La Iglesia denuncia el genocidio que ocasiona la industria farmacéutica

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El mundo no puede cerrar los ojos ante el drama de la infancia

La Santa Sede consideró como un «genocidio» lo que hacen las empresas farmacéuticas por los excesivos precios que cobran por los medicamentos que controlan dicha enfermedad. Según recordó el padre D’Agostino ante los periodistas «cada día mueren en Kenya cuatrocientas personas de SIDA: constituye una acción genocida de los cárteles farmacéuticos que rechazan ofrecer medicamentos asequibles en África», denunció. «Hay que ejercer presión pública para convencer a las empresas farmacéuticas de que reduzcan los precios de los fármacos para tratar a las víctimas del sida», agregó.

MENSAJE DE CUARESMA : EL MUNDO NO PUEDE CERRAR LOS OJOS A LOS DRAMAS DE LA INFANCIA

«El mundo no puede cerrar los ojos a los dramas de la infancia como abusos, inmigración forzada y la tragedia de millones de personas contagiadas de SIDA desde el nacimiento», dijo hoy Juan Pablo II en su mensaje de cuaresma 2004.

Condenó el «egoísmo» de quienes no buscan el bienestar de los niños «futuro de la humanidad» y recordó a los menores «heridos profundamente por la violencia de los adultos», desde la violencia sexual, la disgregación familiar o el «oscuro tráfico de órganos».

«Quien acoge a uno solo de estos niños, me acoge a mí», es el título del mensaje para la cuaresma, que inicia el 25 de febrero con el miércoles de ceniza.

«Volverse niño y acoger a los niños son dos aspectos de una única enseñanza que el Señor renueva a sus discípulos en este tieípo nuestro», señaló.

Juan Pablo II exhortó a los fieles a dedicarse «a los más pequeños», así como de «los miserables, los necesitados, los hambrientos, los sedientos y los forasteros, los desnudos, los enfermos, los encarcelados».

Recordó también a los menores explotados en la prostitución, en el narcotráfico, obligados a trabajar o enrolados para la guerra.

«Y qué decir de la tragedia del Sida con consecuencias devastadoras en Africa. Se habla de millones de personas afectadas por este flagelo», dijo.

«La humanidad no puede cerrar los ojos ante un drama tan preocupante. Sólo la fe nos ayuda a penetrar en un abismo de dolor tan profundo», agregó.

El Papa llamó a los padres de familia a no anteponer el éxito profesional y la carrera a los hijos.

Karol Wojtyla se refirió con «grata admiración» a quienes «alivian el sufrimiento de los niños y sus familias causados por los conflictos y la violencia, la falta de alimento y agua, por la emigración forzada y por tantas formas de injusticia».

«Que la cuaresma sea una ocasión útil para dedicar mayor atención a los niños en el propio ambiente familiar y social: ellos son el futuro de la humanidad», exhortó.

Juan Pablo II recordó que «Jesús amó a los niños y los hizo sus predilectos por su simplicidad y alegría de vivir, por su espontaneidad y por su fe llena de estupor».

El Papa calificó como una tragedia lo que está causando el SIDA en los niños. El Vaticano criticó a las empresas farmacéuticas por los altos precios de los remedios para combatir el virus.

El Santo Padre llamó a la comunidad internacional a «no cerrar los ojos ante un drama tan alarmante», pues el SIDA está matando a miles de menores, incluso, antes de que ellos nazcan.

Texto integro en: El que RECIBA a un NIÑO como ÉSTE en MI NOMBRE, a MÍ me RECIBE

LA SANTA SEDE FRENTE A LAS GRANDES INDUSTRIAS FARMACEUTICAS

«La Santa Sede ha emprendido iniciativas para hacer presión a las grandes industrias farmacéuticas con el objetivo de que rebajen los precios», confirmó el arzobispo Paul Josef Cordes, presidente del Consejo Pontificio «Cor Unum», en la rueda de prensa en la que se presentó el mensaje de Juan Pablo II para esta Cuaresma.

En el texto, el Papa subraya que «la humanidad no puede cerrar los ojos ante un drama tan alarmante» como es el de la epidemia del sida, en particular entre los más pequeños.

«El sufrimiento de los niños que mueren porque no tienen medicinas podría ser evitado», constató monseñor Cordes, quien preside el organismo de la Santa Sede que coordina la labor de las instituciones católicas de ayuda en el mundo.

En el encuentro con la prensa, también se sumó a esta petición –presentada ya en varias ocasiones por el Papa y otros exponentes de la Santa Sede– el sacerdote norteamericano Angelo d’Agostino, S.J., director médico de «Nyumbani – The Children of God Relief Institute» de Nairobi.

El proyecto de este religioso recibirá ayudas en este año del Consejo Pontificio «Cor Unum», en respuesta a la invitación del Santo Padre en esta Cuaresma de reforzar el compromiso a favor de la infancia necesitada.

D´Agostino, director del centro médico religioso Nyumbani, en Nairobi (Kenia), fue especialmente crítico. «Hoy, en Kenia, mueren cada día al menos 400 personas a causa del sida. En Europa y Norteamérica, en cambio, esa ya no es una enfermedad mortal, sino una enfermedad crónica. Ello se debe», siguió, «a la acción genocida del cartel de las empresas farmacéuticas, que se niegan a hacer las medicinas más baratas para los africanos, pese a haber declarado unos beneficios de 517.000 millones de dólares en 2002». «Se trata de una cuestión moral que demuestra la falta de conciencia social de esas compañías capitalistas», concluyó.

Para el antiguo profesor de la Universidad de Georgetown durante treinta años y ahora médico en Kenya desde hace dos décadas, «la falta de conciencia social de estas empresas capitalistas» es «un problema moral» ya que podrían «salvar la vida de 25 millones de africanos infectados por el virus VIH en África Subsahariana».

«Según datos de la Organización Mundial para la Salud (OMS) hay 11 millones de niños huérfanos en África a consecuencia del sida», insistió monseñor Cordes.

El padre Angelo d´Agostino está fundando el pueblo llamado Nyumbani Village con el objetivo de que en él convivan unas mil personas, la mayoría niños afectados por el sida, así como personas mayores. Para ello cuenta con la ayuda del filántropo estadounidense John Noel.

Con su presencia en Roma para presentar en el Vaticano el mensaje cuaresmal del Papa, el sacerdote lanzó un llamamiento a los medios de comunicación para que se hagan eco del drama y susciten respuestas por parte de los cristianos, la sociedad civil y en particular la industria farmacéutica.

El Consejo Pontificio «Cor Unum» financiará el «Nyumbany Village», que se encuentra en la diócesis de Nairobi y, por este motivo, solicita fondos.

«Me doy cuenta que es una iniciativa concreta y que no puede resolver totalmente el problema de los huérfanos de sida», reconoció monseñor Cordes, pero invitó a los cristianos a una «conversión» en el tiempo cuaresmal que se acerca.

«En el mundo hay más de dos millones y medio de niños enfermos de SIDA, y mueren porque no tienen acceso al tratamiento», sostuvo el Arzobispo Paul Josef Cordes, presidente del Consejo Pontificio.

Los niños están muriendo porque no tienen medicamentos», dijo el arzobispo Paul Cordes, presidente de la rama caritativa del Vaticano, Cor Unum.

«Hay que ejercer presión pública para convencer a las empresas farmacéuticas de que reduzcan los precios de los fármacos para tratar a las víctimas del sida», agregó.

Cordes habló a la prensa durante la presentación en la sede del Vaticano de un mensaje del papa Juan Pablo II, dirigido a los católicos por la Cuaresma, sobre los derechos de los niños.

Cordes dijo que el Vaticano había emprendido cierto número de iniciativas públicas y privadas para ejercer presión sobre las grandes empresas farmacéuticas.

«Me parece importante pedirles que muestren los sufrimientos de los niños en los medios de comunicación», sostuvo.

 

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EL NEGOCIO GENOCIDA DE LA INDUSTRIA FARMACEUTICA