Los cienciólogos captan adeptos ante ayuntamientos y plazas españolas, mientras que Francia se les hace hostil
El reciente 20 de octubre la «iglesia» de la Cienciología desembarcó en Castellón y la prensa local se hizo eco del despliegue de este grupo en la plaza de la Pescadería, junto al Ayuntamiento. Una carpa de color amarillo chillón atraía a los viandantes. Allí se veían unas extrañas maquinitas y un montón de libros de Dianética, el libro de inicio a la cienciología escrito por el difunto fundador del grupo, Ron L. Hubbard, un escritor de ciencia ficción de escaso éxito y relevancia para el género.
J. Antequera describía la escena matutina en Castellón en Diario Levante-EMV:
«¿Quiere saber si tiene estrés?», proponía una gran pancarta de color amarillo. Para dar una respuesta a la cuestión el interesado sólo tenía que someterse al émetro, un aparato que supuestamente mide si una persona sufre este trastorno nervioso, y no sólo eso, sino algo que parece salido de Star Trek: el chisme además está provisto de un indicador que señala si el estrés tiene su origen en un problema laboral, de salud o amoroso. Para estar más cómodo durante la prueba, el futuro adepto podía tumbarse en una camilla de corte vanguardista. «No se trata de un aparato que mide la tensión, como otros, éste se basa en complejas operaciones matemáticas, pero eso sería largo de explicar», alega Enrique, responsable de la delegación de Cienciología que ha viajado a Castellón. […] Dos empleados vestidos con ropas futuristas informaron durante todo el día a los curiosos que se detenían en la plaza. Y no fueron pocos.
Comprar el libro Dianética para adentrarse en las primeras doctrinas cienciológicas cuesta 10 euros. Pasar por un seminario (introductorio) de dianética sale por 30 euros. Cursar estudios de auditor de la disciplina vale 112,50 euros. Recibir una «auditación profesional» para recibir la tecnología que «cambiará su vida» cuesta 200 euros.
El objetivo es llegar al nivel o estado de «clear» («claro, limpio, aclarado», en inglés), es decir, ser «limpio» de toda negatividad mental y emocional, de todos los «engramas» (traumas mentales) que bloquean la plenitud que podríamos tener. Para eso se usan los cachivaches, una serie de ejercicios, unas tutorías siguiendo a tus monitores, etc… La Cienciología continuamente ataca a su principal enemigo, la psicología, ya que esta ciencia desmiente sistemáticamente la eficacia de los procedimientos cienciológicos. En respuesta, los cienciólogos acusan a la psicología y psiquiatría de ser pseudiencias y supersticiones.
En París, el ayuntamiento socialista convoca manifestaciones contra Cienciología
El pasado sábado 8 de octubre hubo una manifestación ante la sede de la «iglesia» de la Cienciología en París. La convocaba Anne Hidalgo, primera adjunta socialista al alcalde de París, que además preside un comité de vigilancia contra las sectas. Hidalgo acusa a la cienciología de buscar la captación de jóvenes. Con ella estuvieron la alcaldesa socialista del distrito, Michèle Blumenthal, y su predecesor Jean François Pernin (UDF), junto con concejales de diversos partidos. Frente a ellos se contramanifestaron unos cien cienciólogos.
«Queremos advertir los parisinos contra la peligrosidad de ciertos movimientos y alertarlos sobre la presencia en este tipo de lugares que no es algo común», explicó Hidalgo. «La próxima vez iremos ante la sede de Nueva Acrópolis», refiriéndose a otra entidad de perfil sectario, en este caso de ideología cercana al neo-nazismo.
Francia ha sido uno de los países más hostiles contra la Cienciología, aunque desde 2002 se ha suavizado su oposición activa. «Sabemos que la Cienciología está infiltrada en los lugares de poder», denuncia Anne Hidalgo. Y protesta porque cuando Nicolas Sarkozy era ministro de Economía en 2004 recibió con honores al famoso actor y cienciólogo Tom Cruise, y también al alcalde de Marsella, Jean-Claude Gaudin, que declaró al actor «ciudadano de honor» de la ciudad.
ForumLibertas.com
26 de octubre