La muerte de Ezequiel, el pibe que trabajaba en la Granja Nuestra Huella ‘Buenos Aires’

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Ezequiel se llamaba. Desde que nos enteramos de su internación en el Centro Gallego enfermo de cáncer, decidimos no nombrarlo. Más que por la ley, por la esperanza que nos daba pensar que sobreviviría y, ya adulto, no querría estar preso de esa historia de trabajo infantil y esclavo.

Pero eso no pasó. Y, lamentablemente, ya podemos nombrarlo.

La historia de Ezequiel es grave desde todo punto de vista. Pero, fundamentalmente, porque La Alameda denunció hace dos años, con su voz e imagen, cuál era su realidad. Y nadie hizo nada. O, peor, nadie hizo nada bien:

A la 1.35 hs. de la madrugada de ayer martes murió Ezequiel, el niño de seis años que desde los cuatro era esclavizado por la empresa avícola, Nuestra Huella. El lunes de la semana pasada lo habían vuelto a operar, pero el tumor ya le había ocupado todo el cerebro. La corta vida de Ezequiel transcurrió la mayor parte de su tiempo entre la sangre y el guano de las gallinas y manipulando venenos con elementos cancerígenos de la empresa para cumplir a rajatabla con los topes de producción que la patronal le imponía a su familia.

La empresa no conforme con haber asesinado a Ezequiel, con haber envenenado a decenas de chicos y adultos, pretendía hacer desaparecer las evidencias y trasladar rápidamente el cuerpo de Ezequiel y quizás cremarlo, fuera del alcance de cualquier pericia judicial que los comprometa y ponga en evidencia su responsabilidad por Ezequiel y por todos los niños y adultos que manipulan venenos agrotóxicos en sus granjas.

Según informaciones de Protagonistas y del diario Página 12, Nuestra Huella tiene 70 granjas en Exaltacion de la Cruz, Pilar, Mercedes, Capilla del Señor, Lima y Escobar en la provincia de Buenos Aires. También en San Juan y Córdoba. Exporta a Alemania, Italia, Francia. España y China. Y comercializa en los supermercados Coto, Carrefour y Wall Mart entre otros.

Algunos canales de televisión por presión de las cadenas multinacional de supermercado, como Wall Mart, siguen negando la muerte de Eze.

La única foto que presidió la sala velatoria fue una captura extraída, paradójicamente, de la cámara oculta realizada en 2008: