La Iglesia Católica está sola en la lucha contra la pobreza.La Iglesia está sola en sus esfuerzos por hacer hincapié en el imperativo moral de luchar contra la pobreza, según afirmó en una conferencia pronunciada en Australia la profesora de la Universidad de Harvard Mary Ann Glendon, que fue la respresentante del Vaticano en la Conferencia de Pekín. «Las naciones adineradas se están lavando las manos ante la situación de los países y la gente pobre». Asimismo, afirmó que la Declaración de los Derechos Humanos de la ONU se ve amenazada, añadió, especialmente en las áreas económica y de justicia social. Algunas naciones africanas y asiáticas afirman que ésta no refleja sus valores, mientras en el mundo musulmán ha sido rechazada indicando que no es más que un documento occidental. Los grupos de derechos humanos han seguido la práctica de la GUERRA FRÍA de promover selectivamente las partes de la Declaración que apoyan ignorando otras. Las partes que hablan de economía y justicia social están siendo completamente ignoradas. Es un escándalo moral que la gente y los países más pobres estén siendo cada vez más marginados en el orden global, justo cuando quizás por primera vez, hemos reconocido que la pobreza no es necesaria; no está fijada en el orden de las cosas, afirmó. Sólo la Iglesia continúa presentando ante el mundo el imperativo moral de corregir la pobreza, añadió.