Las CÉLULAS MADRE de la MÉDULA ÓSEA REGENERAN CORAZONES INFARTADOS

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La médula ósea es una buena fuente de obtención de células madre que hace innecesario manipular embriones para obtener células estaminales embrionarias como la de la imagen. . Los expertos están convencidos de que la base de la regeneración cardiaca en el futuro dependerá de las células estaminales adultas, y no de las embrionarias…

Por Josu de la Varga
Fuente: ForumLibertas

Diferentes ensayos dirigidos por científicos europeos en diversos países demuestran que el autotrasplante de células estaminales adultas llevado a cabo en casi un centenar de enfermos de corazón es un procedimiento factible y seguro

Una serie de estudios llevados a cabo por diferentes científicos europeos ha vuelto a poner de relieve la viabilidad de las células madre adultas en las intervenciones llevadas a cabo para regenerar corazones infartados. A los éxitos obtenidos por la Clínica Universitaria de Navarra y otros hospitales españoles, que utilizan células madre extraídas de tejidos del propio paciente, sometidas a cultivo, para inyectarlas en la zona atrofiada del corazón, viene a sumarse ahora la de estos ensayos clínicos en diversos países de Europa que obtienen resultados similares obteniendo las células estaminales de la médula ósea del enfermo.

Los cardiólogos que han participado en estas investigaciones están convencidos de que las células madre adultas son la mejor solución para regenerar el tejido atrofiado de un corazón que haya padecido un infarto. Los datos han sido presentados por la Sociedad Americana del Corazón (AHA, en inglés) en la reunión celebrada hace unos días en Nueva Orleáns (Estados Unidos). Entre los científicos que han participado en los ensayos destaca el doctor Francisco Fernández Avilés, del Hospital Clínico de Valladolid, uno de los pioneros de la terapia regenerativa cardiaca. Este experto, al igual que sus compañeros, atestigua los excelentes resultados obtenidos en el tratamiento de patologías coronarias avanzadas con la utilización de células estaminales adultas derivadas de la médula ósea de los propios afectados. El procedimiento es factible y seguro.

Cabe recordar que el deterioro del músculo cardíaco, después de haber padecido un infarto, con la consiguiente y constante falta de flujo sanguíneo, incluye la necrosis sin posibilidad de regeneración. Con el paso del tiempo, las cicatrices de los infartos extensos acaban provocando insuficiencia cardiaca, una enfermedad que está causando estragos en las sociedades avanzadas.

El inicio

El primer investigador en realizar una intervención de este tipo en Europa fue el doctor Gerd Meyer, de la Facultad de Medicina de Hannover, en Alemania. Los resultados presentados por Meyer incluyen un ensayo realizado hace 16 meses en el que participaron 60 pacientes. El cardiólogo inyectó células procedentes de su propia médula ósea a 30 de ellos, a través de un catéter colocado en la arteria coronaria. Los restantes 30 pacientes, con características clínicas similares, no recibieron implante y sirvieron de control. Los resultados los sintetiza Meyer de esta manera: «Lo importante que quiero destacar es que el método es completamente seguro… No hemos visto muertes, ni deterioro de la función cardiaca en ninguno de los pacientes en los que hemos inyectado las células. Todos han sido seguidos como mínimo durante año y medio. Hemos utilizado resonancia magnética para evaluar el funcionamiento miocárdico, el tamaño del infarto y la evolución de la cicatriz posinfarto y hemos observado una clara mejoría en los enfermos tratados mediante las células madre». Investigadores de Francfort, en Alemania, y de Leicester, en el Reino Unido, han obtenido también excelentes resultados utilizando distintas técnicas para el implante.

Por su parte, el doctor Fernández Avilés también ha presentado en la AHA los resultados de sus ensayos. En este caso, con su equipo de colaboradores, han tratado con células madre extraídas de su propia médula ósea a un total de 42 pacientes infartados. La investigación, como en los casos anteriores, ha resultado todo un éxito.

El siguiente paso, para poder certificar de forma significativa cuantitativamente este tipo de investigaciones, es un gran estudio que se llevará a cabo en Estados Unidos y estará dirigido por 2 grandes investigadores españoles: Valentín Fuster y Bernardo Nadal-Guirart, del Hospital Monte Sinaí y de la Universidad de Nueva York, respectivamente.

NO a las embrionarias

Algo en lo que parecen coincidir todos estos investigadores es en que este tipo de terapias, utilizando células madre adultas, no tienen los inconvenientes y dificultades logísticas, técnicas, médicas y éticas que plantean las que en un futuro todavía incierto pretenden llevar a cabo los partidarios de utilizar células madre obtenidas mediante la destrucción de embriones. Los expertos están convencidos de que la base de la regeneración cardiaca en el futuro dependerá de las células estaminales adultas, y no de las embrionarias.