La tradición de militancia solidaria de España es riquísima, a pesar de que apenas se hable de ello. Del 4 al 11 de abril de 1872 tuvo lugar en Zaragoza el II congreso obrero que se celebraba en España.
Tejedores, carpinteros, sombrereros, tintoreros, albañiles, zapateros, lampistas, fundidores… pobres todos, formaban aquel puñado heroico de los primeros internacionalistas españoles, que bajo el lema “No más deberes sin derechos, no más derechos sin deberes”, se agruparon en la Federación de la Región Española de la I Internacional.
Se reunieron en el desaparecido teatro Novedades, que estaba situado en el casco viejo en la Calle D. Juan de Aragón. Frente al nacionalismo de la burguesía capitalista dieciochesca, los obreros se autodenominaban región española, pues sabían que las fronteras y las banderas, no eran más que barreras para tener desunidos a los parias de la tierra.
Durante una semana, y jugándose el puesto de trabajo, los obreros de Cataluña compartieron sus anhelos y esperanzas con los gallegos y extremeños, Los andaluces exponían solidariamente a los vascos y castellanos su penosa situación social. Y así se habló de la propiedad, de que entendían por ser obrero, de la defensa de la familia obrera, de prensa y libros proletarios, de cómo organizarse…de SOLIDARIDAD, que siempre fue la fuerza de los pobres.
Cuando menos, se merecerían una placa en la calle D. Juan de Aragón.
El 8 de abril de 1872 las calles de Zaragoza se llenaron con los siguientes carteles:
Obreros zaragozanos: |