El 16 de Abril de 1995 murió asesinado Iqbal Mashib. Un niño esclavo pakistaní cristiano que había luchado contra la mafia tapicera de alfombras de su país. La noticia fue un “breve” en algunos periódicos de tirada nacional. Pero a la sensibilidad de los que se han forjado en la lucha por la justicia la noticia no les pasó desapercibida.
La lucha contra la esclavitud infantil, dentro de la Campaña por la Justicia en las relaciones Norte-Sur (Movimiento Cultural Cristiano), a lo largo de estos XX años, ha supuesto al menos tres grandes aportaciones:
Tomar conciencia de la realidad en la que se encontraba el conflicto entre el Capital y el Trabajo en esta fase imperialista del neocapitalismo.
La precariedad y el desempleo, tenían su envés en la reaparición de una explotación tan salvaje que no duda en esclavizar a los niños, superando cuotas que tuvo esta realidad en los comienzos del proceso de industrialización.
La Campaña por la Justicia en las relaciones Norte-Sur, ha tenido que luchar y hacer visible esta realidad que nadie, hace 20 años quería ver, y mucho menos el mundo sindical y laboral ya vendido a la concertación. La sociedad no daba crédito. Decía directamente que eso era mentira. Aunque ya los organismos internacionales hacían un balance aterrador en sus informes. Los niños en situación de explotación constituían y siguen constituyendo nada menos que el 10% de toda la mano de obra laboral mundial.
En segundo lugar, dar a conocer la vida de Iqbal Masih.
La Campaña se propuso, de cara a la denuncia del problema que antes hemos enumerado como el principal, un objetivo operativo muy concreto: que el 16 de Abril, día del asesinato de Iqbal Masih por su lucha contra la esclavitud de los niños, se convirtiera en el Día Internacional contra la Esclavitud Infantil.
Iqbal Masih, del que gran parte de la sociedad española conoce algo a través de la labor divulgadora que ha hecho nuestra Campaña y aquellos que han colaborado a difundirla, significa dos cosas muy importantes que apenas le cabe en la cabeza a nuestra mentalidad manipulada por los medios de comunicación:
Por un lado la existencia realidades de lucha por la justicia por las que personas son capaces de dar su vida, y por otro, que los niños y los jóvenes pueden dar sentido a su vida en esta lucha por la justicia.
En tercer lugar, la capacidad de lucha de la juventud.
La esclavitud de la infancia y la juventud constituye sin ninguna duda uno de los principales acicates para que nuestros niños y jóvenes, en esta sociedad de inconsciencia, de consumismo, de desafección por la responsabilidad política, de hedonismo…, se planteen el sentido de su vida. Los niños esclavos son una llamada a hacer de la dignidad de la persona una bandera para toda la vida.
Queda manifestar la esperanza de que los próximos años se sumen muchos más a esta causa, en la que los últimos ocupan el centro de la mesa común.
Autor: Juan Rodríguez