La trata de personas en Europa y en España.

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El 47% de las víctimas procede de América, el 45% de Europa y el 7% de África. El 79% de las personas víctimas de trata lo son con fines de explotación sexual. Esta tendencia también se aprecia en Europa, donde el 70% de las víctimas detectadas son mujeres.

Según los datos facilitados por la Secretaría de Estado de Seguridad, durante los años 2009 y 2010, el perfil de las personas en situación de riesgo de ser víctimas de trata con fines de explotación sexual en España es el de una mujer de nacionalidad rumana entre 18 y 32 años de edad y una mujer de nacionalidad brasileña de entre 33 y 42 años.

Los datos de 2011 no son desglosados por nacionalidad, pero se refieren a las nacionalidades rumana, brasileña y paraguaya. La información facilitada por el citado organismo se limita a consignar que el 47% de las víctimas procede de América, el 45% de Europa y el 7% de África.

El informe en primer lugar reconoce "la carencia de datos acerca de la verdadera dimensión de la trata de personas compromete seriamente la adopción de las medidas de lucha frente a la misma, especialmente en lo referido a su dimensión trasnacional y dificulta la evaluación realista del impacto de cualquier plan de intervención."

 Analiza que "existen otras formas de explotación permanecen ocultas en una gran mayoría de los casos. En los casos de trata con fines de explotación laboral es necesaria la implicación activa de todas las autoridades con competencias en el campo laboral, que han de implicarse cada día más en la lucha contra esta lacra."

A nivel mundial, el informe expone que si bien la mayoría de los delitos de trata de personas es de carácter nacional o regional y son cometidos por personas de la misma nacionalidad que las víctimas. No ocurre así en Europa, lugar de destino de muchas de las víctimas. El mayor número de víctimas de trata detectadas en Europa procede de Rumanía, Bulgaria, China y Nigeria".

Los grupos organizados dedicados a esta actividad criminal disponen en muchos casos de una infraestructura que se extiende por los países de origen, tránsito y destino de las víctimas. Estos grupos están formados por españoles y extranjeros, principalmente varones de mediana edad. Es frecuente la presencia de mujeres pertenecientes al grupo criminal, de la misma nacionalidad que las víctimas, en algún caso en situación de explotación previa o actual, y encargadas de su control. Sin embargo, los datos de menores de edad no son registrados en ninguna base de datos policial, ni se comunica su presencia a los servicios de protección de menores.