Existe un conjunto de programas de extraordinaria calidad disponible sin tener que pagar licencia de uso. Como sociedad, deberíamos saber aprovechar doblemente esta oportunidad.
RAMON SOLÉ
Gerente de OpenSystemsConsulting
El Periodico
10 nov 2004
Existe un conjunto de programas de extraordinaria calidad disponible sin tener que pagar licencia de uso. Como sociedad, deberíamos saber aprovechar doblemente esta oportunidad.
Durante los últimos 20 años se ha ido consolidando un movimiento integrado por miles de programadores que, en un modelo de colaboración inaudito, ha creado un conjunto de programas conocidos como software libre. La solidez del movimiento es tal que las grandes multinacionales han incorporado los frutos de este movimiento a su estrategia competitiva y, mientras que algunas lo apoyan con firmeza, otras lo consideran una amenaza.
Lo importante es que existe un conjunto de programas de extraordinaria calidad disponible sin tener que pagar licencia de uso. Como sociedad, deberíamos saber aprovechar doblemente esta oportunidad. Por una parte, el uso del software libre puede hacer aumentar la productividad de nuestras empresas. Y por la otra, puede crear a su alrededor un tejido de empresas autóctonas que innoven y generen empleo.
Lógicamente, las administraciones públicas han de tener un papel importante, tanto como consumidoras de tecnología como en su calidad de promotoras económicas. De hecho, ya se han emprendido diversas medidas para potenciar el uso del software libre en el ámbito público, pero falta concretarlas y asegurar que las acciones se aplican de forma inteligente. El objetivo, además de lograr ahorro y mejoras en los propios sistemas, debe ser crear riqueza local y desarrollo tecnológico.
El software libre nos ofrece una oportunidad de las que sólo aparecen en contadas ocasiones, cuando se produce un cambio de paradigma productivo en todo un sector. Pero para aprovecharla y hacer crecer una industria local hay que entender la singularidad del fenómeno. En este nuevo paradigma la tecnología es de uso libre, no es necesario comprarla a empresas multinacionales. El mecanismo de desarrollo debe ser la creación de una red de colaboración de pequeñas empresas de servicios altamente especializadas y, sobre todo, localizadas en nuestro país. Esta red local, y no las grandes organizaciones tradicionales, es la que generará más valor añadido para toda la economía del país.