaciones que los empleaban no pudieron hacer frente a los pagos de los créditos.

«Todos sabemos que la esclavitud existió en nuestro país, pero es muy diferente comprobar que nuestra historia y la institución de la esclavitud se entrelazaron. La esclavitud estaba trágicamente integrada en la sociedad estadunidense, pero eso no es una excusa», admitió.

«Ofrecemos disculpas al público de Estados Unidos y particularmente a los afroamericanos por el papel que Citizens Bank y Canal Bank jugaron en aquel periodo», agregó. «JP Morgan Chase es, por supuesto, una compañía muy diferente que los bancos Citizens y Canal Banks» del siglo XIX, sentenció.

A modo de compensación, JP Morgan Chase anunció la creación de un fondo con 5 millones de dólares para becas universitarias en Luisiana.

La reacción de mala conciencia ha sido acompañada de aclaraciones en el sentido de que es una «compañía muy diferente de los bancos Citizens y Canal Banks del siglo XIX» y rechaza cualquier intento de identificación con aquellos hechos históricos, salvo lo puramente anecdótico y recuerdo triste de aquellos procedimientos, normales para la época en que sucedieron..

El nombre de JP Morgan aparecía citado en una querella conjunta de varios pequeños demandantes.

El caso exigía reparaciones de 18 compañías, entre ellas Lloyd´s de Londres, Freet Boston, Reynolds Tobacco, Brown & Williamson, CSX Corporation y Leman Brothers.

El caso fue sobreseído en el pasado mes de enero. El juez estableció que los demandantes habían fracasado a la hora de establecer vínculos claros entre ellos y las compañías demandadas.

Un miembro de la Alcadía de Chicago, Dorothy Tillman, declaró: «Gracias a nuestros serios esfuerzos hemos sido capaces de que una de las mayores instituciones financieras haya revisado su historia y admitir, de una vez por todas que hay pruebas concluyentes de que está involucrada en la esclavitud»

Un poco de historia

Estamos en los finales del siglo XIX y nombres como Morgan, Carnegie, Mellon, Vanderbilt, Rockefeller comienzan a ser conocidos y sufridos hasta por el propio pueblo estadounidense. Comienzan a surgir grupos financieros monopolistas, los cuales iban a llegar a controlar en pocos años la economía y, con ello, la política norteamericana que se empezaba a dibujar de manera consecuente como una política de carácter totalmente imperialista. De entre todos ellos los que han de alcanzar en menos de un cuarto de siglo el mayor poder financiero han de ser Morgan y Rockefeller. De esa manera, cuando emerge en el horizonte de la historia estadounidense el sol del siglo XX, podemos visualizar claramente cómo se opacan las cenizas de las luchas intestinas de finales del siglo XIX y comienza el imperio a gestarse industrialmente. En el noroeste el imperio del ferrocarril tiene un nombre James J. Hill; el imperio de las finanzas se llamó J.P. Morgan; el imperio del acero lo fue Andrew Carnegie; el imperio del petróleo se dio a conocer como Rockefeller Sr., el imperio de la carne de cerdo y de las carnes enlatadas se denominó J. Ogden Armour. En esta época no existía el imperio de los automóviles, Henry Ford todavía se encontraba trabajando como ingeniero nocturno de una planta generadora de electricidad. Aquellos imperios se alimentaban de la sangre y el sudor de los obreros. Es cierto que en 1886 se había constituido la Federación Americana del Trabajo, pero los dos consorcios industriales más importantes, la textil y la de acero, no permitían a sus obreros constituir sindicatos lo que significaba salarios por debajo del nivel imprescindible de vida. Estamos en presencia de la gestación del imperio vislumbrado por Jefferson, el cual en este momento estaba en estado embrionario, concedido. Pero, sus primeros saltos en la matriz de la historia se van a dejar sentir desde ya, cosa evidente si volvemos nuestra vista a los pueblos iberoamericanos y caribeños, aunque no van a dejar de sufrir los pueblos de otros continentes el impacto de su gestado carácter imperial.

El poder financiero de la Banca Morgan y Rockefeller se ha gestado con el sufrimiento de millones de personas, no solo esclavos de hace 150 años, sino tambien el de millones de personas hoy empobrecidas por el diablo de la usura y el saqueo de sus riquezas. No olvidemos que estas instituciones han sido promotoras de instituciones como el CFR, el Club de Bilderberg y la Trilateral… Un ejemplo: el Plan financiero argentino que llevó al empobrecimiento del año 1992, consecuencia de la convertibilidad de la moneda fue instrumentado no por el gobierno nacional argentino sino por J.P. Morgan, quien fue contratado especialmente a tal efecto.