La esclavitud, una práctica arraigada a la industria pesquera de Tailandia

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El tráfico de personas que son obligadas a trabajar en régimen de esclavitud en la industria pesquera de Tailandia se ha convertido en una práctica arraigada debido a la escasez de mano de obra, la profunda corrupción y la falta de implicación de las autoridades en la lucha contra esta lacra.

El tráfico de personas que son obligadas a trabajar en régimen de esclavitud en la industria pesquera de Tailandia se ha convertido en una práctica arraigada debido a la escasez de mano de obra, la profunda corrupción y la falta de implicación de las autoridades en la lucha contra esta lacra.

Brutales palizas, meses sin pisar tierra firme, jornadas no remuneradas e incluso la muerte, al ser lanzados por la borda tras quedar inválidos, son algunas de las torturas que afrontan los trabajadores, según sus propios testimonios.

«El crecimiento de la economía tailandesa y su baja tasa de paro hace que los trabajadores locales e inmigrantes eviten la industria pesquera, un trabajo mal pagado y de riesgo», por lo que «la falta de mano de obra alimenta las prácticas abusivas, en las que los empleadores recurren al engaño, la corrupción, la coerción y violencia», denuncia a Efe Alexandra Sedgwick portavoz de EJF (ONG).

El pasado 3 de marzo, seis birmanos fueron rescatados en el puerto de Kantang, en la sureña provincia de Trang, después de permanecer en el mar durante cinco meses y tras ser guiados por las mafias del tráfico de personas con la falsa promesa de un trabajo bien remunerado en un puerto tailandés.

«Cuando llegamos nos dijeron que no había trabajo en el puerto. En su lugar, teníamos trabajo como tripulación de un barco de pesca», declaró uno de los rescatados, quien aseguró le demandaron un pago de 300.000 Kyats (300 dólares o 220 euros) para liberarlo de sus servicios, publica el diario «The Irrawaddy».

Un informe divulgado la semana pasada por EJF denuncia el persistente uso de mano de obra ilegal y régimen de esclavitud para inmigrantes por parte de operadores de barcos pesqueros de la industria tailandesa, el tercer exportador mundial de alimentos marinos con un volumen valorado en 7.300 millones de dólares (5.320 millones de euros) en 2011.

«Empresarios sin escrúpulos, redes criminales y oficiales corruptos continúan beneficiándose de la explotación de la vulnerabilidad de trabajadores inmigrantes, mientras las actividades del Gobierno para abordar el problema han sido totalmente inadecuadas», apunta el informe.

Autor: Noel Caballero ( * Extracto)