La II República, ¿una República de Trabajadores?

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Querer contraponer la II República a Franco como una balsa de libertad y defensa de lo trabajadores, es en el mejor de lo casos, una ingenuidad irresponsable.

Franco aniquiló los restos del movimiento obrero, haciendo que el destino final de muchos militantes fuera la cárcel, el exilio o el cementerio. Las consecuencias han sido dramáticas, pues supuso la eliminación de una generación militante y prácticamente la muerte de la militancia obrera, pues lo que surgió más tarde, después de la transición,  no es más que una suerte de burocracia que vive a costa del sindicalismo, y en el que cualquier parecido con la militancia obrera es pura coincidencia.

Frente a esto,  querer contraponer la II República como una balsa de libertad y defensa de lo trabajadores, es en el mejor de lo casos, una ingenuidad irresponsable, víctima de la propaganda y la deseducación, y en el peor de los casos maledicencia y un insulto a los miles de trabajadores muertos y encarcelados, sí, en la II República.

La persecución a la militancia obrera fue durísima en la II República.

– La matanzas de obreros pobres de Casas viejas (1933), Castilblanco (diciembre 1931)… se hicieron en la República con gobiernos del PSOE y de Izquierda Republicana.

La fuerza obrera más importante del momento, y la más grande que ha tenido España, la CNT (más de millón y medio de afiliados) y el sector autogestionario de la UGT, se opuso, evidentemente a la monarquía, y por supuesto a la república. Querían la revolución. El problema de los obreros no era el de Monaquía o República. No era tampoco el de Nación o Autonomías. Era el de Capitalismo o Revolución Social.

Muchos trabajadores murieron en las cárceles de la República, especialmente tras la huelga revolucionaria de 1934 (con gobierno del partido radical) donde estaban miles (no cientos, miles) de obreros libertarios y socialistas.

– Las fuerzas del orden de la II Republica, mataron a más de mil obreros en Asturias en 1934 con la consigna de disparar a la barriga. Entre las víctimas, la niña proletaria Aida Lafuente.

La ley de vagos y maleantes, que metió a miles de obreros en la cárcel por hacer huelgas, o por trabajar más de la cuenta, la impulso el gobierno de Azaña. Bajo esa ley se encarcelaba a los obreros en paro que queriendo trabajar, cogían sus herramientas y se metían en las obras a trabajar. Al exigir su jornal, les encarcelaban bajo esa ley de vagos y maleantes.

– Militantes de la CNT como Cipriano Mera, Melchor Rodríguez, Ascaso, Garcia Oliver, Juan Peiró (que luego sería ministro)… estuvieron ¡¡¡ más de 30 veces encausados cada uno y encarcelados por la II República !! Y sucedió con todos los gobiernos.

– Cuando se produce el golpe militar del 18 de julio de 1936 (el gobierno del Frente Popular llevaba desde febrero de 1936) miles de obreros se encontraban en la cárcel. En concreto los obreros madrileños, por la huelga de la construcción, que incluso la prolongarían hasta septiembre del 36. El propio Mera, sale de la cárcel el 19 de julio (no en febrero).

– En 1932, en pleno bienio “izquierdista” de la II República, el periódico Solidaridad Obrera, el de mayor tirada y el más característico del movimiento obrero por aquellos años, sufrió 32 suspensiones gubernamentales.

– ¿Esa fue la República de los trabajadores? Durante 40 años la historia la escribieron los vencedores de la Guerra Civil y, en los últimos treinta años, han sido los nuevos poderosos los que han reescrito la historia. En ambos casos, y salvo honrosas excepciones, los más olvidados han sido los pobres, que en aquella España atrasada eran los obreros.