La «gran evasión» fiscal

2388

Varias grandes multinacionales operan en España a través de sociedades holding en Luxemburgo para evitar pagar impuestos en nuestro país y acogerse a un régimen fiscal mucho más favorable en el Gran Ducado. Entre ellas, destacan Pepsi, Ikea, Burberry, Amazon, British American Tobacco (fabricante de Lucky Strike) o McGraw-Hill (propietaria de Standard & Poor’s).

Así se pone de manifiesto en los documentos secretos desvelados por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ por sus siglas en inglés) y sus medios asociados, entre los que se encuentra El Confidencial.

Luxemburgo –que es miembro de la UE y no se considera paraíso fiscal– no tiene el monopolio de los enjuagues fiscales internacionales, ya que también existen fórmulas a través de Bélgica, Holanda, Irlanda, etc. Pero el Gran Ducado tiene tres ventajas que lo hacen enormemente atractivo: un sistema que permite reducir la tributación prácticamente a cero; la posibilidad de alcanzar un acuerdo a la carta con las autoridades fiscales (conocido como tax ruling) que garantiza que esa fiscalidad se va a mantener durante años; y la confidencialidad de estos pactos.

Es decir, la documentación que ha descubierto ICIJ y a la que ha tenido acceso este diario (elconfidencial.com) es secreta y desconocida por la Hacienda española (06/11/2014).

De hecho, en algunos casos, las compañías han conseguido tipos efectivos inferiores al 1%, según muestran los documentos de esta investigación, que corresponden a 548 de estos tax rulings firmados entre 2002 y 2010. Estos acuerdos han sido negociados por PricewaterhouseCoopers, una de las 'big four' (las mayores firmas de auditoría y consultoría del mundo), en Luxemburgo en representación de cientos de clientes corporativos. Para que las empresas consiguieran las ventajas fiscales deseadas, PwC les diseñaba complejos esquemas financieros con el fin de reducir o suprimir totalmente los ingresos sujetos al pago de impuestos.

Ninguna empresa española aparece en estos registros, aunque sí muchas que invierten o hacen negocios en nuestro país. La mayoría de las que han firmado estos acuerdos provienen de EEUU y Reino Unido, seguidas por las de Alemania, Holanda y Suiza.

¿Y qué pasa en Luxemburgo? En teoría, rige un Impuesto de Sociedades del 29%, frente al 12,5% de Irlanda. Pero los documentos filtrados demuestran que el país aprueba de forma rutinaria estos acuerdos a medida que reducen los ingresos sujetos a tributación a prácticamente cero. Dicho acuerdo se formula de forma que esos dividendos o intereses estén exentos de tributación (hay varios requisitos pero muy laxos, como poseer más del 10% del capital de la filial, que el valor de adquisición supere 1,2 millones o mantener la inversión más de 12 meses).

También existe una importante vía de evasión fiscal para las empresas tecnológicas y farmacéuticas: los royalties, patentes e intangibles (como la marca). La sociedad luxemburguesa es la propietaria de esas patentes en vez de la matriz en el país de origen, y cobra a sus filiales un canon por su utilización. Dicho pago está exento en un 80% de tributación, un sistema que curiosamente inventó España en los años de Zapatero y Luxemburgo copió de forma más agresiva. Además, se considera también gasto deducible en España al 30%.

A cambio de todas estas exenciones, es habitual pagar una pequeña cantidad –una especie de fee que deje algo en la Hacienda luxemburguesa para poder aprovecharse de este sistema–, que se atribuye a una ligera ganancia de capital en el diseño de la estructura o al beneficio de la matriz del Gran Ducado, que ya se calcula de antemano. Es habitual llegar a un margen ridículo del 0,125% sobre los ingresos, y lo que se paga es el 29% de ese 0,125%.

Autor: Eduardo Segovia y Daniele Grasso ( * Extracto)