Como ya sucedió cuando los obispos españoles no quisieron firmar el Pacto Antiterrorista de PP y PSOE al entender que no era su misión, ahora se repite la historia con su posición sobre los preservativos
Mª Victoria Giménez
Publicado: 20-01-2005
La reunión que tuvo el martes 18 de enero el secretario general de la Conferencia Episcopal Española, Juan Antonio Martínez Camino, con la ministra de Sanidad, Elena Salgado, ha tenido un destacado eco mediático en dos etapas: la que ForumLibertas ya reflejó en su edición anterior, con enfoques que hablaban de «cambio de posición» hacia la aceptación del preservativo, y una segunda en la que buena parte de la prensa ha presentado la nota oficial de los obispos sobre la entrevista como una rectificación. «Marcha atrás de la Iglesia en el uso del preservativo», titulaba EL PERIÓDICO DE CATALUNYA este jueves en su portada y como tema principal. Unos comentarios del portavoz del organismo eclesial al salir del encuentro con la ministra, en los que se refería a la estrategia ABC (abstinencia, fidelidad y preservativo) defendida en noviembre por la prestigiosa revista médica THE LANCET, habían sido recogidos el miércoles, desde ese mismo sector mediático, como un giro en la posición moral de la Iglesia ante este método de barrera. Estamos ante una política de desvirtuar y deformar todo lo que dice la Iglesia sobre temas que chocan con los que gobiernan.
Estas actitudes, por ejemplo, ya se vieron entre finales del año 2000 y la primera mitad de 2001, cuando la Conferencia Episcopal Española no quiso firmar el Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo impulsado por Partido Popular (PP) y Partido Socialista (PSOE), al entender que su misión no era la de suscribir acuerdos con fuerzas políticas y sindicales. Aquella decisión desató toda una campaña del ejecutivo de entonces, del PP y presidido por José María Aznar, acusando a la Iglesia de antipatriota e incluso de hacer el juego a los terroristas. El rechazo a los obispos estuvo manifiestamente apoyado también por un importante sector de los medios de comunicación, como sucede ahora. Y el motivo es el mismo: difundir un mensaje que choca con los que gobiernan.
La ministra de Sanidad recibió a Martínez Camino después de limitar su campaña contra el SIDA, anunciada a bombo y platillo meses antes, a una ridícula campaña en se presenta el uso del preservativo como el único método de prevención y, además, se exalta la promiscuidad y la infidelidad. Fue con motivo de la última Jornada Mundial de Lucha contra el SIDA celebrada el pasado 1 de diciembre. Pero ahora, Elena Salgado convierte la posición de la Iglesia en una cuestión de ataque a los planes gubernamentales. La posición católica es moral y, por tanto, obliga a seguirla a todos aquellos ciudadanos que quieran sumarse de acuerdo con su conciencia. No se trata de un mensaje prohibitivo ni de obligado cumplimiento para toda la sociedad, como también pretenden hacer creer algunos políticos y medios de comunicación.
Titulares destacados
Como ya sucedió el día anterior, los titulares de algunos periódicos editados este jueves lo dicen todo: «El episcopado rectifica y tacha de inmoral el condón» (EL PERIÓDICO en su página interior); «los obispos dan marcha atrás y tachan de inmoral el condón» (20 MINUTOS); «la Iglesia aclara que no admite el preservativo para prevenir el SIDA» (AVUI); «la Iglesia puntualiza que el preservativo es inmoral pero acepta su eficacia contra el SIDA» (LA VANGUARDIA). Son frases que, bajo el paraguas de la información, deforman una vez más lo que dice la Iglesia. Y es que el debate actual sobre el condón debería inserirse en un contexto de observaciones técnicas que reflejen algo que es de sentido común: Las alternativas a este método de barrera (fidelidad y castidad o retraso en la primera relación), que para la Iglesia católica son moralmente más aceptables, también son eficaces, mucho más que el preservativo.
En todo este contexto de informaciones y comentarios en un sentido y en otro, se han producido algunas reacciones, desde la Santa Sede y también desde colectivos cívicos y profesionales, en el sentido de recordar que la doctrina moral de la Iglesia no ha cambiado. Es el caso del presidente de Médicos Cristianos de Cataluña, Josep Maria Simón, que también es dirigente de la Federación Internacional de Asociaciones Médicas Católicas (FIAMC). En declaraciones a la agencia FLAMA (www.flama.info), Simón recuerda que «el preservativo es una barrera con límites» y que «es falsa la propaganda oficial que dice que es la única manera de prevenir el SIDA». Además, para el doctor, «la información que se da a la población debería incluir el porcentaje de fallo» del condón. También afirmó que «la Iglesia católica atiende a más enfermos de SIDA que la misma ONU», lo mismo que sucede «con los huérfanos, las viudas y la malnutrición de los niños con padres infectados», unas acciones que comparten, en muchos casos, con protestantes y cristianos de otras confesiones.
NOTA DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAÑOLA SOBRE EL SIDA Y EL PRESERVATIVO
Madrid, 19 de enero de 2005
El Secretario General de la Conferencia Episcopal, P. Juan Antonio Martínez Camino, visitó ayer a la Ministra de Sanidad y Consumo, Dña. Elena Salgado, con el fin de conversar sobre el modo de colaborar del mejor modo posible en la prevención de la pandemia del SIDA. Es un asunto que preocupa mucho a la Iglesia, a los católicos y a las instituciones eclesiales que trabajan, de modo destacado, en España y en todo el mundo, en la atención social y sanitaria a los afectados por esta enfermedad.
El Secretario General comentó con la Sra. Ministra el programa de prevención conocido como ABC y propuesto por prestigiosos científicos y especialistas de rango internacional. (Véase la revista médica The Lancet de noviembre de 2004). El consejo de los especialistas es que las políticas de prevención de la transmisión del SIDA por vía sexual, para ser completas y eficaces, han de basarse en la recomendación – por este orden – de la abstención, la fidelidad y el uso de preservativos. Lo mismo afirma también la Organización Mundial de la Salud.
Se explicó, por tanto, a la Sra. Ministra que no son ciertas las afirmaciones que aseguran que la Iglesia, cuando promueve el recto uso de la sexualidad humana, encauzada por la virtud de la castidad, se sitúa en contra de las recomendaciones científicas a la hora de prevenir el contagio de SIDA. Por el contrario, la abstención de relaciones sexuales indebidas y la fidelidad mutua entre los cónyuges constituyen la única conducta segura generalizable frente al peligro del SIDA. Las recomendaciones de los expertos en salud pública coinciden en esto con la doctrina moral de la Iglesia.
El Secretario General respondió brevemente a los periodistas que le esperaban a la salida del Ministerio de Sanidad que el uso del preservativo tiene un lugar en ese programa llamado ABC, un plan integral técnico de prevención del SIDA. Esta declaración ha de ser entendida en el sentido de la doctrina católica que sostiene que el uso del preservativo implica una conducta sexual inmoral. Por eso, la Iglesia colabora eficaz y racionalmente en la prevención del SIDA promoviendo la educación de las personas para el amor conyugal fiel y abierto a la vida, tratando de evitar de este modo las relaciones indebidas y promiscuas, que dan lugar a las llamadas «situaciones de riesgo» sanitario. De acuerdo con estos principios no es posible aconsejar el uso del preservativo, por ser contrario a la moral de la persona. Lo único verdaderamente aconsejable es el ejercicio responsable de la sexualidad, acorde con la norma moral.
En conclusión, a diferencia de lo afirmado desde diversas instancias, no es cierto que haya cambiado la doctrina de la Iglesia sobre el preservativo.
El Padre Juan Antonio Martínez Camino niega haber sido presionado por
el Vaticano
Redacción Analisis Digital- 21/01/2005 El Padre Juan Antonio Martínez Camino explicó ayer en La Tarde de la Cadena COPE que no recibió presiones ni reprimenda alguna desde el Vaticano. El secretario de la Conferencia Episcopal aseguró que hay medios de comunicación que intentan demostrar que «aquí hay una especia de lucha contra todos, y cuando no la hay, hay que inventarla». Además, el Padre Martínez Camino recordó que las principales fuentes para prevenir el SIDA son la abstinencia y la fidelidad.
El Padre Martínez Camino explicó ayer en la Tarde de la COPE que el pasado martes ofreció a la Ministra de Sanidad una base común para la lucha contra el SIDA. En esta base, avalada por numerosos científicos, se plantea como principal frente a la enfermedad la abstención de relaciones sexuales de riesgo, además de la fidelidad y sólo como último recurso y para determinados grupos de riesgo se plantea el uso del preservativo. Para Martínez Camino esto demuestra la racionalidad de la postura de la iglesia.
El secretario de la Conferencia Episcopal desmintió en la entrevista haber recibido presiones o reprimendas desde el Vaticano, «hoy se fabula inventando condenas y juicios que no ha habido. Haciendo entrar los hechos en unas partituras o guiones que cierta prensa maneja siempre sobre la Iglesia: que el Vaticano está en contra de los obispos, los obispos en contra de los sacerdotes, y estos en contra de los seglares», puntualizó. El Padre Juan Antonio Martínez Camino aseguró además que esa prensa intenta demostrar que «aquí hay una especie de lucha contra todos y cuando no la hay, hay que inventarla». También ha rechazado que se produjera una reunión de emergencia en la sede de la Conferencia Episcopal con la presencia del Cardenal Rouco Varela y otros obispos. El Padre Martínez Camino afirmó que la nota emitida el miercoles fue redactada por su equipo y siguió el conducto habitualmente utilizado por la oficina de la Conferencia Episcopal Española.
El secretario de la Conferencia Episcopal recalcó que la Iglesia Católica recomienda la abstinencia, en especial a los jóvenes, hasta alcanzar un nivel de madurez que les permita ser fieles a una sola pareja e insistió en que el preservativo «no es sexo seguro» y ofrece «una protección mínima». El Padre Juan Antonio Martínez Camino cree que el origen del «malentendido» fue la brevedad de sus declaraciones a la prensa, «de apenas un minuto y medio» y una interpretación «extremista» por parte de los medios.