El doctor Nathanson fue uno de los fundadores de la Asociación Nacional para Revocar las Leyes sobre el Aborto en EE UU, en 1968. Este médico, en la actualidad defensor de la vida, en algunas entrevistas ha desenmascarado la estrategia que se siguió para que se aprobara el aborto en Estados Unidos en tan sólo cinco años. Una estrategia que se está siguiendo, con pocas variantes, en el resto de los países occidentales
Dos son las características de dicha estrategia:
- El fin que persigue el aborto es controlar la natalidad de los más pobres convirtiéndose en un importante negocio y
- El uso que se hace de los medios de comunicación para cambiar, mediante la mentira, la convicción moral de la sociedad.
El doctor Nathanson indica que la asociación pro-aborto a la que pertenecía se dedicó a hacerse con los medios de comunicación y convencerles de que la causa pro-aborto favorecía un avance social de corte liberal. Además y sabiendo que en encuestas veraces la posición pro-aborto sería derrotada, se amañaron los resultados de supuestas encuestas que fueron publicadas por distintos medios; según esas encuestas el 60% de los norteamericanos sería favorable a la implantación de leyes permisivas del aborto. Se añadió un aumento falso del número de abortos ilegales que se producían anualmente en Estados Unidos. Esta cifra era de 100.000 aproximadamente, pero la que reiteradamente se dieron a los medios de comunicación fue de 1.000.000.
También se falseó la suma del número de mujeres que morían anualmente por abortos ilegales, que en Estados Unidos oscilaba entre 200 y 250, y se repetía que era de 10.000. Otra mentira que se extendió es que el cambio de las leyes solamente implicaría que los abortos que se practicaban ilegalmente, pasarían a ser legales. La realidad ha sido otra, con la nueva ley se aumentó quince veces el número de abortos.
La segunda táctica que se utilizó fue jugar la carta del anticatolicismo. Se vilipendió sistemáticamente a la Iglesia católica, calificando sus ideas sociales de retrógradas; y se atribuyó a su jerarquía el papel del «malvado» principal entre los opositores al aborto permisivo. Resaltándolo incesantemente.
Los medios de comunicación reiteraban que la oposición al aborto procedía de dicha jerarquía, no de los católicos; y una vez más, falsas encuestas «probaban» reiteradamente que la mayoría de los católicos deseaban la reforma de las leyes antiaborto. Los medios de comunicación una y otra vez afirmaron que cualquier oposición al aborto tenía su origen en la jerarquía católica y que los católicos pro-abortistas eran los inteligentes y progresistas. El hecho de que grupos cristianos no católicos, y aún ateos, se declarasen Pro Vida, fue constantemente silenciado. Un tercer punto de dicha táctica contra la vida fue denigrar o ignorar cualquier evidencia científica de que la vida comienza con la concepción.
Frecuentemente preguntan al doctor Nathanson qué es lo que le hizo cambiar. ¿Cómo pasó de ser un destacado abortista a un defensor ProVida? Él indica que en 1973 era director de Obstetricia en un gran hospital de la ciudad de Nueva York, y tuvo que iniciar una unidad de investigación perinatal. Ahí pudo apreciar cómo la ciencia demuestra la evidencia de que la vida comienza en la concepción y requiere toda la protección de que gozamos cualquiera de nosotros.
A la pregunta: ¿Entonces, por qué algunos doctores, conocedores de la fetología, se desacreditan practicando abortos? El doctor Nathanson responde: «Cuestión de aritmética: a 300 dólares cada uno, un millón quinientos cincuenta mil (1.550.000) abortos en los Estados Unidos, implican una industria que produce 500 millones de dólares anualmente. De los cuales, la mayor parte van a los bolsillos de los doctores que practican el aborto». Este médico no deja de denunciar: «La Humanidad hoy se arrepiente de la esclavitud de ayer, y pronto se avergonzará del crimen del aborto».