Algunos organismos de la ONU, como el Fondo de la Población o UNICEF, realizan campañas de esterilización forzosa y aborto en el Tercer Mundo, alegando un exceso de población. Sin embargo, los últimos datos de la ONU revelan que la población mundial no sólo no está creciendo, sino que está decreciendo vertiginosamente, debido al descenso de los índice de natalidad, incluso por debajo de la tasa de reemplazo. Según revelan datos de la ONU, en el mundo se realizan más de 60 millones de abortos quirúrgicos al año, sin incluir abortos por píldoras y por el DIU. La suma de los realizados en el siglo XX supera al número de víctimas de todas las guerras y cada año equivale a diez holocaustos como el de los judíos durante la dominación nacional socialista. Estos son algunos de los datos que se han ofrecido en el I Congreso Internacional Provida celebrado el pasado fin de semana, en el que se han dado cita científicos, académicos y representantes de asociaciones de defensa de la vida.
Según José Pérez Adán, organizador del congreso y vicepresidente de la Federación Española de Asociaciones Provida (FEAP), el objetivo era «intercambiar experiencias y establecer lazos de colaboración para realizar acciones eficaces en defensa de la vida, así como actualizar el mensaje a favor de una cultura de la vida en la opinión pública».
EL CRIMEN MÁS ACEPTADO
Uno de los datos que se ofrecieron en las ponencias fue la cifra de abortos provocados. Pablo López, profesor de Filosofía de la Universidad de Sevilla, dio los datos oficiales de la ONU. En el mundo se realizan 60 millones de abortos al año, que sumados desde la década de los 70 cuando el aborto empezaba a ser despenalizado en todo el mundo alcanzarían la cifra de más de 2.000 millones de abortos, sin contar los producidos por píldoras y otros métodos como el DIU.
López asegura que «más que ningún otro crimen contra la vida humana, éste se sustenta en una larga cadena de mentiras concretas, desinformación y lenguaje engañoso, que hacen del aborto el crimen más aceptado».
Por su parte, José María Barrio, profesor de Antropología filosófica de la Universidad Complutense de Madrid, hizo alusión a una frase de Julián Marías: «Lo más grave, desde el punto de vista moral, que ha acontecido en el siglo XX, es la aceptación social del aborto provocado». Según Barrio, «Marías sugiere que la aceptación social del aborto es más grave, por ejemplo, que el holocausto judío perpetrado por los nazis (seis millones de muertos) o el más reciente en la ex-Yugoslavia».
En cuanto a la cuestión del inicio de la vida, dos de los científicos asistentes, José María Barrio y Nicolás Jouve, de la Universidad Internacional de Cataluña y Alcalá de Henares, respectivamente coincidieron en que «el cigoto resultante de la fecundación tiene una estructura genética distinta a la del óvulo y el espermatozoide, por lo cual, el cigoto ya es un ser humano».
En referencia a las políticas de control de la natalidad que están promoviendo en todo el mundo instituciones como la Federación de Planificación Familiar (IPPF), Pablo López explicó que «el abortismo constituye una maquinaria mundial de promoción y comercialización del aborto como método de eliminación de población, principalmente en países pobres». Algunos organismos de la ONU, como el Fondo de la Población o UNICEF, realizan campañas de esterilización forzosa y aborto en el Tercer Mundo, alegando un exceso de población. Sin embargo, los últimos datos de la ONU revelan que la población mundial no sólo no está creciendo, sino que está decreciendo vertiginosamente, debido al descenso de los índices de natalidad, incluso por debajo de la tasa de reemplazo.
Una solución que los provida aportan al problema del aborto son las casas de acogida para embarazadas, a cargo de las asociaciones pro-vida y de órdenes religiosas que no sólo ofrecen ayuda material, médica y psicológica durante el embarazo, sino también después del parto, hasta que la madre consigue independencia económica.
Otro de los temas que se trataron fue el de la eutanasia. La doctora holandesa Bernadette Marx dijo que «los cuidados paliativos son inexistentes y la eutanasia es la solución más fácil, a veces por inanición, como ocurre actualmente con 16.000 ancianos».