La Banca Morgan acaba de descubrir indeseados cadáveres en el armario. Un historiador acaba de averiguar que dicha entidad llegó a poseer 1.250 esclavos negros
Un historiador contratado por el J.P. Morgan Chase & Company decidió examinar si en el historial de la firma había lazos con el comercio de esclavos, y tras mucho indagar en Lousiana, y volver a preguntar a sus pagadores si querían que siguiera excavando, comprobó que la Morgan llegó a poseer 1.250 esclavos negros como compensación por deudas impagadas y utilizó más de 13.000 como garantía contra deudas. Así lo revelaba ayer el diario «The Wall Street Journal». Como respuesta, la J. P. Morgan pidió perdón públicamente y estableció un fondo para becas de 5 millones de dólares a favor de estudiantes negros de Luisiana.
Todo empezó tras la compra por el Morgan Chase en 2004 del Bank One. Al haber sido seleccionado por el ayuntamiento de Chicago para financiar un bono emitido por la ciudad, Bank One se vio obligado a cumplir con el requisito municipal de exigir a toda compañía que haga negocios con la metrópoli que revele si tuvo algo que ver con el comercio de esclavos. Aprobada hace dos años, la ley pretende esclarecer el impacto de la esclavitud y promover el diálogo ofreciendo algún tipo de reparación a sus descendientes.
Contratado por el Morgan Chase, el historiador James Lide viajó hasta el villorio de Covington, en Luisiana, donde descubrió primorosos libros de contabilidad de hace 170 años pertenecientes al Banco de los Ciudadanos de Luisiana, un predecesor del poderoso Morgan Chase con sede en Nueva York. El «Journal» revela que tras 3.500 horas de trabajo y la colaboración de otros historiadores, Lide descubrió que el banco se había asegurado préstamos mediante hipotecas de propiedades y miles de esclavos. Muchos de ellos procedían de Bernard de Marigny, dueño de una de las plantaciones, aficionado al juego y a la vida lujosa, que cedió en una ocasión 62 esclavos al banco como compensación contra un dinero que había recibido en préstamo.
Los libros dan cuenta minuciosa de las reuniones del consejo de administración, como la celebrada el 26 de agosto de 1846, en la que la junta escuchó la petición de Marie Rosette, una «mujer libre de color» , que quería intercambiar un esclavo de su propiedad por su hijo, que había pertenecido a una plantación que había ido a parar a manos del Banco de los Ciudadanos. El consejo aceptó la petición.
ABC
11-05-2005