La vida es un valor de la izquierda que protege al indefenso, al aplastado, también al niño no nacido. El debate del aborto actual demuestra que todos los partidos parlamentarios son de derechas.
La vida ha sido y es en la tradición católica y en la del movimiento obrero, en la vida de los pobres asociados, una prioridad básica y fundamental.
Ahora y durante la democracia hemos asistido, a una conjura contra la vida desde los partidos llamados de izquierdas y los autollamados «católicos», como el PP.
El niño no nacido es un ser humano inocente, es decir una persona. El asesinato de un ser humano inocente es un hecho intrínsecamente perverso que no tiene ninguna excepción moral.
La vida no se negocia, y a eso se han dedicado partidos parlamentarios de uno y otro signo, unos con la ley ya de 1985 y otros manteniendo supuestos que son un coladero de abortos o con la píldora abortiva que Aznar aprobó, cuando se trata de la vida humana no hay «supuestos». En España se ha pasado de 44.962 abortos en 1992 a 112.390 abortos en el 2012.
También es falsa la dicotomía madre-hijo que quieren poner en la palestra los defensores del crimen del aborto…
Como hemos dicho antes el derecho a decidir de la madre está supeditado a un derecho mayor: la vida de un inocente, y las consecuencias del aborto para las madres las estamos viendo.
La defensa de la vida por nacer está íntimamente ligada a la defensa de cualquier derecho humano… Si esta convicción cae, no quedan fundamentos sólidos y permanentes para defender los derechos humanos, que siempre estarían sometidos a conveniencias circunstanciales de los poderosos de turno.
Los medios de comunicación en su gran mayoría, también los que dicen que estamos saliendo de la crisis con 5 millones de parados, son los que afirman en las «tertulias de mercenarios» que no toca hablar del aborto por parte del gobierno del PP, ese debate no interesa… La mayoría defienden el aborto, por pura política imperialista, como ha denunciado el Movimiento Cultural Cristiano reiteradamente en su Manifiesto «Rechazamos el aborto porque somos de Izquierdas» (1982).
Las razones de este apoyo mediático y político son que las mayores agresiones a la vida, tanto cuantitativamente como cualitativamente provienen de un sistema y de un conjunto de estructuras políticas y económicas NEOCAPITALISTAS que muchos defienden en nombre de la utilidad y la eficacia.
Para este neocapitalismo es cuestión estratégica el aborto ya que es un medio de control demográfico como exponente máximo de una cultura del beneficio frente a una cultura de la solidaridad y del bien común.
Eliminar a los pobres: Hambre y aborto
Las políticas abortistas de la ONU (Objetivos del Milenio) y de organizaciones como IPPF o IPAS, con grandes fondos privados y públicos, financian bajo el manto de «salud sexual y reproductiva» o «derechos de la mujer» políticas de aborto en los países empobrecidos (Ghana, Etiopía…), son múltiples los ejemplos y grandes las cantidades de dinero invertido.
¿Por qué no se fomenta la lucha por la Justicia o la generación de unas sociedades más justas y democráticas? ¿Por qué no se acaba con el robo a los países empobrecidos? ¿Por qué…?
Porque el hambre y el aborto son un genocidio planificado.
Autor: Luis A Fernández