Bajo el suelo ucraniano se esconde una de las claves del país para potenciar su economía. Un subsuelo rico en materiales raros, muchos de ellos aún sin explotar, a los que varios países inversores ya le habían echado el ojo. Además de cobre, cobalto, níquel y neón, encontramos en territorio ucraniano el ‘oro blanco’: enormes reservas de litio, un material clave para la transición ecológica.
La riqueza en litio de Ucrania: un incentivo para invasión rusa. Un estudio previo a la guerra estimaba que el país tenía 500.000 toneladas de este metal imprescindible para el coche eléctrico en sus reservas, una de ellas, en el Donbass.
El precio del litio se ha disparado casi un 500% en el último año por la expansión del coche eléctrico.
Tan solo unos días antes de la invasión de Rusia, dos investigadoras de la Academia Nacional de las Ciencias de Ucrania, Svitlana Vasylenko y Uliana Naumenko, calculaban que el país cuenta con unas 500.000 toneladas de reservas de litio aún sin explotar.
De confirmarse, serían muy buenas noticias para Ucrania, que podría convertirse en uno de los principales productores de este material, cuyo precio se ha disparado un 550% en el último año.
Según el estudio, las reservas probadas y los recursos prospectados de litio muestran que “Ucrania puede considerarse la zona más rica de Europa”. Y añade que podría “satisfacer plenamente sus propias necesidades, así como suministrar materias primas de litio al mercado de Europa Occidental”.
El problema es que una de las regiones más ricas en este material es la zona del Donbás, actualmente bajo el control de los rusos, que la han reconocido como república independiente.
Para Mira Milosevich, investigadora principal de Rusia y Eurasia en el Real Instituto Elcano, tanto el cerco a Kiev, como el bombardeo en la parte central del país, son elementos de distracción. “Mientras pasa esto, Putin está realizando el atraco del siglo, apoderándose de recursos naturales y del territorio oriental de Ucrania, donde están situadas las mayores riquezas, tanto de litio como de gas”, señala.
El potencial de estas tierras, se sumaría a las proclamas pro-rusas, convirtiendo esta zona del país en uno de los objetivos de Putin. «Diría que los yacimientos no son la causa principal de la invasión, pero seguro que es un aliciente más», apunta Milosevich.
La venganza de Rusia
Son varios los expertos que coinciden en que Ucrania tiene una producción mineral muy amplia, “antes de la guerra llegaba al 2,5% de su PIB”, señala Manuel Regueiro, presidente del Colegio Oficial de Geólogos.
Sin duda esto es algo que no ha pasado desapercibido entre los inversores extranjeros. La empresa australiana European Lithium comenzó a finales del año pasado con el proceso para conseguir los permisos de explotación. Estaba interesada en dos depósitos de litio del país, entre ellos el de la zona de Donetsk.
Más tarde, la china Chengxin Lithium se postuló como otra de las candidatas a invertir en estos yacimientos. Además del de Donetsk estaba interesada en Kirovogrado, en el centro del país. Ambos procesos se han paralizado tras el estallido de la guerra.
“Hace unos años, Ucrania quería atraer inversión, por eso encargó los informes sobre yacimientos. Tuvo un momento de intención política al querer desarrollar su sector minero todavía más”, sostiene Regueiro.
El apoderarse de estas reservas podría ser parte de la venganza de Rusia contra Ucrania por querer escapar de su esfera de influencia. En palabras de la investigadora del Real Instituto Elcano, Rusia cuenta con enormes reservas de recursos naturales y, a pesar de que esto le supondría más riqueza, en principio, no necesitaría más.
“La lógica del Kremlin pasaría por hacer pagar a Ucrania privándole de sus recursos naturales. Esto también haría que la Unión Europea, y Occidente en general, pagasen por apoyar a Ucrania e intentar revivir su economía. Así que sería un doble cobro”, señala Milosevich. “Aunque claro está que, tener más recursos naturales, nunca viene mal”, añade.
El litio: esencial para el Pacto Verde Europeo
El pasado verano, Ucrania cerró una alianza con Europa para el abastecimiento de materias primas, entre ellas el litio. Para hacer realidad el Pacto Verde Europeo, Bruselas necesita enormes cantidades de litio, un material fundamental en la fabricación de baterías de las que dependerá un mundo más ecológico.
“En 2030 la Unión Europea requerirá 18 veces más litio y cinco veces más cobalto que en la actualidad”, aseguraba el Primer Ministro ucraniano, Denys Shmyhal, durante la rueda de prensa de presentación del acuerdo. Unas cifras que seguirán creciendo, en 2050 se necesitará 60 veces más litio y quince veces más cobalto que hoy para producir baterías.
A pesar de que en territorio europeo se han detectado 260 yacimientos de litio, por el momento, el continente depende casi totalmente de países terceros. “Sin esos recursos no puede haber transición ecológica. La propia Unión Europea ya sabe que el Pacto Verde depende del aumento considerable de producción y consumo de recursos naturales”, sostiene Regueiro.
La invasión rusa amenaza las esperanzas verdes de Europa y el sueño de Ucrania de acercarse a la Unión. “Ucrania está haciendo todo lo posible para acercarse a la Unión Europea, porque quiere ser miembro. Así que utilizará no solo el litio, sino todo lo que tenga a su alcance para estrechar estos lazos”, afirma Milosevich.
La mayor fábrica de Neón devastada en Mariúpol
El país concentra la producción de Neón, un material clave en la creación de los chips de los móviles, de los coches y una larga lista de objetos que utilizamos en nuestro día a día. Dos empresas ucranianas producen alrededor de la mitad del neón del mundo y Estados Unidos importa el 90% de este material de fábricas en el país de Europa del Este.
Tras el estallido de la guerra, Ucrania se vio obligada a paralizar su producción y, actualmente, su fábrica más grande ha tenido que cerrar, ya que se encuentra en la ciudad de Mariúpol, totalmente devastada por las bombas rusas.
Un duro golpe para la economía del país. “La situación económica de Ucrania es tan difícil que, ahora mismo, ni los diamantes podrían salvarla”, señala la investigadora del Instituto Elcano. “Para arrancar su economía, va a necesitar mucha ayuda internacional, algo que va a tener que combinar con la explotación de minerales y recursos naturales”, zanja Milosevich.