¿Izquierda? Es suficiente contemplar la existencia de la izquierda formal – PSOE, IU, ERC…- española para echarse las manos a la cabeza por lo bajo que han caido en relación con la verdadera izquierda que historicamente se puso al lado de los más débiles -de donde provenía y a quien pertenecía- contra toda las clases de agresiones que padecían por parte de los poderosos y enriquecidos…
¿Izquierda? Es suficiente contemplar la existencia de la izquierda formal – PSOE, IU, ERC…- española para echarse las manos a la cabeza por lo bajo que han caido en relación con la verdadera izquierda que historicamente se puso al lado de los más débiles -de donde provenía y a quien pertenecía- contra toda las clases de agresiones que padecían por parte de los poderosos y enriquecidos.
Ahora con sus prebendas, sueldos escandalosos -12 pagas de 8.671 euros brutos mensuales por ser eurodiputado-, organizaciones burocratizadas o endeudamientos con los bancos -quien paga manda- parece que las únicas banderas que se atreven a levantar son la defensa de la libertad de cintura para abajo y el aborto.
No es casualidad que coincidan en esa segunda bandera del aborto con el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial que entre otros impulsan en sus «ajustes estructurales» el acabar con la pobreza acabando con los pobres: abortos, esterilizaciones, etc., aunque ellos le llamen cínicamente»salud reproductiva».
Evidentemente lo de acabar con la pobreza está tan lejos de sus intenciones como la solidaridad, la autogestión y el internacionalismo están presentes en la citada izquierda formal. Ya decía Hitler en un discurso sesenta años atrás: «hemos de considerar como una bendición que las mujeres y las muchachas practiquen el aborto en gran escala» (La Alemania nazi, de E.Colotti).
Señores de la mal llamada izquierda: ¿están contentos con haber sustituido la herencia histórica de la izquierda solidaria por lo que se hacía y decía en la Alemania de hace sesenta años?
La «filosofía» que ustedes apoyan ha matado a dos mil quinientos millones de inocentes en los últimos veinticinco años y en China supondrá la muerte de sesenta millones de niñas -por el hecho de serlo- mediante abortos e infanticidios en la próxima década; extraña sensibilidad por los malos tratos a la mujer la que silencia los genocidios que padecen; ¿o será que las niñas chinas no votan?
Por suerte y a pesar de ustedes la historia está ahí y las feministas que pagaban -no cobraban 8.671 euros mensuales- y padecían por serlo, decían sobre el aborto:
«¿Culpable? Sí. No importa cual sea el motivo, amor sin cuidado, o un deseo para salvar del sufrimiento en los inocentes no nacidos, la mujer que comete tal acto es culpable. Será una carga de conciencia por vida, será una carga para su alma al morir; pero, oh, doblemente culpable es aquél quién…..la llevó a tal desesperación que le provocó tal crimen!» (La Revolución, 8 de julio de 1869, por Susan B. Anthony).
Señores/as de la izquierda oficial, sean radicales -vuelvan a sus supuestas raices- y defiendan a los más débiles de la humanidad, los niños nacidos y por nacer, en vez de colaborar con el neoliberalismo que los elimina o explota.
Guadalupe Molina