Tres años antes de morir, Beethoven padeciendo una sordera total, celebrará su vida con estas palabras que te sorprenderán:
En 1972, el Consejo de Europa (el mismo organismo que designó la bandera europea) adoptó el tema de la «Oda a la alegría» de Beethoven como su himno. Sin palabras, en el lenguaje universal de la música, este himno expresa los ideales de libertad, de paz y de solidaridad que representa Europa. En 1985 fue adoptado por los jefes de Estado y de Gobierno de la UE como himno oficial de la Unión Europea.. Sin embargo es menos conocido el origen de este himno.
La niñez de Beethoven fue desgraciada. No sólo por el trato de su padre, que, a menudo, al volver de sus andanzas por las tabernas de madrugada, levantaba al niño de la cama para hacerle practicar el clave, sino por el poco cuidado que le dispensaba su madre. De la escuela, donde al parecer aprendió muy poco, un compañero lo recordaba así: ”Destacaba por su cuidado en el vestir, lo que nos hacía creer que no tenía madre”. Frecuentemente salía a la calle para buscar a su padre borracho y traerlo a casa. La falta de cariño en su hogar le fue volviendo solitario, retraído e introvertido. Cuando tenía 17 años muere su madre, lo que le obliga a convertirse en cabeza de su familia y en tutor de su padre, que bebe cada vez más. A los 21 años nuestro músico confiesa a sus amigos su sordera.
Tres años antes de morir, Beethoven padeciendo una sordera total, celebrará su vida con estas palabras:
“Hace 54 años, mi madre acudió al médico. Se encontraba en el segundo mes de embarazo y su marido era alcohólico. Tenía afección sifilítica y uno de sus hijos era retrasado mental. Además, en la familia había varios sordos. El médico decretó la interrupción del embarazo, pero mi madre se negó. Siete meses más tarde nací yo. Hoy, en 1824, en Viena, estreno mi novena sinfonía, mi canto personal a la alegría de vivir”.
Ludwing Van Beethoven